Annual (entonces Protectorado español de Marruecos), 22 de julio de 1921. Hace 100 años. El general Fernández Silvestre, comandante general de Melilla, ordenaba el repliegue de la posición. Annual era una fortificación efímera que formaba parte de una ofensiva en línea de 130 kilómetros que él mismo había ordenado avanzar sin ninguna información fiable, sin ningún criterio de prudencia y sin ninguna garantía de aprovisionamiento. La retirada de Annual fue un caos: la inmensa mayoría de los oficiales del ejército español huyeron en desbandada, abandonando a su suerte los soldados, los animales y el armamento. Aquella operación se saldó con la muerte de más de 10.000 soldados de leva españoles y la desaparición del general Fernández Silvestre. Su cadáver no apareció nunca, y no se sabe si murió en combate, si se suicidó o se escapó.

Cadáveres de soldados españoles en Annual (enero, 1922). Pasados seis meses los cuerpos todavía no han sido recogidos y enterrados. Fuente Wikimedia Commons

Cadáveres de soldados españoles en Annual (enero de 1922). Pasados seis meses, los cuerpos todavía no han sido recogidos y enterrados / Fuente: Wikimedia Commons

¿De dónde venía aquel conflicto?

El llamado Protectorado de Marruecos había sido ocupado por los españoles doce años antes (1909), durante la llamada Guerra de Melilla, una carnicería en manos de oficiales veteranos de la Guerra de Cuba (1895-1898) cargados de resentimiento y hambrientos de gloria. La gestión de aquella campaña fue un desastre: sólo en el barranco del Lobo (27 de septiembre de 1909) fueron emboscados y masacrados 1.500 soldados del ejército colonial, 1.000 de los cuales eran reservistas catalanes. El escandaloso motivo de aquella guerra (la invasión y dominación del territorio sobre el cual los negociantes y políticos españoles Álvaro de Figueroa —conde de Romanones— y Claudio López —marqués de Comillas— habían adquirido, previamente, unas minas) y el vergonzoso papel del ejército español provocaron la Semana Trágica catalana, que los mismos militares reprimieron con más de 100 muertos y casi 500 heridos.

¿Cómo se gesta el desastre de Annual?

En 1921, pasados doce años, los españoles no habían conseguido dominar ("pacificar", en el vocabulario de los invasores) el territorio. El Protectorado era un avispero de pequeños estados tribales —denominados cabilas—, divididos entre los que combatían la invasión y los que se habían subordinado al poder colonial. En aquel contexto, aparecerían las dos figuras más destacadas de aquel conflicto. La primera es Abd-el-Krim, líder de la revuelta y con un pasado que relataba una extraña relación con los españoles: de una estrecha colaboración a una brutal persecución. Y la segunda es el general Fernández Silvestre, un veterano de aquella guerra que en 1915 —seis años antes de Annual— había sido apartado del conflicto por su actitud, según fuentes oficiales, "excesivamente belicosa"; subterfugio que explica, claramente, que sus estrategias estaban pensadas con la testosterona.

Los generales Berenguer y Fernández Silvestre, y Abd el Krim. Fuente Wikimedia Commons

Los generales Berenguer y Fernández Silvestre, y Abd-el-Krim / Fuente: Wikimedia Commons

¿Qué pasó en Annual?

El general Fernández Silvestre había concentrado 5.000 efectivos (3.000 españoles y 2.000 nativos) en el interior de un campamento efímero, mal emplazado, mal provisto, mal defendido y mal comunicado. Cuando se convenció de que su obra era una ratonera, ordenó abandonar la posición, aunque el único desfiladero de salida estaba ocupado por el enemigo. Aquella operación se convirtió en una carnicería con efecto dominó: los pocos supervivientes fueron perseguidos por las tropas bereberes hasta las otras posiciones españolas, que en dos semanas fueron arrasadas una tras otra. El papel de los oficiales españoles escapando y del mismo general Fernández Silvestre quedaría recogido en un informe demoledor, el expediente Picasso, que no vería la luz hasta el año 1931, pocos meses después de la proclamación de la II República.

Mapa del Protectorado español de Marruecos (1909). Fuente Instituto Geografico Nacional

Mapa del Protectorado español de Marruecos (1909) / Fuente: Instituto Geográfico Nacional

Con una mano atrás y otra delante

La prensa del momento y, posteriormente, el expediente Picasso hicieron público que los soldados españoles en Marruecos estaban mal armados, mal vestidos y mal alimentados. Armados con fusiles Mauser que ya habían hecho su servicio, como mínimo, un cuarto de siglo antes en la Guerra de Cuba (1895-1898). Vestidos con harapos y con sandalias que no les protegían ni de la canícula africana, ni de las pedrizas de aquella árida región. Y con la alimentación extremadamente racionada. A todo eso se añadía el drama del agua. En aquella campaña, los oficiales españoles ordenaron crear destacamentos en lugares sin agua que se tenían que proveer con caravanas de mulas —llamadas "aguadas"— y que se convirtieron en un blanco fácil para la resistencia autóctona. Los ataques y las bajas que sufrieron las aguadas aventuraban el desastre de Annual y la masacre que lo seguiría.

¿Por qué estaban mal provistos los soldados españoles?

También la prensa del momento y el expediente Picasso denunciaron una trama de corrupción que se había lucrado con las partidas públicas destinadas al ejército colonial español: las partidas destinadas a armamento, vestuario y alimentación. El año 1931, cuando el gobierno de la República puso luz sobre la oscuridad, se hizo público que esta trama estaba participada por destacados personajes de la política, de la empresa y del ejército españoles. Precisamente, el primer gobierno de la II República condenaría in absentia al derrocado rey Alfonso XIII —bisabuelo del actual rey Felipe VI— por su demostrada participación en aquella corruptela. Y pondría el foco sobre la sospechosa actuación del ministro de Guerra durante la crisis, el conservador Luis de Marichalar y Monreal —bisabuelo de Froilán y Victoria de Marichalar Borbón.

Horacio Echevarrieta y Abd el Krim. Font Euskomedia

Horacio Echevarrieta y Abd-el-Krim / Fuente: Euskomedia

El desastre de Annual y el golpe de estado

El desastre de Annual tuvo una repercusión política devastadora. Inmediatamente provocó la caída del gobierno del conservador Allendesalazar y la formación urgente de un gabinete de concentración dirigido por los incombustibles Maura y Cambó. Pero la guadaña del expediente Picasso, en proceso de elaboración, amenazaba con desprestigiar, definitivamente, todo el estamento militar. El golpe de estado del general Primo de Rivera (15 de septiembre de 1923) que ponía fin a medio siglo de monarquía parlamentaria (1873-1923) se perpetró, en buena parte, para silenciar la investigación de aquel desastre. Al día siguiente del golpe de estado militar, el expediente Picasso desapareció. Y seis meses después (febrero 1924) el régimen dictatorial paralizaba in eternum la comisión de responsabilidades y amnistiaba a los generales Berenguer, Navarro, Cavalcanti, Araujo, Lacanal y Tuero,

El desastre de Annual y el régimen dictatorial

La historia de Annual explica que los poderes españoles no aprendieron nada de la lección de Cuba. El desastre de Annual —que equivalía de decir del Protectorado de Marruecos, por la enorme repercusión de aquella derrota— estuvo causado, en buena parte, por la corrupción; como había pasado en las Antillas un cuarto de siglo antes. Y como había pasado un cuarto de siglo antes, los poderes españoles se conjuraron para enterrar el expediente Picasso y la comisión de responsabilidades. El golpe de estado de Primo de Rivera, con el entusiástico apoyo del rey Alfonso XIII y la eclosión de la misteriosa dupla formada por Horacio Echevarrieta —el empresario y banquero más poderoso del momento— e Indalecio Prieto —la gran promesa del socialismo español de la época— se explican por la decisión de los poderes españoles de eludir las responsabilidades personales y corporativas en aquella masacre: 13.363 muertes.

Oficiales españoles tomados por la resistencia, que fueron rescatados con un pago millonario a cargo del estado. Fuente Wikimedia Commons

Oficiales españoles tomados por la resistencia, que fueron rescatados con un pago millonario a cargo del Estado / Fuente: Wikimedia Commons

El desastre de Annual y Catalunya

La dupla Echevarrieta-Prieto sería, a largo plazo, una de las grandes beneficiadas del desastre de Annual. Echevarrieta era uno de los principales accionistas de los bancos de Bilbao, de Vizcaya y de Santander. Y era el padrino político del socialista Prieto. Echevarrieta ganó un gran prestigio como negociador del rescate de los oficiales españoles prisioneros de guerra. Y cuando el expediente Picasso vio la luz (1931), salió reforzado. Con su ahijado político Prieto, nombrado ministro de Hacienda del primer gobierno de la República, urdieron el hundimiento del Banc de Reus, que rivalizaba con los bancos de Echevarrieta por el liderazgo financiero español. Reveladoramente, el Banc de Reus, puntal financiero catalán, fue empujado a la bancarrota (7 de julio de 1931) cuando el proyecto del Estatuto de Catalunya estaba a punto de entrar en tramitación en las Cortes republicanas.

 

Imagen principal: Alfonso XIII y Primo de Rivera / Fuente: Wikimedia