La librería Altaïr de Barcelona ha acogido esta mañana el anuncio del 55.º Premi d’Honor de les Lletres Catalanes, reconocimiento que Òmnium Cultural otorga ininterrumpidamente desde el año 1969. El galardón se entrega cada año a personas que, por su obra literaria o científica en lengua catalana, y por la importancia y ejemplaridad de su tarea intelectual, han contribuido de manera notable y continuada a la vida cultural de los Països Catalans. Este año el premio ha sido para Josep Piera Rubió.

Un escritor total

"Un escritor total", así ha descrito Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural, Josep Piera Rubió (Beniopa, la Safor, 30 de mayo de 1947) ganador del 55.º Premi d’Honor de les Lletres Catalanes, novelista, poeta y traductor valenciano, uno de los miembros más destacados de la Generación de los 70. "Piera ha sido un activista incansable de la lengua, de esa lengua catalana que se hablaba en casa y que él evidenció que también se podía escribir. Un aglutinador de generaciones, desde Joan Fuster a Pantxo de Zoo, que siempre lo ha destacado como uno de los mayores poetas en nuestro idioma".

Como poeta inició sus publicaciones en catalán a inicios de los 70 cuando fue seleccionado en la antología Carn Fresca de jóvenes poetas catalanes. Ya en la década de los 80 publicó uno de sus libros más celebrados, Un bellíssim cadàver barroc, destacado por la crítica como un aporte insólito dentro de la narrativa de viajes. Una obra extensísima en la que no puede faltar la cita de Ací acaba tot, un viaje mental donde su enfermedad y la vieja Europa, representada por la isla de Sicilia, son protagonistas.

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Xavier Antich y Josep Riera Riubó en el acto en que se ha anunciado el 55 Premi d’Honor de les Lletres Catalanes / Foto: Carlos Baglietto

 

Un animal de palabras

"Soy muy charlatan, pero después del discurso de Xavier Antich me he quedado sin palabras", ha dicho socarrón Piera Rubió al tomar la palabra. "Cuando uno empieza quiere escribir desde el realismo y desde el nosotros. Pero uno escribe de lo que sabe, de lo que siente, de sí mismo. Pero esto debe ser compartible, porque sin una visión colectiva nada tiene sentido. Y aquí es donde entra la literatura y las palabras. Y yo soy un animal de las palabras".

"Empecé escribiendo historias en castellano y canciones en francés. Lo que no imaginaba entonces es que la lengua con la que hablaba en casa, también podía hacer literatura. Así fue como empezó todo. A partir de ahí, quien quiera saber más de mí, que me lea".

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Josep Riera, un escritor total / Foto: Carlos Baglietto

Sobre la lengua, Piera Riubó ha enfatizado que "podemos llamarle valenciano, catalán, mallorquín o como queramos, pero lo que es innegable es que todos compartimos un mismo idioma. Al pan, pan, al vino, vino, y al catalán, catalán". "Somos una historia milenaria, no millennial", ha bromeado de nuevo en su discurso. "Hagamos lengua, cultura, sintámosla, amémosla. Digamos t'estimo t'estime", concluyó recordando aquellos Camals mullats de la Gossa Sorda.

Un tópico muy cierto

"Entre pandemias y no pandemias, hacía años que no subía a Barcelona. Si digo que no me lo esperaba es un tópico, pero es verdad. Hoy que ya me he tomado un par de cafés, confieso que me siento eufórico. Últimamente, no estaba muy vital, por la enfermedad, pero este premio me ha llevado a sentirme, como decimos los valencianos, pagado. Si no lo hubiera ganado, tampoco habría pasado nada, porque ya he vivido todo lo que tenía que vivir, pero a quien le amarga, un dulce".

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Josep Riera ha celebrado el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes con una paella / Foto: Carlos Baglietto

Más allá de su incuestionable valía literaria, el jurado del 55.º Premi d’Honor de les Lletres Catalanes, este año conformado por Marc Artigau, Judit Carrera, Martí Domínguez, Àngels Gregori, Ingrid Guardiola, Maria Rosa Lloret, Isidor Mari, Marta Nadal y Salvador Sunyer, ha querido destacar la vertiente cívica de Josep Piera Ruibó a la hora de articular desde el País Valencià el sistema literario catalán, su tarea inmensa en las adaptaciones y versiones de los poetas araboandaluces, la traducción de los poetas italianos y la actualización y difusión de nuestros clásicos, especialmente Ausiàs March. Además de enfatizar también su participación en la creación de la Associació d'escriptors en Llengua Catalana, su papel en la reanudación del Pen Català su vinculación con los Encontres d'Escriptors de la Mediterrània, entre otros.