Josep Gifreu, catedrático de Teoría de la Comunicación y profesor emérito de la Universitat Pompeu Fabra, ha obtenido el Premi d'assaig Irla 2018, con un ensayo sobre la batalla comunicativa en torno al proceso soberanista. La obra, El quart poder i la independència. La batalla mediàtica en els “fets d'octubre” del Procés, será publicada en la colección El Fil d'Ariadna, de Angle Editorial. La entrega del premio tendrá lugar la Nit Irla, el 14 de junio, en el Ateneu Barcelonès. El premio, otorgado por la Fundació Josep Irla, está dotado con 6.000 euros, y el jurado estaba formado por Agustí Alcoberro, profesor de Historia de la UB; Ferran Espada, periodista; Rosa Rey, directora de Angle Editorial; Cristina Sànchez Miret, profesora de Sociología de la UdG; y Judit Vall, profesora de Economía de la UB.

josep 10 5 09

Los hechos de octubre de 2017

Este no es un estudio académico, porque no ha habido tiempo para hacerlo, sino un ensayo hecho sobre la marcha, con el que Gifreu quiere preguntarse sobre el papel del periodismo en nuestra sociedad. Este profesor de la UPF estaba preocupado, como periodista, por analizar cómo habían tratado los medios el proceso soberanista, en general, y los sucesos que se desarrollaron en torno al referéndum, especialmente. Le interesaba ver cómo la prensa podría haber servido para crear un ambiente de opinión favorable o contrario al soberanismo. Se centró, especialmente, en analizar las portadas y los editoriales de los periódicos de referencia, catalanes, españoles e internacionales, y lo complementó con un estudio de cómo había sido abordado este tema en las redes sociales.

La distancia de los extranjeros

Gifreu hace una buena valoración del trabajo de los medios internacionales en el conflicto. Argumenta que la prensa extranjera, generalmente, ha sido capaz de ver el conflicto desde fuera y de informar de forma correcta; la distancia les habría sido muy favorable. Apunta que aunque hay pocos medios que simpaticen con el soberanismo, hay una gran diversidad de posicionamientos, y muchos medios apuestan por una solución negociada para Catalunya e intentan calibrar todos los argumentos. Indica que la esfera catalana, en cambio, ha estado mucho más dividida; y en gran la prensa madrileña detecta "una sumisión clara al gobierno".

Periodismo en problemas

En su libro, Gifreu defiende que los grandes medios madrileños, que son todos de grandes grupos de comunicación, han permanecido muy compactos en la difusión de un discurso que era el del gobierno, y no han sido capaces de distanciarse mínimamente de este. Argumenta que "están muy lejos de los ideales de los códigos deontológicos del buen periodismo" porque "han supeditado su tarea periodística a los designios del gobierno del PP". Gifreu argumenta que a veces el trabajo de los periodistas de la gran prensa madrileña es correcto, pero que después se distorsiona a causa de las presiones de los directivos de los medios, y que eso se hace palpable en los titulares inadecuados, o en fotografías no pertinentes. "Todo se editorializa, desde la portada hasta los titulares... y eso elimina el periodismo riguroso" explica Gifreu, que añade: "Cuando un titular de El País dice que el independentismo pasea su odio a España por Bruselas, todo está dicho".

Desigualdad de fuerzas

Gifreu considera que en el enfrentamiento mediático hubo una gran desigualdad entre las fuerzas enfrentadas. Las fuerzas favorables al proceso eran mucho más débiles, y afirma que esto no es por casualidad: "Está claro que la prensa centralista ha tenido una colaboración clave con el gobierno, con las cloacas del interior... Eso se ha visto, por ejemplo, con la filtración continua de documentos. Y eso no existe en Catalunya". Los grandes grupos mediáticos se han puesto al lado de los poderes del Estado (y del poder económico) y han constituido un verdadero "cuarto poder". Y, pese a la debilidad de sus rivales catalanes, desde los grandes medios españoles se mantiene una campaña contra TV3, que Gifreu considera que está destinada alcanzar "una victoria absoluta sobre el posible cuarto poder catalán".

Redes poco independientes

Gifreu ha querido reservar un capítulo del libro al peso de las redes sociales. Apunta que realizaron un papel muy importante, tanto para movilizar a la gente, como para crear un determinado clima de opinión. Pero opina que han estado absolutamente subordinadas a los discursos del poder. Serían, pues, mucho menos independientes y espontáneas de lo que piensa mucha gente: "Las redes sociales han reproducido el gran debate de los grandes medios, que no es sino el gran debate entre los grandes partidos", explica.

Malos tiempos para el periodismo

Gifreu cree que el proceso soberanista no ha sido beneficioso para el periodismo con principios. Alega que "El periodismo de manual, el que en teoría defienden las entidades periodísticas nacionales e internacionales, el basado en el rigor y la imparcialidad, aquí ha perdido, se ha dejado de lado, en general, sobre todo porque los medios de comunicación han actuado como armas en diferentes trincheras". Y argumenta que eso es sobre todo palpable en los grandes medios de referencia de Madrid y acusa de falta de escrúpulos al "periodismo que parte de la base que la unidad de España es innegociable".