El prestigioso festival de fotoperiodismo Visa pour l'image, celebrado en Perpinyà, ha eliminado una parte de las fotografías presentadas por el fotoperiodista catalán Jordi Borràs donde aparecía Marine Le Pen, líder de la extrema derecha francesa. Las imágenes, incluidas en el proyecto 'Todos los colores del negro' de Borràs, retratan el ascenso de la extrema derecha a Europa, y se proyectaron delante de un auditorio de 2.500 personas el pasado 5 de septiembre, pero para sorpresa de Borràs, las instantáneas de Le Pen fueron eliminadas. El fotoperiodista ha expresado su indignación por esta decisión, calificándola de "censura de carácter político". Según ha informado, el director del festival argumentó que las fotos de Le Pen eran "flojas" en comparación con otras imágenes de neonazis tatuados, aunque su proyecto también incluye imágenes de líderes políticos europeos como Viktor Orbán, de los demócratas suecos o de Andrzej Duda.

Borràs defiende la importancia de mostrar a estos políticos como figuras clave de la derecha radical, conservadora y populista, que actualmente ocupan posiciones de poder en Europa. Lamenta profundamente que su trabajo haya sido "sujeto a censura", sobre todo después del aparente apoyo inicial del festival. Vistas las explicaciones que le ha dado el festival, Borràs afirma que lo que ha pasado es un acto de "censura de carácter político". Un hecho que el fotoperiodista lamenta, dado que en un principio había celebrado la decisión del festival de acoger su proyecto, más teniendo en cuenta que el alcalde de Perpinyà, ciudad que acoge el certamen, sea Louis Aliot, expareja de Marine Le Pen. Borràs denunció los hechos en un artículo en el medio 'Nació Digital' que, según dice, ha tenido resonancia en diferentes medios franceses de alcance estatal. Es consciente que eso está comportando dificultades a la dirección del festival, pero lo considera "un acto de justicia y de autodefensa", a fin de que quede claro que "no ha habido una cuestión de autocensura, sino de censura".

Por otra parte, el fotoperiodista catalán afirma que tiene dudas sobre el futuro de su participación en el festival, ya que cree que esta polémica podría hacer que no sea seleccionado en futuras ediciones. No obstante, espera que el tiempo le dé la razón y que en futuras ocasiones el festival actúe de manera "más deontológica". Su preocupación es que, dadas las prácticas y las excusas actuales del festival, podría tardar tiempo en ser invitado de nuevo, lo cual no considera justo. "Soy muy feliz por haber podido exhibir el proyecto al Visa pour l'image, pero me queda el regusto amargo tanto de la censura como del hecho de que se esté hablando más de eso que de un trabajo que hace catorce años que hago", explica Borràs con relación a la tarea de retratar el auge de la extrema derecha en Europa. "Es muy posible que este alboroto cause el malestar suficiente a la dirección del Visa para no seleccionarme más. Espero que el tiempo no me dé la razón y que si presento otro proyecto se actúe de forma deontológica, pero desgraciadamente viendo las prácticas y las excusas del festival, mucho me temo que tardaré mucho tiempo a volver a ser presentado, y eso no sería justo", concluye el fotoperiodista catalán.