El Museu Arqueològic de Catalunya (MAC) presenta, hasta el 25 de septiembre, la exposición "En busca de los tesoros perdidos. Homenaje al arqueólogo cinematográfico Indiana Jones". Con esta exposición se quiere rendir un homenaje a este personaje de ficción que contribuyó a popularizar la arqueología. De esta forma, se quiere aproximar el Museu y la arqueología a nuevos públicos, en la línea de algunas actividades que se han realizado últimamente vinculadas con la gastronomía.

La exposición

La muestra que se expone en el Museu ha sido producida por Rubens Productions. La idea es combinar piezas arqueológicas reales del fondo del museo, con réplicas de los objetos que buscaba Indiana en sus películas: el Santo Grial, el Ídolo de Oro de la Fertilidad, el Cabezal de Ra o la calavera de cristal. Los que vayan al MAC también pueden aprovechar la visita para ver el fondo permanente del Museo, o para acceder a alguna actividad complementaria, como los talleres de excavación para niños que tienen lugar los fines de semana.

El arqueólogo cinematográfico y los arqueólogos reales

No hay duda ninguna que Indiana Jones popularizó la arqueología, pero no todos los arqueólogos están satisfechos con sus películas. En realidad, muchos nunca pensarían en hacerle un homenaje, sino más bien en todo el contrario. Algunos arqueólogos critican los filmes de la serie porque presentan al arqueólogo como un aventurero, en tanto que su trabajo está mucho más relacionado con un trabajo metódico, sistemático, estrechamente vinculado con investigaciones en el laboratorio y con excavaciones muy esmeradas, milimétricas. Alegan que los arqueólogos encuentran los restos con método, y no con mapas milagrosos, que tan sólo existen en las películas.

Ni Santo Grial ni calavera de cristal

Los arqueólogos universitarios critican la visión que ofrece Indy de su oficio: los arqueólogos de verdad no buscan tesoros, sino obtener el máximo de informaciones del pasado. En este sentido, tan relevante puede ser una joya como un trozo de cerámica, un fragmento de mandíbula o una madera carbonizada. No es mejor antropólogo el que consigue más tesoros, sino el que nos permite conocer más cosas de la vida del pasado. Los arqueólogos excavan monumentos, pero también cuevas en las que vivían los hombres del Paleolítico, viviendas obreras de principios del siglo XX y fosas de la guerra civil. Además, en las películas de Indiana Jones hay un tremendo batiburrillo de informaciones cruzadas y erróneas sobre las diversas culturas, como lo han denunciado algunos investigadores: los guionistas mezclan elementos de las culturas mesoamericanas y sudamericanas sin problema, sólo por exigencias del guion.

Indiana Jones, el saqueador

Hay muchos arqueólogos que consideran que Indiana Jones no actúa como un arqueólogo, sino como un buscador de tesoros. Indy cobra por los objetos que saca de otros países; es decir, se dedica al expolio del patrimonio arqueológico (un fenómeno que los arqueólogos de hoy en día intentan combatir). En las películas de Indiana Jones los arqueólogos se apropian de los objetos que encuentran y los usan como quieren: pueden emplearlos como ornamento, pueden tenerlos en su despacho o pueden romperlos (excepto en la última película de la serie, en que Indiana juega el papel de defensor del patrimonio). En muchas escenas, Indiana trata con dejadez los objetos arqueológicos, o incluso los rompe, cosa que nunca haría a un arqueólogo de verdad, actual, o de hace ochenta años. Ignacio Rodríguez Temiño, al escribir un libro sobre el pillaje de los buscadores de tesoros, lo tituló Indiana Jones sin futuro. Jones no sería un ejemplo a seguir, sino un modelo a evitar. Los arqueólogos, hoy en día, si encuentran objetos vistosos o valiosos, tienen como prioridad dejarlos sobre el terreno, y no llevárselos...

El Indiana Jones racista

Indiana Jones se presenta como un personaje no racista porque combate a los nazis. Pero muchos arqueólogos critican su papel hacia las culturas del Tercer Mundo. Jones no tiene ningún tipo de formación antropológica, y actúa con un gran etnocentrismo. Es más, es un claro cómplice del dominio colonial que se relaciona con los individuos de otras culturas con el látigo y la pistola. Hay quien va más allá y lo acusa, abiertamente de racismo, especialmente hacia los hindúes. La escena de Indiana Jones en el templo maldito en que en un convite en la India le ofrecen sorbete de cerebro de mono es una perfecta compilación de estereotipos racistas, que no tiene nada que ver con la realidad de aquel país.