Allí donde el catalán adopta uno de sus acentos más bellos. Donde líneas ficticias separan un mismo suelo, por una parte denominado Terra Alta y del otro Matarranya. Allí donde el paisaje, escarpado por los imponentes Ports, sigue resistiendo salvaje y casi virgen. Allí, escondida en un bosque donde confluyen la alquería sarracena de Arnes, Queretes y Vall de Roures, encontraréis una biblioteca perdida. La biblioteca más bonita del mundo.

biblioteca matarranya exteriorLa biblioteca más bonita del mundo está escondida en el Matarranya. Foto: Oriol Rodríguez

Horizontal azul

L'horizontale Bleue es el nombre con que Gloria Friedmann ha bautizado su biblioteca, la biblioteca perdida del Matarranya. Artista autodidacta, Friedmann nació en Alemania, en Kronach, en el año 1950. En 1977 se instaló en Francia y ya no se ha marchado de allí.

Siempre buscando nuevos territorios con los que trabajar expresiones artísticas como la escultura, la pintura, la fotografía o el vídeo, fue a inicios de la década de los ochenta que su carrera empezó a seducir a los círculos creativos. Una obra que siempre se ha caracterizado por balancearse entre la experimentación, la poetización del lenguaje artístico y su incorporación y mimetización con la naturaleza. Fue justamente con este propósito con el que Friedmann llegó a los Ports.

Un espacio en el que perder el tiempo entre libros era la idea que la obsesionaba cada vez que llegaba a aquel punto del bosque, un balcón con vistas privilegiadas al Parc Natural dels Ports. De aquella pulsión casi enfermiza surgió Horizontale Bleue, a simple vista poco más que un cubículo de cinco metros de largo por dos y medio de ancho. En su esencia y materialización, una obra de arte fascinante.

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Libros, hamacas y vistas a los Puertos, la mejor combinación para perder el tiempo. Foto: Oriol Rodríguez

Una biblioteca siempre abierta

El horizontale Bleue es una biblioteca. Una biblioteca entre pinos y robles abocada a una panorámica hipnotizante. Una biblioteca abierta los siete días de la semana, las veinticuatro horas del día. La entrada es libre, no se necesita carné (tampoco se hacen préstamos), puede acceder todo el mundo.

Su interior está cubierto de libros de geografía, de literatura de viajes y de historia local. Hay una mesa para consultarlos. Y unas hamacas para estirarse y entregarse sin prisas, dejando pasar el tiempo el tiempo, a la lectura.

Su exterior son poco más de cuatro paredes de madera conglomerada pintadas de 'azul Picasso'. Friedmann quería que su creación bailara en conjunción con el cielo de la zona. No sabía cuando la ideó que todo lo que sabía Picasso lo aprendió en Horta de Sant Joan, a poco más diez minutos en coche de donde se oculta su construcción. La novela de su biblioteca del tiempo perdido no podía tener un mejor capítulo final.

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Los bosques del Matarranya: un fascinante museo al aire libre. Foto: Oriol Rodríguez

Un museo al aire libre

Horizontale Bleue no es la única obra de arte que esconde el bosque del Matarranya. Iniciativa realizada por la Galería Albarra Bourdais, en una ruta que rodea la fascinante Solo House, construcción experiencial que toma las formas deseadas por sus huéspedes, el caminante puede disfrutar de un impresionante museo al aire libre.

Una sala ilimitada conformada por 20 creaciones firmadas, en su mayoría, por algunas de las artistas femeninas más destacadas de las últimas décadas, como Angelika Markul, Shilpa Gupta, Claudia Comte, Mona Hatoum, Camile Hanrot, Esther Stocker o Kiki Smith

El auténtico bosque animado lo encontraréis allí donde el catalán adopta uno de sus acentos más bellos. Donde líneas ficticias separan un mismo suelo, por una parte denominado Terra Alta y del otro Matarranya. Allí donde el paisaje...