"No existiría el cine tal y como lo entendemos sin alguien como Roger Corman", ha proclamado Juan Antonio Bayona en su perfil de X. Menospreciado por buena parte de la industria cinematográfica más conformista, más que amado; adorado por aquellos que tienen en el cine, más que un arte, una forma de vivir; el productor y director de cine estadounidense Roger Corman, reconocido el 2009 con un Oscar honorífico de la Academia, artífice de cientos de películas de terror, ciencia ficción y crimen de bajo presupuesto, por ello conocido como "el rey de la serie B", ha fallecido a los 98 años, según ha anunciado su familia este fin de semana.  

No existiría el cine tal y como lo entendemos sin alguien como Roger Corman, ha proclamado Juan Antonio Bayona 

El espíritu de una era

Corman inició su carrera en el mundo del cine a mediados de la década de los 50 dirigiendo westerns de bajo presupuesto como Cinco pistolas —su debut como director, de 1955— y Apache Woman; género que no tardaría a abandonar para adentrarse en las formas del cine de terror y la ciencia ficción, historias repletas de sangre falsa y seres fantásticos que marcarían el resto de su carrera. Recorrido profesional que destaca por haber producido más de 300 películas y dirigir medio centenar de ellas, incluyendo clásicos como Un cubo de sangre (1959), La tienda de los horrores (1960), El hombre con rayos X en los ojos (1963), Los ángeles del Infierno (1966) o El viaje (1967); así como su serie de películas de época y terror gótico basadas en historias de Edgar Allan Poe como La caída de la casa Usher (1960), El péndulo de la muerte (1961), El cuervo (1963) o La máscara de la muerte roja (1964), la gran mayoría de ellas protagonizadas por Vincent Price. "Sus películas fueron revolucionarias e iconoclastas, y capturaron el espíritu de una era. Cuando le preguntaban cómo le gustaría ser recordado, decía: yo hacía películas, solo eso", han expresado su esposa Julia y sus hijas Catherine y Mary en el comunicado hecho público en su perfil de Instagram. 

Roger Corman on set of The Trip (1967)
Roger Corman durante el rodaje de El viaje, de 1967

Otra de las grandes aportaciones de Corman al cine es haber sido padrino de algunos de los nombres que han llevado el séptimo arte a sus cotas más altas. Martin Scorsese filmó para él Boxcar Bertha (El tren de Berta) (1972), Jack Nicholson debutó en el cine de su mano con The Cry Baby Killer (Grita, asesino) (1958), Robert de Niro le debe uno de sus primeros papeles con Bloody Mama (Mamá sangrienta) (1970) y Francis Ford Coppola hizo con él su ópera prima con Battle Beyond the Sun (Batalla más allá del sol) (1962), entre otros. Otro de los cineastas que deben buena parte de su trayectoria a Corman, es John Carpetener, genio del terror que al saber la noticia del fallecimiento de su gran valedor ha declarado que se ha ido una de las figuras "más influyentes" de su vida: "Dio forma a mi infancia con filmes de ciencia ficción y la saga de Edgar Allan Poe".