El Museo Reina Sofía de Madrid estrenó este martes la exposición 'La bondadosa crueldad', de León Ferrari (Buenos Aires, 1920-2013), un artista argentino ganador de varios premios internacionales que siempre ha tenido que convivir con la polémica. Su obra, que ahora llega a Madrid gracias a una donación de los herederos, ilustra como hizo de la provocación un arma de lucha política.
Antes de entrar en la exposición, el Museo de la capital advierte que algunas de las imágenes que se muestran pueden herir la sensibilidad de los espectadores. Pero este es el legado de Ferrari. El uso de símbolos religiosos para denunciar la guerra, el abuso de los gobiernos, las estructuras de poder y la normalización de la violencia son las claves que definen su obra.
En Juicio Final, de la serie Excrementos, una escena de la Capella Sixtina aparece manchada por excrementos de pájaro con el fin de denunciar la arbitrariedad de la justicia, mientras que su obra más icónica, La civilización Occidental y Cristiana, está formada por un Cristo crucificado sobre un avión militar estadounidense, figura que utilizó para denunciar la naturalización de la violencia por parte de la sociedad. La primera obra ha sido donada al museo, mientras que la segunda, que fue censurada con polémica en su primera exposición, sigue siendo propiedad de los herederos.
La venda antes de la herida
Ferrari es uno de los grandes nombres del arte por la trascendencia de su obra y por su influencia en varias generaciones de artistas. Según señaló el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, contar con la donación de la familia ha sido "toda una suerte".
"Nadie tiene la obligación de ver la exposición, el museo tiene una gran oferta. Los museos tienen que ser lugares de libertad, refugio y acogida, si no se puede debatir sobre los terrores de la historia, tampoco se tendría que poder representar teatro griego", dijo. "Él no critica las creencias religiosas, pero sí que juzga la utilización de ciertas imágenes", añadió.
El legado de Ferrari
León Ferrari fue un artista exitoso de su generación. Su padre, arquitecto y pintor de iglesias, le dijo que estudiara otra cosa porque con el arte no se ganaría la vida. Y así lo hizo, ya que estudió ingeniería. Después, sin embargo, de manera autodidacta empezó a construir su obra, fundamentada en la escultura, la poesía y el collage.
A lo largo de su vida se tuvo que exiliar en Brasil y perdió a un hijo, Ariel, en la dictadura argentina, pero aun así "se sobrepuso a estos hechos", explicó uno de los comisarios, Javier del Olmo. Su obra no nace con el objetivo de provocar, sino desde "el respeto y la búsqueda, conocía los temas que trataba", añadió.
El legado de Ferrari ha recibido tantas críticas como premios internacionales. Parte de sus piezas se encuentran en la exposición permanente del MoMA y en instituciones de todo el mundo, y, entre muchos reconocimientos, recibió el León de Oro de la Bienal de Venecia (2007).