En el incendio que consumió el domingo por la noche el Museo Nacional de Río de Janeiro sólo se han salvado los meteoritos. Una de las estrellas de la colección de cuerpos astrales, el meteorito de Bendegó, una inmensa pieza de hierro de 5.260 kg encontrada en el Estado de Bahia, ha resistido el incendio sin problema. El resto de las piezas, casi sin excepción, se han perdido. La mayoría de los fondos de arqueología, de etnografía y de ciencias naturales han quedado totalmente destruidos.

Saguão do Museu Nacional, como o Meteorito do Bendegó ao centro Dornicke wikipedia

El meteorito Bendegó antes del incendio. Foto: Dornicke.

Museo mundial

Cuando el museo se creó, a principios del XIX, se hizo con una perspectiva muy eurocéntrica. No pretendía ser tanto un museo de las especificidades brasileñas, sino un gran museo que demostrara que el Brasil podía tener un centro museístico de las mismas características que los que tenían las grandes capitales mundiales. Por eso, entre las grandes colecciones que tenía originalmente, destacaba la de arqueología egipcia. En aquel tiempo la egiptología estaba de moda y la familia real portuguesa apostó, desde desde el principio, por adquirir arqueología egipcia y consiguió una rica colección de momias. Por su parte la emperatriz Teresa Cristina se interesó por el arte greco-romano y creó el fundamento de un gran fondo en este campo. En parte procedía de unas expediciones arqueológicas financiadas por la propia emperatriz. Incluso se conservaban, en Río de Janeiro, algunos frescos de la ciudad de Pompeya.

Sarcophagus and mummy of Sha amun en su. Third Intermediate Period, XXIII Dynasty, c. 750 BC. Museo Nacional Brasil

Sarcófago de Sha-amun-en-su. Tercer Periodo Intermedio, XXIII Dinastía, c. 750 BC. Museo Nacional del Brasil.

Un gran museo de ciencias naturales

Muy pronto el Museo se dio cuenta del enorme potencial de la naturaleza brasileña. Al crearse ya heredó el fondo de la "Casa de los Passaros", el primer museo de historia natural del país. Y empezó a crear fondos espectaculares con piezas procedentes del territorio. Así se crearon algunas de las colecciones que más triunfaban en el museo. En primer lugar la de meteoritos, con 62 piezas, que es la que más se ha salvado. También había un interesante fondo de dinosaurios, con varios esqueletos enteros de estos animales; entre los cuales un gran fósil encontrado en Minas Gerais, el de un Maxakalisaurus topai. También tenía un interesante fondo de paleoantropología, entre el que destacaba el cráneo de Luzia, el ser humano más antiguo del continente; con 13.000 años, era un material arqueológico básico para conocer el poblamiento del continente americano. Pero también tenían colecciones de mariposas, de minerales, de fósiles y de conchas que encantaban a los visitantes. Ya en 1819 se creó en el palacio un jardín botánico, con la ayuda de destacados naturalistas, que ayudó a reforzar la parte naturalista del museo.

MaxakalisaurusTopai Museo Nacional Brasil Geopotinga Wikipedia

Maxakalisaurus topai. Foto: GeoPotinga.

Museo de los americanos

Con el tiempo el museo se fue interesando más por las culturas propias del continente americano y acabó agrupando una gran colección de cultura indígena y afrobrasileña. Tenía un muy buen fondo de objetos prehispánicos de diferentes partes de América: desde una momia aymará, con el cráneo deformado como era tradición, hasta una colección muy buena de objetos textiles, cerámicos y líticos de las culturas andinas. De forma separada, el Museo contaba con una gran colección de 90.000 artefactos creados por los pueblos brasileños precolombinos. También disponía de un importante fondo de etnografía brasileña, con 30.000 objetos: cestos, máscaras, armas, juguetes, instrumentos musicales, objetos rituales, ropas... Mucho menor, el Museo contaba también con una colección de etnografía africana y afroamericana. Curiosamente, el Museo Nacional del Brasil también tenía una rica colección de objetos del Pacífico, que fue adquirida por el emperado Dom Pedro.

Cultura Santarém Vaso de gargalo MN dornicke wikipedia

Vaso de la cultura Santarém: 1000-1400 dC. Foto: Doricke.

El palacio de los emperadores

El edificio Paço de São Cristovão tenía, también un gran valor. Se trataba de una construcción de estilo neoclásico, que se empezó a construir en 1803 y se acabó en 1862. Fue a partir de 1822, fecha de la independencia del Brasil, la residencia imperial de los emperadores brasileños (Pedro I ya vivía allí desde 1817, antes de proclamarse emperador). En las sucesivas reconstrucciones trabajaron destacados arquitectos y artistas brasileños y extranjeros, que le dieron la forma que el palacio tenía hasta ahora. Cuando se proclamó la República, en 1889, el palacio quedó desierto y se aprovechó para celebrar allí la Asamblea Constituyente del país. En 1892 se retiraron los objetos imperiales (como el trono) y se instaló el Museo Nacional, que antes estaba ubicado en el Campo de Santana. En unas pocas salas se respetó la decoración encargada por la familia imperial. Ahora el edificio ha quedado completamente destruido.

Museo Nacional UFRJ Halley Pacheco de Oliveira wikipedia

Foto: Halley Pacheco de Oliveira.

Museo y universidad

El Museo Nacional hace poco cumplió 200 años. Se dice que tenía 20 millones de piezas, y su biblioteca sería la mayor, a nivel científico, de Brasil, con más de 530.000 títulos. Era un museo especial, porque era administrado por una universidad pública, la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). En realidad, en el mismo palacio hay laboratorios y otras instalaciones de la UFRJ, y era la sede de varios cursos de posgrado. El incendio, por lo tanto, ha sido visto con especial dolor por los estudiantes de esta institución. Hacía tiempo que los universitarios advertían que el recorte de presupuestos que se vivía desde 2014 ponía en peligro la continuidad del museo.