El círculo del Liceo acoge una exposición dedicada a Júlia, la musa de Ramon Casas, aprovechando el Año Casas, que conmemora el 150 aniversario del nacimiento del pintor. Júlia, el deseo está dedicada a Júlia Peraire, una chica que Casas conoció cuando vendía lotería por las calles y con la que años más tarde se casaría. Buena parte de la familia de Casas no aceptó nunca a Júlia, por clasismo. La modelo tampoco se entendió mucho con los amigos del pintor. Pero ahora, Júlia penetra en el feudo de la alta burguesía barcelonesa: el Círculo del Liceo.

La Júlia inédita

Buena parte de las pinturas que se exponen no se han visto nunca. Hay una cuarentena de pinturas y dibujos que proceden de colecciones particulares, algunas de ellas de miembros del Círculo. A éstas se le tienen que sumar la docena de obras que posee el Círculo del Liceo, entre ellas uno de los mejores retratos de la modelo: La Sargantain.

Júlies para todos los gustos

Júlia fue la musa de Casas durante más de 20 años. Durante este tiempo, Casas hizo centenares de retratos suyos. La retrató como mujer moderna, fumando, bebiendo alcohol o yendo en automóvil, pero también la pintó desnuda, con ropa de mujer acomodada, vestida de chula o incluso disfrazada de monja. La retrató muy joven, provocativa, y ya mayor, en escenas caseras... Muchos de los carteles de Casas tienen a Júlia como modelo: desde publicidad de jabones, hasta carteles de cigarrillos, de champán, de enciclopedias... Uno de los carteles de Julia, de Casas, incluso fue aprovechado por la publicidad republicana durante la guerra civil.

Júlia, c. 1911. Ramon Casas. Colecció Gadea.

La Júlia real

Júlia Peraire era hija de un librepensador, que se vio obligado a trabajar como vendedora ambulante tras de la muerte de su padre. Conoció a Casas con 17 años y con 18 se fue a vivir con él. Su madre y sus hermanas se instalaron con la pareja. No tuvo buenas relaciones con la familia de su pareja. Tardaron mucho al casarse, y sólo lo hicieron cuando Casas estaba era mayor y estaba enfermo, y pensaba en asegurar el futuro de su pareja.

Júlia, un documental de Emiliano Cano.

Un entorno idóneo

La exposición de Casas se presenta en un marco excepcional: el Círculo del Liceo está lleno de muebles modernistas. También son de este estilo todos los elementos decorativos: las barandillas, las columnas, el pavimento, los vitrales, las vigas... Todo está lleno de decoraciones propias del Art Nouveau. Incluso el ascensor es una joya del modernismo. La exposición ha intentado respetar la lógica y la estética del espacio, y alterarlo mínimamente. El cuadro La Sargantain, por ejemplo, se expone en su sitio habitual. Y no se ha tocado nada del fumador donde hay una docena de obras de Casas (el espacio conocido como "La Rotonda"). Y también se mantiene Baile de tarde, la pintura de Casas en el bar del Círculo. En realidad, el pintor tuvo mucho contacto con el Liceu: varias pinturas suyas representan al público del Liceu, y muchos miembros del Círculo eran amigos suyos. Aquellos que nunca han conseguido entrar en este espacio podrán contemplarlo aprovechando la exposición. 

Visitas para minorías

El Círculo del Liceo es un espacio reducido, que sólo se abre excepcionalmente. Por eso, aquellos que quieran ver la exposición tendrán que adquirir una entrada anticipada a través de ticketmaster. La muestra estará abierta hasta el 10 de julio. Los organizadores han editado un lujoso catálogo con textos de Isabell Coll Mirabent. En esta obra se reproducen numerosas obras del pintor; incluso algunas que no tienen relación directa con Júlia. Pero de hecho, la obra quiere ser mucho más que el catálogo de la exposición sobre Júlia: pretende ser una reflexión general sobre la obra de Casas y sus influencias.

 

Fotografía de portada: La Sargantain (o Júlia), 1907.