Buenos Aires, 29 de enero de 1830. El gobierno de la nación argentina confirmaba el grado de sargento mayor y aprobaba la concesión de una pensión vitalicia a Remedios del Valle que, de esta forma, se convertía, oficialmente, en la primera enfermera militar de la historia americana. Remedios del Valle, afroargentina nacida esclava en 1766, después de ocho años como enfermera militar (1806-1814) y de quince años batallando contra la burocracia y la cultura patriarcal (1815-1830), se convertía en la primera mujer que accedía al selecto club de "padres de la patria argentina". En su caso, la primera "madre de la patria argentina" y la primera heroína oficial de la historia americana.

Representación del ejército independentista argentino (1812). Font Museo de Arte de la Nación Argentina

Representación del ejército independentista argentino (1812) / Fuente: Museo de Arte de la Nación Argentina

¿Quién era Remedios del Valle?

Remedios del Valle había nacido esclava en alguna explotación agraria de las afueras de Buenos Aires en 1766. Río de la Plata (el nombre primigenio de Argentina) era un territorio de colonización tardía, pero en aquel momento se encontraba en plena fase expansiva. Y eso sería lo que, en aquel contexto de colonización, explicaría la existencia del mal conocido fenómeno de la esclavitud en aquella región meridional del continente americano. No obstante, las fuentes documentales apuntan claramente que en algún momento de su vida fue desplazada del campo a la ciudad. El año 1806, con cuarenta años de edad, consta como "doméstica" de una familia acomodada de la ciudad de Buenos Aires.

Representación de las guerras contra las invasiones británicas (1806 1807). Font Gobierno de la ciudad de Buenos Aires

Representación de las guerras contra las invasiones británicas (1806 1807) / Fuente: Gobierno de la ciudad de Buenos Aires

De "doméstica" a enfermera militar

El 25 de junio de aquel año, un ejército británico formado por mil seiscientos efectivos y comandado por el capitán Beresford, desembarcaba en Quilmes e iniciaba la conquista de Buenos Aires. Las milicias civiles "porteñas" (el ejército colonial español ni estaba, ni se lo esperaba) se organizaron; y, durante cuarenta y cinco días, batallaron calle a calle, y plaza a plaza contra el invasor británico. Uno de estos combates fue en el fuerte de Miserere (en el actual barrio de Balvanera), que enfrentó a las tropas invasoras británicas y la milicia civil "Migueletes de Cataluña", formada -exclusivamente- por inmigrantes catalanes. Aquel combate fue, también el bautizo de fuego de la enfermera Remedios del Valle.

Representación de Buenos Aires durante la Revolución independentista (1810). Font Gobierno de la ciudad de Buenos Aires

Representación de Buenos Aires durante la Revolución independentista (1810). Fuente Gobierno de la ciudad de Buenos Aires

La conexión catalana de Remedios del Valle

Las fuentes documentales revelan que las únicas fuerzas locales que combatieron en aquella batalla fueron las formadas por la milicia civil catalana. Por lo tanto, la presencia de Remedios del Valle en aquel episodio bélico (que se resolvió a favor de los catalano-argentinos) no se explica sino que es que era la "doméstica" de una familia de comerciantes catalanes que, por las circunstancias del momento, fue reconvertida en enfermera de la milicia catalana. Más tarde, en el transcurso del segundo intento británico de invasión (1807), Remedios aparece, de nuevo, sobre los escenarios bélicos donde combaten los "Miñones de Cataluña"; el nuevo nombre que el virrey hispánico Linieres le había impuesto a la milicia civil catalana.

Enfermera del ejército libertador

El año 1810 estallaba la guerra de la independencia de Río de la Plata. Durante cuatro años (1810-1814), Remedios del Valle acompañó al ejército independentista, y estuvo presente -siempre como enfermera militar- en todos los grandes escenarios bélicos de aquel conflicto. Desde Buenos Aires hasta Tucumán (al pie de los Andes). El 14 de noviembre de 1813, fue hecha prisionera en Ayohuma (Potosí). Recluida en un campo de prisioneros, no se limitó a asistir a los soldados independentistas heridos; sino que, además, asumió un rol de mando y planificó varias fugas que culminaron con éxito. En respuesta, el ejército español la represalió: fue brutalmente violada y torturada.

Representación de Buenos Aires después de la independencia (1816). Font Instituto Nacional Sanmartiniano

Representación de Buenos Aires después de la independencia (1816) / Fuente: Instituto Nacional Sanmartiniano

De la esclavitud a la libertad

No se conoce con precisión el momento en que Remedios ganó la condición de persona libre. Algunas fuentes apuntan a que antes de Miserere (1806) ya era libre. Y de otros, que ganó la libertad en el momento en que se incorporó al ejército independentista (1810). Pero ni la una ni la otra tienen fundamento porque, en aquel contexto colonial y postcolonial, ni los comerciantes de origen catalán tenían una ideología abolicionista (cuando menos, la mayoría); ni la proclamación de independencia (25/05/1810) resolvió la lacra de la esclavitud. En cambio, lo que sí es seguro, y así lo confirman los testimonios documentales, es que al fin de la guerra (1814), Remedios ya era una persona libre.

Mapa del Virreinato de Rio de la Plata (1763). Fuente Cartoteca de Catalunya

Mapa del Virreinato de Rio de la Plata (1763) / Fuente: Cartoteca de Catalunya

La dura lucha por el reconocimiento

Al acabar la guerra (1814), Remedios fue totalmente olvidada. Durante quince años malvivió vendiendo pasteles y cocas fritas por las calles de Buenos Aires. Batallando contra una nueva burocracia, la que había surgido de la independencia, contraria a reconocer los méritos de una heroína, por su condición de género y por su raza. No fue hasta 1830, con sesenta y seis años de edad, que Remedios obtendría el reconocimiento y la pensión que, desde el fin de la guerra, tenían y cobraban sus compañeros de armas de género masculino y de raza blanca. La primera enfermera militar de la historia americana moría el 8 de noviembre de 1847, a los ochenta y un años. Su cadáver mostraría un cuerpo lleno de cicatrices y de fracturas mal soldadas.

 

Imagen principal: Representación moderna de Remedios del Valle, obra de Cleto Cioccini. Fuente Universidad Nacional de la Plata