Las fiestas navideñas son una época de reencuentros, algunos de los cuales llegan después de demasiado tiempo de distancia.

Si no, que se lo digan a la madre de este chico, que llega a casa, en Irlanda, tras cuatro meses enteros viviendo en San Francisco.

Este periodo se ha hecho demasiado largo para ambdos -antes se veían cada semana-, por lo que el hijo, Enda Conway, decide llegar a casa sin decir nada, dando una sorpresa...

Y madre mía... Quizás la próxima vez se lo repiensa. La madre, de la emoción, se cae al sofá sin poder articular palabra. Eso sí, sin perder la sonrisa.

Finalmente, se abrazan. Una imagen bonita, la de los reencuentros familiares... Siempre que no acaben en desgracia.