El novelista británico Frederick Forsyth ha muerto este lunes a los 86 años después de una breve enfermedad. El escritor, especializado en thriller, llegó a ser superventas en varias ocasiones por su estilo sencillo y con tramas ágiles, muy ligadas al crimen, la política o el espionaje. Forsyth escribió libros como El día del Chacal (1971), con el que consiguió vender más de 75 millones de ejemplares, El expediente Odessa (1972) o Los perros de la guerra (1974). Otra característica de sus obras es el rico contexto en que se desarrollan, porque a menudo están repletas de referencias técnicas e históricas que aportan credibilidad al relato. A lo largo de su vida, Forsyth trabajó de periodista, piloto, comentarista y espía, aparte de escritor. Con respecto a esta última faceta, cabe decir que Forsyth fue un autor muy prolífico y escribió más de 25 libros, muchos de los cuales fueron llevados a la gran pantalla.

"Lloramos la muerte de uno de los escritores de thriller más importantes del mundo", ha escrito su agente literario, Curtis Brown, en un comunicado donde ha informado también de que el escritor ha muerto en su casa, rodeado de su familia y después de una corta enfermedad.

Frederick Forsyth / EFE
El escritor Frederick Forsyth / EFE

Forsyth, un espía del Servicio de Inteligencia británico

Nacido en Ashford (Inglaterra) el año 1938, fue educado en la Tonbridge School y en la Universidad de Granada, y muy joven, a los 19 años, entró a formar parte de la Royal Aire Force, donde sirvió hasta 1958. Como periodista, empezó su carrera de corresponsal para la agencia Reuters en varios países y posteriormente por la BBC. Más tarde tuvo la oportunidad de hacer de corresponsal en la guerra de Biafra. Aquel acontecimiento marcó para siempre su trayectoria vital y también profesional porque lo inspiró para escribir Génesis de una leyenda africana: la historia de Biafra y porque fue allí donde empezó a trabajar para el Servicio de Inteligencia británico. Aunque Forsyth desmintió durante años que fuera un espía, en su autobiografía admitió que durante dos décadas formó parte del cuerpo. Fue en esta obra donde reconoció también que él nunca quiso ser escritor: "Al fin y al cabo, los escritores son criaturas extrañas, y si intentan ganarse la vida con aquello que hacen, todavía más," escribió. Sobre él, y sus libros, añadió que eran "ligeros, pero populares. Mis libros se venden".

¡Sigue ElNacional.cat en WhatsApp, encontrarás toda la actualidad, en un clic!