El Govern de la Generalitat ha decidido retirar las pinturas del Saló de Sant Jordi, el espacio más noble del Palau, realizadas durante la dictadura de Primo de Rivera. Lo ha hecho después de que una comisión compuesta por una veintena de expertos recomendara, por unanimidad, sacarlas. En realidad, ya hace mucho tiempo que se había planteado la posibilidad de retirarlas (y el president Quim Torra mostró poco después de ser nombrado su voluntad de sacarlas). Los expertos argumentan que las pinturas son de artistas de poca calidad con una finalidad "ideológica, no artística". Además, consideran que estos frescos ocultan una decoración anterior de mayor valía artística.

1280px 069 Generalitat, Salón de Sant Jordi, reunión del capítulo del Toisón de Oro Enfo Wikipèdia

El próximo martes el presidente de la Generalitat y la consellera de Cultura expondrán la decisión al Govern. La consellera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, ha asegurado que las pinturas retiradas se reservarían por su valor documental.

Las pinturas ubicadas actualmente en el Saló de Sant Jordi fueron realizadas durante la dictadura de Primo de Rivera y taparon las decoraciones anteriores, obra del célebre artista catalano-uruguayo Joaquim Torres García, encargadas por la Mancomunitat (pero que no se acabaron porque Puig i Cadafalch no valoraba en absoluto la obra vanguardista de Torres García).

Durante la dictadura de Primo de Rivera, fueron sustituidas por pinturas que alababan elogiaban la vinculación de Catalunya con la Hispanidad, obra de Francesc Galofré i Oller, de su hijo Francesc Galofré i Surís, y de muchos otros pintores no muy relevantes de la época: Alexandre de Cabanyes, Laureà Barrau, Josep Triadó... Entre ellos figura la escena Cristóbal Colón recibido por los Reyes Católicos (pero también la batalla de Lepanto o el compromiso de Caspe).

Ya en tiempo de la República se recuperaron algunos de los frescos de Torres García y se ubicaron en otros espacios del Palau. Ahora hay la idea de recuperar las obras del artista de Montevideo y al mismo tiempo, pagar la deuda que se tiene con él (no pudo acabar las pinturas del Palau, y tras ello, dolido, no volvió a Catalunya). Pero el diseño artístico de la nueva decoración del Saló de Sant Jordi no está terminado, y Torres García no llegó a acabar más que una pequeña parte de su proyecto.