La escritora mallorquina Maria Antònia Oliver ha obtenido el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, que concede Òmnium Cultural. Se trata de un premio que no va destinado a un libro en concreto, sino al conjunto de la obra de un autor que haya contribuido decisivamente a la vida cultural de los Països Catalans. Maria Antònia Oliver es la cuarta autora que obtiene este galardón, tras Mercè Rodoreda, Teresa Pàmies y Montserrat Abelló. Òmnium Cultural, que ha anunciado hoy la noticia, ha previsto el acto de entrega del premio para el día 6 de junio, en el Palau de la Música Catalana.

Una autora muy popular

Maria Antònia Oliver (Manacor, 1946) ha sido clasificada dentro de la “generación literaria de los setenta”. Inició su carrera con textos vinculados a la literatura oral y con una clara voluntad vanguardista, como Coordenades espai-temps per a guardar les ensaïmades. Pero más adelante optó por una literatura más sencilla, destinada a un público más amplio. Consideraba que había que normalizar la literatura catalana, y que para normalizarla había que abrirla a nuevos ámbitos. No dudó en dedicarse al libro infantil y empezó a escribir literatura de género con el colectivo Ofèlia Dracs, un grupo de escritores que pretendía hacer que la literatura catalana fuera accesible al gran público. A partir de esta experiencia se volcó en la literatura policíaca. Su Estudi en lila (1985) la haría extremadamente popular. Con Joana E., obra que ganó el premio Prudenci Bertrana, consiguió un gran éxito de crítica. Su obra ha sido traducida a nueve idiomas.

Una mujer que habla de mujeres

Maria Antònia Oliver impulsó la novela negra en catalán. Hasta los años ochenta se leía mucha novela negra en catalán, pero pocos autores catalanes se dedicaban a ella. Pero entre aquellos nuevos escritores de novela negra, Maria Antònia Oliver sorprendió, sobre todo, porque dotó a sus obras de una protagonista femenina. Las aventuras de la detective Lònia Guiu sorprendieron a muchos lectores, en un momento en que un personaje de este tipo era muy inusual en las letras catalanas. Lònia Guiu, vegetariana, era capaz de luchar y conducir como los más duros de los detectives de las películas americanas, pero coleccionaba lápiz de labios... El personaje tendría continuidad en Antípodes y en El sol fa l'ànec. Además, en muchas de sus obras posteriores, como Joana E., Oliver volvería a dar voz a mujeres.

Una mujer multifacética

Maria Antònia Oliver, en un intento de llegar a un público lo más amplio posible, se dedicó al guion, tanto para televisión como para cine y radio. Y había trabajado en TVE, donde había entrevistado a todos los grandes autores catalanes. Se había dedicado al teatro, con la escritura de obras propias y con la adaptación de obras extranjeras. Y mantuvo muchas colaboraciones en prensa.

La escritora mallorquina destacó también como traductora, del inglés, del francés, del ruso... Había traducido varias obras de Virginia Woolf, pero también de Calvino, de Stevenson, de Twain, de Txèkhov... Su versión catalana de Moby Dick, de Melville, le valió un premio a la traducción. Pero no sólo había traducido narrativa: había trabajado incluso con textos de Lenin y con obras de Darwin.

Un largo silencio

Maria Antònia Oliver había sido muy prolífica, pero su productividad decayó cuando sufrió una enfermedad cardiaca, en 1997. La muerte de su compañero, el también escritor Jaume Fuster, en 1998, la afectó mucho. Su ritmo de escritura se ralentizó todavía más. Su último libro, la recopilación de cuentos Colors de mar, es del 2007.