Diez años después de Yo confieso, el escritor Jaume Cabré (Barcelona, 1947) vuelve en las librerías con una nueva novela. Consumidos por el fuego es, según Emili Rosales, director editorial del Grupo 62 y Destino, "una pequeña obra maestra" de un "gran referente de la literatura catalana", especialmente a nivel internacional. La expectación por la publicación de este nuevo libro de Cabré –su último libro de narrativa es Cuando llega la penumbra, publicado el año 2017– es tal que antes de ponerse en venta ya se han anunciado nueve traducciones. De momento llega hoy a las librerías, acompañado de la traducción al castellano, publicada por Destino.

De hecho, lo mismo Cabré ha querido relativizar esta expectación, recordando que, a diferencia de los lectores, él no tiene prisa, y cuándo estos le piden si no escribe porque hace tiempo que no publica, tiene la tentación de arrarlos por el pezcuezo y recordarles que sigue trabajando. "No me afecta para nada que haga tres años o diez que no publico.... Escribo cada día"!.

En este sentido, ha compartido con la prensa el volumen de los borradores que han dado lugar a la novela, después de mucho tiempo de escritura y reescritura. "Si yo no me puedo creer las cosas no se las creerá el lector", ha asegurado en rueda de prensa desde su casa, en Matadepera. Aunque terminó la novela durante el año pasado, la pandemia no se ha filtrado en  Consumidos por el fuego: "No se me habría acudido hacer salir la pandemia en lo que estoy escribiendo, más bien quiero proteger este mundo que construyo" ha sentenciado.

 Consumidos por el fuego Jaume Cabré

Homenaje a la literatura

Consumidos por el fuego es, para su editor Josep Lluch, "una novela breve e intensa donde Cabré despliega las suyas dotes de narrador sagaz", con personajes abocados a situaciones límites, una tensión narrativa como la cuerda de un violín y un uso feliz de la libertad creativa... Repleta de homenajes literarios, la narración está protagonizada por Ismael, un joven que no ha tenido una infancia fácil y que se gana la vida como profesor de lengua y literatura, y que vivirá una situación límite después de la cual tendrá que recuperar la memoria y reconstruir qué ha pasado, justo cuando acaba de reencontrar a una antigua vecina con quien ha iniciado una relación, Leo, dependienta de una merceria, inspirada en un comercio desaparecido de Terrassa.

Ismael, el protagonista, tiene un nombre con una clara resonancia en Moby Dick, en una novela que es todo ella un homenaje a la literatura y a su poder, que se puede interpretar como una advertencia –no buscada por el autor– de pérdida de referentes literarios a nuestra sociedad. En este sentido, los personajes que interactúan con Ismael no son capaces de reconocer el universo de referentes que él, como buen lector, utiliza. El escritor, que rehúye la explicación de la trama para evitar los spoilers, ha reconocido que una de las pequeñas desgracias que ocurren al protagonista se inspira en una experiencia autobiográfica, cuando fue despedido de la academia donde trabajaba por haber compartido con los alumnos un poema en catalán. "Escribirlo ha sido la manera de expulsar este recuerdo".

Al lado de la trama de Ismael, Cabré introduce un pequeño jabalí. De hecho, de este singular elemento nace la cita que abre el libro. Su amigo Zvi Katz, lector voraz a caballo entre Israel y México, le respondió "¿Y qué"? cuando le comentó que tenía empezada una novela protagonizada por un jabato. Sobre este animal, Cabré confesa que los personajes son una caja de sorpresas. "Este jabato no hace sombra al protagonista oficial, pero tiene una presencia importante en la novela".

Sobre la presencia de los jabalí a Consumidos por el fuego, Cabré ha recordado que cuando era scout le pusieron como sobrenombre "jabalí huraño", unos animales que han ido apareciendo a mi obra y mi vida. En este sentido, ha recordado un encuentro andando hacia la Mola, con un jabalí macho que se lo quedó mirando fijación. "Por lo tanto, era lógico que un día u otro apareciera en una novela" ha sentenciado. "Vi que podía mantener la presencia del jabato que tiene tendencia a distraerse y pensar más de la cuenta sin que molestara a la historia de Ismael y así ha quedado", ha explicado Cabré.