El perro del hortelano (el que "ni come ni deja comer los nabos"), de Lope de Vega, llega a la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya, en una versión dirigida por Helena Pimenta. El perro del hortelano recrea un triángulo amoroso en el que, además, se mezcla el problema de la diferencia social. La condesa Diana, una mujer enérgica e independiente, emloquece por su secretario Teodoro, que está enamorado de una de las chicas de su servicio, Marcela. Una producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que estará en el TNC durante todas las fiestas: hasta el 7 de enero.

El ingenio de un texto

Lope de Vega es capaz de elaborar un texto en que pone en juego varias tramas y conflictos, llevándolos hasta el límite. A la típica historia del triángulo amoroso (con una potentísima voz femenina), se añade el elemento de la desigualdad entre los que se aman, que establece una relación de dominación: el amor se puede convertir, aquí, en una herramienta de opresión (con el añadido que sirve para que una mujer domine a un hombre, contra las costumbres de la época). Los temas del triángulo amoroso y de la relación entre desiguales, de absoluta vigencia hoy en día, se combinan con una reflexión sobre el honor, derivado de la imposibilidad de relaciones entre los miembros de la nobleza y los de los grupos inferiores. Y aquí Lope es muy atrevido con sus planteamientos i se aproxima a la incorrección política más absoluta. Pero al fin, opta por una resolución fácil y poco rompedora para satisfacer a todo el mundo. Unos siglos más tarde, probablemente, Lope de Vega hubiera roto esquemas...

Foto 6 El perro del Hortelano CNTC

Teatro clásico bien clásico

La Compañía Nacional de Teatro Clásico no pretende hacer una revisión del texto de Lope de Vega adaptándolo a la realidad actual, sino que intenta ceñirse al máximo al formato de cuando esta obra fue escrita, entre 1613 y 1618. Álvaro Tato, que ha hecho esta versión, ha querido mantener la máxima fidelidad al texto. Eso sí, lo ha intentado podar y adaptar para conseguir que los versos sean comprensibles para el espectador, pero sin que pierda todo el ambiente de época que transmiten. La Compañía sólo se ha permitido fuertes licencias con la música, donde hay tonadas conocidas de otras épocas: Schubert, Beethoven, Mendelssohn... La escenografía opta por una sobriedad muy contemporánea, para transportar al público al Nápoles del XVII.

Foto 1 El perro del Hortelano CNTC

Lope de Vega, de Madrid a Valencia

Lope de Vega nació en Madrid en 1562, pero joven se instaló en Valencia, donde aprendió de la tradición valenciana y produjo algunas de sus mejores obras. A partir de 1610 se volvió a instalar en Madrid. Su vida estuvo marcada por muchas desgracias, y por continuos giros (incluso pasó por el sacerdocio, tras una vida de promiscuidad). Lope de Vega es conocido, sobre todo, como genio prolífico, con obras de todos los géneros. Cervantes lo calificó de "Monstruo de la Naturaleza" y a menudo se le designa como "El Fénix de los Ingenios". Fue, sobre todo, como dramaturgo que destacó. Hay quien le atribuye 1.800 obras. En realidad, nadie sabe exactamente cuantas obras escribió, pero sin duda es uno de los autores más prolíficos de la historia.

Foto 13 El perro del Hortelano CNTC

Más allá de la sorpresa

Buena parte del público no está habituado a ver espectáculos de teatro clásico. Por lo tanto, durante los primeros minutos de representación de El perro del hortelano en la platea reina una cierta confusión, porque se hace difícil entender los versos de Lope de Vega por la rapidez en que son pronunciados. Pero la mayoría de los espectadores superan este problema al cabo de pocos minutos y pueden concentrarse en disfrutar de la comedia. Y vale la pena el gran desafío entre Rafa Castejón, en su papel de Teodoro (el secretario) y Marta Poveda, como Diana (la condesa). Un reto de tú a tú, en que la protagonista femenina va mucho más allá que una comparsa de los hombres o una histérica, y constituye un personaje complejo y sólido. Completan el reparto, realizando un magnífico trabajo: Marta Poveda, Álvaro de Juan, Óscar Zafra, Nuria Gallardo, Alba Enríquez, Natalia Huarte, Paco Rojas, Egoitz Sánchez, Pedro Almagro, Aleix Melé, Alberto Ferrero y Fernando Conde. Una forma de lo más agradable de reconciliarse con Lope de Vega para aquellos que llegaron a odiarlo en la escuela.