El cubano Leonardo Padura, nacido en 1955, no es generalmente considerado como autor de novela histórica. En realidad, sus principales lectores son los aficionados a las novelas de novela policíaca. Y, a pesar de todo, esta tarde recibirá en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona el Sexto Premio Internacional Barcino de Novela Histórica, que se concede en el marco del festival Barcelona Novel·la Histórica. El jurado, compuesto por Fèlix Riera, Enric Calpena, Òscar López, Care Santos y Sergi Dòria, ha valorado que sus obras "son novelas escritas con los recursos del género negro en el cual se convierten relatos existenciales, sociales y, naturalmente, históricos. De la misma manera que aprendimos a conocer la transición española con Pepe Carvalho y buena parte de la historia de los EEUU del siglo XX con Harry Conejo Angstrom de John Updike, la mejor manera de pasear por la Cuba revolucionaria es en compañía del gran Mario Conde".

Al fondo de la historia

Fèlix Riera, presidente del jurado y comisario del Barcelona Novel·la Histórica, ha afirmado que era necesario dar este premio a un latinoamericano, porque América Latina ha ofrecido grandes obras de temática histórica, desde el Yo, el Supremo, de Roa Bastos, hasta La fiesta del chivo de Vargas Llosa, y ha apuntado que hay que situar entre novelas de este alto nivel El hombre que amaba a los perros, la gran novela de Padura sobre Ramon Mercader, el militante comunista catalán que mató a Trotsky. Ha asegurado que se trata de una obra ejemplar, en la qué "tienes frío cuando el protagonista está en Rusia y tienes calor cuando está en Estambul". Riera ha afirmado que la gran ventaja de la novela sobre el ensayo es que permite intensificar la historia, y afirma que las novelas de Padura tienen este efecto, y son ideales para explicar la historia del siglo XX en Cuba.

El Paseo del Prado de La Habana es la calle del mundo que más se parece a las Ramblas

Un cubano vinculado a Barcelona

Padura, que se confiesa culé, tiene un estrecho vínculo con Barcelona. Afirma, incluso, con ironía, que teme que acaben estigmatizándolo para considerarlo "catalanista". Ya de joven Padura, como periodista, había estudiado las relaciones catalano-cubanas (y cita a personajes tan emblemáticos como Xifré, Bacardí o Güell). Según Padura, los vínculos entre Catalunya y Cuba son omnipresentes, y asegura que el Paseo del Prado de La Habana "es la calle del mundo que más se parece a las Ramblas". Padura explica que recorrió Catalunya para escribir La transparencia del tiempo, una novela protagonizada por el detective Mario Conde que tiene partes ambientadas en la Garrotxa; explica también que entonces llegó a establecer una "relación íntima" con sus personajes catalanes. Padura, además, se hizo amigo del librero Paco Camarasa, recientemente muerto. Ha querido recordarlo en este día, asegurando que era "un magnífico librero y una magnífica persona" que hizo "mucho por la novela negra, pero también por la cultura en general". El escritor cubano ha destacado también que tiene una relación muy estrecha con la barcelonesa editorial Tusquets, hasta el punto de afirmar que su éxito editorial está estrechamente vinculado al hecho de publicar en esta editorial. Y eso que Padura se siente muy satisfecho sobre la venta de sus novelas; ironiza diciendo que su obra no es un "best seller", pero sí un "long seller". Sólo ha lamentado que sus novelas no circulen tan bien en Cuba, donde se publican en las precarias ediciones locales y donde estaría "su lector natural", como circulan en el Estado español o en América Latina. Padura ha adelantado que su próxima novela tendrá como personaje central a un médico cubano que se instala en Barcelona y que cree que La Habana es una mierda, pero también que Barcelona es una mierda. Afirma que será un personaje con una relación de amor-odio con la capital catalana, porque "Uno sólo puede odiar íntimamente aquello que estima íntimamente", explica.

Me estoy convirtiendo en un viejo de mierda

Un escritor que triunfó tarde

Hace 23 años, cuando Padura recibió el Premio Café Gijón, en pleno "periodo especial", de crisis absoluta en Cuba, pasaba por una situación muy dura, como su país. Tuvo que ir a casa de la vecina a recibir la llamada, porque no tenía teléfono. Asegura que en aquella época: "escribía como un loco con el fin de no volverme loco". Ahora, su vida ha cambiado mucho, con múltiples premios y reconocimiento, pero apunta que "eso no te resuelve el problema fundamental, la incertidumbre de cómo empezar a escribir una nueva novela." Y confiesa que "hasta que mi mujer no me dice que tengo un buen principio de una novela, no estoy tranquilo, tengo una gran angustia". También ironiza sobre los cambios que él ha sufrido, en todo otro sentido: "Me estoy convirtiendo en un viejo de mierda, mi espalda ya no es lo que era", y reflexiona: "Ya soy más viejo que Hemingway cuando murió". Según Padura, Cuba, como él mismo, se ha transformado mucho: "aunque el sistema político no cambie, hay muchas cosas que cambian en el comportamiento y en la vida mental de las personas", asegura.

El cronista de la Cuba revolucionaria

Padura, en sus obras, se inspira en los clásicos del género negro, como Dashiell Hammet, Raymond Chandler o Leonardo Sciascia, y combina la intriga policíaca con una aguda crítica social. No se extraña de que le hayan premiado con un galardón de novela histórica, ya que apunta que el género negro es una etiqueta "muy generosa", que permite hacer "muy buenas novelas y novelas muy malas". Dice que, hoy por hoy, el género negro "es más una atmósfera que un género en sí" y que por lo tanto puede combinarse fantásticamente con la "Historia, con H mayúscula, que es un vehículo magnífico para conocer el presente".

Barcelona Novel·la Histórica

El Festival Barcelona Novel·la Història ha llegado este año a la sexta edición y hoy ya ha superado la mitad de sus sesiones. Joan Subirats, Comisionado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, ha felicitado el acierto de escoger al artista como temática central de esta edición, ya que ha tenido, hasta ahora, una gran respuesta del público.