Quince años después de la muerte de Miquel Martí i Pol, unas jornadas conmemoran la muerte del poeta en su pueblo, en Roda de Ter, y también en Torelló, Vic, Tavèrnoles, Barcelona y Girona. Ayer se homenajeó el poeta en el cementerio de Roda de Ter, con música y con poemas. Más tarde, en el Teatre Eliseu se concedieron los premios de poesía, de teatro, de literatura infantil y de educación que llevan el nombre del poeta. Aunque el día principal del homenaje fue este domingo, el programa de actos de esta conmemoración incluye actos hasta el día 23, que las actividades se cerrarán en Girona con la Segunda Jornada Coloquio Miquel Martí i Pol de Literatura y Educación.

Hace dos años, la Diputació de Barcelona firmó un convenio de colaboración para impulsar la difusión de la obra y la figura del poeta Miquel Martí i Pol. A través del convenio firmado la Diputació de Barcelona, que es propietaria del legado íntegro del poeta desde 2003, cedió a la Fundació el usufructo por un periodo de veinte años de manera que los ingresos que genera por su explotación contribuyan gradualmente a la suficiencia financiera de la institución. La Fundación se plantea, como principales finalidades, la conservación, la reunión y el aprovechamiento científico de todo el legado de Miquel Martí i Pol, así como el estudio, investigación y la promoción de su obra. Desde su sede en Roda de Ter, el pueblo donde vivió y murió Martí i Pol –y donde se conserva el legado, en la Biblioteca Bac de Roda-, la Fundació quiere impulsar el vínculo entre la dinamización local de la cultura y la dinamización comercial y turística. También se quieren crear vínculos con la comarca de Osona y con Catalunya, y extender posteriormente el área de influencia en el ámbito internacional. Su gran proyecto, en estos momentos, es abrir la Casa Museo del poeta en la calle Costa del Ter número 9, donde Miquel Martí i Pol se estableció cuando se casó. Es la "casa amarilla" que retrataba en el Haikus a Mariàngels.

 

La casa groga,
mig perduda en un àmbit
de meravelles,

fa molt més dúctil
la greu malenconia
d’aquells capvespres

en què cap música
no aconsegueix de vèncer
el buit del tedi