El Decreto de la Alhambra (1492) promulgado por los Reyes Católicos (conversión forzosa o expulsión de la minoría judía de la monarquía hispánica) provocó una formidable diáspora que tuvo varios destinos. Y aún se produjeron migraciones posteriores, que en el caso de una de estas corrientes acabaría en una ciudad embrionaria: la futura Nueva York. En aquella historia, los judíos de origen catalán tuvieron un papel muy relevante.