Joaquim Mir, Santiago Rusiñol, Isidre Nonell, Ramon Casas... Todo el mundo conoce a estos pintores modernistas. En cambio, poco se sabe de Vidal Balaguer i Carbonell (n. 1873), compañero suyo de generación. Ahora, el cómic Naturalezas muertas, del belga Zidrou (Benoît Drousie) y el catalán Oriol (Oriol Hernández Sánchez), nos reconstruye la vida de este pintor olvidado. Según Zidrou y Oriol, Balaguer fue compañero de los pintores modernistas más famosos en la tertulia de Els Quatre Gats. Algunos, incluso, aseguraban que era el mejor artista de su generación. Pero era muy introvertido y no quería vender sus pinturas; por eso no era muy popular. Y en algún momento, desapareció sin dejar rastro.

La desaparición

Naturalezas muertas explica que Vidal Balaguer mantenía una tórrida y complicada relación con su modelo Mar Monzó. Pero Monzó desapareció sospechosamente, y la vida de Balaguer cambió de forma radical. La policía creía que había asesinado a su amante, mucha gente reclamaba un montón de deudas... Balaguer no tenía dinero, se sentía ahogado, estaba desesperado... Y un día, sencillamente, desapareció. Mientras la policía sospechaba que se había escapado al extranjero, sus compañeros artistas creían que se había suicidado. Pero nunca se encontró su cuerpo, ni tampoco se volvieron a tener noticias de él. En realidad, quedaron pocos rastros de él: una docena de cuadros y poco más. Como si nunca hubiera existido.

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Proceso de creación de Naturalezas muertas. Twitter de Oriol Hernández.

Con regusto a modernismo

La historia de Naturalezas muertas, que empieza casi como una biografía, acaba impregnándose de magia. Acaba siendo mucho más que una reivindicación de Balaguer. Este álbum no se limita a biografiar a un pintor modernista, sino que intenta reproducir el ambiente del modernismo. En la primera página ya se reproducen las chimeneas de la Casa Batlló, aunque Balaguer nunca las habría podido ver, porque el edificio se construyó tras su desaparición y la muerte de Mar Monzó. En diversas escenas se reproduce el parque de la Ciutadella con el Castell dels Tres Dragons, de Lluís Domènech y Montaner, la pérgola de la avenida del Tibidabo, las farolas modernistas de Barcelona y los vitrales y las baldosas de las casas burguesas barcelonesas. Toda una reivindicación del arte de finales del XIX. Y uno de los escenarios centrales de la trama es Els Quatre Gats, el bar donde se reunían los pintores modernistas y los intelectuales de la época. Pero el cómic no se limita a reproducir el ambiente de la Barcelona modernista, sino que asume algunos de los principios estéticos de los modernistas. En cierta medida, por el uso del color, por la composición y por los referentes, podríamos decir que este es un cómic modernista, cien años después del modernismo.

vidal balaguer autorretrato

Autorretrato de Víctor Balaguer.

Catalanes en el centro del mundo del cómic

Zidrou, nacido en Bélgica, es uno de los guionistas de cómic en francés más reputados, un auténtico maestro a la hora de provocar emociones. Pero no siempre ha tenido tanto prestigio. Durante algún tiempo tuvo dificultades para encontrar en Francia a dibujantes que ilustraran sus historias. Y fue entonces cuando empezó a buscar dibujantes en Barcelona con el fin de ilustrar sus ideas. Desde entonces, trabaja básicamente con dibujantes catalanes (como Jordi Lafebre, Roger Ibáñez, Josep Homs). Con Oriol han elaborado los álbumes, La piel del oso (Norma Cómics), una historia sobre mafiosos, y Los tres frutos (Norma), una historia fantástica con la que Oriol ganó el Premio Revelación en el Saló del Còmic de Barcelona de 2013.

V Balaguer

Pistas borradas

Hay pocas pistas para verificar la historia de Vidal Balaguer. Casualmente, parece ser que todo aquello que tocaba desaparecía. No quedan cuadros de él, no se encuentran noticias sobre él en la hemeroteca, no figura en las memorias de sus compañeros de generación... Justamente aquí radica buena parte de su encanto. Pero es curioso que desaparezca también del directorio de la Universidad Autónoma de Barcelona la catedrática de historia del arte que ha escrito el epílogo de la obra, y que su tesis se haya perdido en la red. Y parece sorprendente que Vidal Balaguer no merezca ninguna página en la Wikipedia, pero sí en una enigmática "Zidroupédia", de formato muy similar a la Wikipedia. En definitiva, parece que Vidal Balaguer solo haya vivido en la fecunda imaginación de Zidrou y Oriol. Y, a pesar de todo, la galería Gothsland promete una insólita exposición sobre obras de este pintor para el próximo 4 de mayo. A ver con qué nos sorprenden.

Gothsland