El Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) mantendrá abierta hasta el 15 de enero la exposición Lluïsa Vidal, pintora del modernisme. Con esta exposición, se quiere poner al descubierto una de las pocas mujeres que tienen su obra en los fondos del MNAC. De hecho, es la primera vez, en su historia, que el MNAC organiza una muestra monográfica dedicada a una mujer (al mismo tiempo que El Prado, también, acoge su primera muestra sobre una mujer, Clara Peeters). La exposición, que entra dentro de la estrategia del MNAC de difundir la tarea de los artistas que tienen piezas en sus almacenes, recoge 70 obras de Vidal: pinturas, dibujos e ilustraciones (y también algunos esbozos, que no estaban pensados para ser expuestos). Consol Oltra ha sido la comisaria de esta exposición.

La formación

Lluïsa Vidal (1876-1918) tenía un gran talento, pero en su época pocas mujeres con talento podían despuntar. Ella tuvo la suerte de disfrutar de algunas circunstancias favorables que le ayudaron a destacar. Era hija del mueblista Francesc Vidal, un hombre muy abierto que facilitó muy buena educación a sus hijas, animándolas a que pudieran vivir por sí mismas. Gracias a la ayuda paterna y a que la familia tenía muchos recursos, la pintora pudo tener una formación artística muy sólida (sus profesores de música fueron Enric Granados, Isaac Albéniz y Pau Casals, y éste terminaría por casarse con una de sus hermanas). Veraneaban en Sitges, y Lluïsa Vidal participaba, con su familia, en las famosas fiestas modernistas promovidas por Rusiñol. En realidad, conocía a muchos artistas modernistas, porque su padre hizo muebles para muchas construcciones modernistas. La futura pintora visitó el Prado con su padre, y también fueron a ver grandes museos franceses, así como la Exposición Universal de París. En 1901 Lluïsa se marchó a París, donde pasó todo un año. Allí se formó con profesores de mucha calidad, en una academia mixta (en Catalunya, en ese tiempo, las mujeres no solían participar en las clases de pintura de los hombres).

Maternitat, de Lluïsa Vidal.

Una mujer de éxito

Lluïsa Vidal fue de las pocas mujeres que, además de dedicarse a la pintura, pudo hacerlo profesionalmente. Incluso estableció su propio taller, cuando la mayoría de las pintoras realizaban sus obras en su casa. Tuvo un gran éxito profesional. Se ganaba la vida como retratista, pero también colaboraba como ilustradora en varias revistas (como La Ilustración Artística o Feminal). El 1911, después de que su padre enloqueciera, abrió una escuela femenina de dibujo y pintura que tuvo muchas alumnas. Murió prematuramente, en 1918, como consecuencia de la famosa epidemia de gripe. Tras su muerte, la Sala Parés organizó una gran exposición retrospectiva, pero al cabo de poco tiempo Lluïsa Vidal cayó en el olvido. En algunas historias del modernismo catalán ni siquiera es citada.

Les mestresses de casa. Lluïsa Vidal. MNAC

Modernismo con sensibilidad femenina

Lluïsa Vidal forma parte de la segunda etapa del modernismo (como Nonell), aunque estilísticamente está mucho más cerca de los artistas de la primera etapa, como Ramon Casas o Santiago Rusiñol. Escapó a circunscribirse a aquello que en la época se consideraba pintura femenina, que solía limitarse a las flores y a las naturalezas muertas; Vidal convirtió a la persona en la protagonista de su pintura. En principio optó por modelos de estudio, pero más adelante pasó a retratar a la gente de su entorno, como sus hermanas. Algunas de sus obras claves son aquellas en que plasma la vida cotidiana de las mujeres: la colada, el cortejo, los momentos de ocio... (entre estos, uno de los cuadros más logrados de la exposición: "Les mestresses de casa"). A esta pintora le gustaba, a veces, pintar a las mujeres en sus momentos de intimidad: cosiendo, leyendo... (como es el caso de la embarazada de "Pelando una naranja"). Es una intimidad bien diferente de la que reflejan sus compañeros hombres, porque las mujeres de Vidal están desprovistas de cualquier erotismo, a diferencia de las "toilettes" y las bañistas de los pintores modernistas. En algunos de sus cuadros, de forma más bien excepcional, Vidal enmarca sus figuras humanas en escenas de rituales y de fiestas populares. De aquí surgen algunos de los cuadros más espectaculares de la muestra, como "El entierro".

Retrato de Dolors Monserdà. Lluïsa Vidal. MNAC.

La feminista

Lluïsa Vidal fue una artista preocupada por la situación de la mujer. Colaboró como ilustradora, durante 10 años, en la revista Feminal, el máximo exponente del feminismo catalán en aquella época. Vidal hizo amistad con intelectuales catalanas de la época: las escritoras Monserdà de Macià y Caterina Albert, la pedagoga Francesca Bonnemaison... Y colaboró con algunas de sus iniciativas, como el Comité Femenino Pacifista de Catalunya. En el MNAC se expone un retrato que hizo la pintora a Dolors Monserdà de Macià.

 

Lluïsa Vidal. Autorretrat. c. 1899. Museu Nacional d'Art de Catalunya.