Norma Editorial acaba de publicar, en un solo volumen, los 20 episodios de las Nuevas hazañas bélicas, un remake de Hazañas bélicas, un cómic bélico mítico aparecido en 1948 y que se publicó durante muchos años, elaborado por diferentes guionistas e ilustradores. Todos los guiones de los nuevos episodios han sido realizados por Hernán Migoya, quien ha colaborado con numerosos ilustradores emblemáticos, como Kim, Sequeiros, Ventura, Bartolomé Seguí... A las 20 historias ya publicadas de forma independiente, en este libro se han añadido dos inéditas, dibujadas por Sequeiros y Danide.

hazañas bélicas Barcelona Acuña

Portada de Acuña.

¿Qué eran las Hazañas bélicas originales?

Era el epítome del tebeo español... Una colección bélica, de aventuras de guerra, publicada en los años 1950 y 1960, que reunía todas las cualidades del tebeo nuestro. Eran tebeos apaisados, con una historia autoconclusiva, que fueron creados por un autor catalán: Boixcar. Este tenía una producción brutal. No paraba: escribía y dibujaba, y publicaba dos episodios al mes. Y hacía unos dibujos muy buenos, sobre todo de tecnología: tanques, aviones, cañones... Murió a los 43 años, de un infarto. Pero otros siguieron haciendo estas historias.

¿De qué hablaban estas historias?

Nos situaban en batallas de la Segunda Guerra Mundial. Pero tenían un punto raro... Empezaron a publicarse en 1948, cuando Franco ya estaba aproximándose a Estados Unidos, y por eso en algunos episodios el héroe podía ser americano, y en otros era un alemán. Los únicos que siempre eran malos eran los japoneses...

Hazañas bélicas forma parte de los tebeos más recordados y celebrados

hazañas bélicas Keko

Ilustración de Keko.

¿Tuvieron mucho impacto?

¡Mucho! Hazañas bélicas tenía un estilo muy figurativo, y para un niño era muy guapo... Se reeditaron durante décadas. Yo los leí en los años setenta, y todavía circulaban. Entre los tebeos locales serios, no cómicos, era de lo mejor (junto con El Capitán Trueno). Forma parte de los tebeos más recordados y celebrados...

He podido hacer lo que no pudo hacer el pobre Boixcar: situar estas historias bélicas en la guerra civil

¿De dónde salió la idea de hacer unas renovadas Hazañas bélicas?

Eso es cuestión de estar en el momento correcto en el lugar correcto. Yo hacía de editor para Joan Navarro, uno fan del tebeo español y siempre habíamos hablado de resucitar viejas series; los dos amábamos los cómics clásicos... Yo había pensado en recuperar El cachorro de Juan García Iranzo, otro de mis favoritos... No pude hacer el Iranzo, y por eso decidí recuperar las Hazañas Bélicas. Hacemos lo que el pobre Boixcar, que era un represaliado republicano, no pudo hacer: situar las historias bélicas en la guerra civil. A él nunca le hubieran dejado hacer eso. Y este es el grande atractivo del proyecto.

Hubo varias etapas de las Hazañas bélicas. ¿Hay algo que distinga este volumen de todo el resto de historias?

El tono es diferente. Y eso tiene que ver más conmigo, con cómo soy yo... Y nos hemos tenido que adaptar a los tiempos: hoy en día el tono mayestático y enfático de Boixcar no se puede aplicar de una manera plana e íntegra. Hay que usar un poco de ironía. Muchos episodios están hechos con el tono grandilocuente y mayestático de los años 40 o 50, precisamente para meter una mirada irónica a la épica franquista.

Este es un volumen heterogéneo...

Este es otro de los puntos fuertes del libro. Yo soy el guionista de todos los episodios, pero cada historia autoconclusiva es dibujada por un ilustrador diferente. Todos los autores se sumaron al proyecto con mucho entusiasmo. Para ellos era una oportunidad de hacer cómics divertidos, destinados al entretenimiento puro.

En las Nuevas hazañas bélicas hay el intento de representar esta gran tragedia humana que fue la guerra civil

Nuevas Hazañas bélicas Migoya y equipo

Hernán Migoya con los ilustradores Juaco Vizuete, Albert Monteys, Joan Marín y Cels Piñol. Foto: Norma Editorial.

¿Y cómo lo hace para hacer guiones para estilos tan diferentes?

Yo, como guionista, trato de adaptarme a cada ilustrador, porque cada uno pide su estilo. Los estudio, me fijo en su tono e intento encontrar un tono común al ilustrador y a mí. Con quien me costó más fue con Pere Joan: tuve que adaptarme a su estilo surrealista... Estas historias son diferentes, pero en todas ellas hay heroísmo, hay traición, hay cobardía, hay tragicomedia... También hay mucho absurdo... Por encima de todo está el intento de representar esta gran tragedia humana que fue la guerra civil.

¿No se corría el peligro de hacer un álbum demasiado diverso?

Esta es la gracia. Juego con los diferentes estilos, recurro a la diversidad de enfoques. Si hoy en día hiciéramos una aplicación literal de las Hazañas bélicas de hace 60 años, quedaría ridículo. La manera de hacer cómic es diferente, incluso la de hacer cómic épico. Aquí es necesario que el guionista no falle. Este es el gran reto. Yo tengo un registro bastante esquizofrénico: en algún caso recurro a un discurso con el estilo franquista de Matías Prats, en otros momentos tomo voces más progresistas... Cada registro es muy diferente del anterior. Juego con la ironía de la presentación: me hace gracia cómo la gente se toma en serio, al cien por cien, las voces narradoras.

Trabajar con alguna gente de la vieja escuela ha sido una ocasión única

hazañas bélicas montserrat Acuña

Portada de Acuña.

¿Alguno de los dibujantes de las Nuevas Hazañas había trabajado en las antiguas?

No, pero Joan Escandell había trabajado en las Joyas Literarias Juveniles de Bruguera, una colección también mítica. Tiene 82 años, y fue para mí una ocasión única de trabajar con la gente de la vieja escuela. El otro veterano que participa en el volumen es Edmond, el creador de Jan Europa, un personaje que yo había leído cuando tenía 10 años. Edmond ilustraba muchos de los números del Club del Misterio, de Bruguera, en el que se publicaba semanalmente novela negra... A mí me marcó mucho su estilo... En el episodio que él hace en las Nuevas Hazañas recuperamos a su viejo personaje de Bruguera... Trabajar con Escandell y con Edmond ha sido un sueño de juventud hecho realidad.

Pese a situar los episodios en la guerra civil española, no faltan los nazis. ¿Constituyen un buen recurso para el cómic bélico?

Los nazis siempre son un buen recurso pulp... A nivel de imagen, son los militares que mejor funcionan. Son los más vistosos, son muy modernos... Icónicamente, los mayores malos de la iconografía del siglo XX son los nazis alemanes...

Queipo de Llano hacía unas alocuciones que pueden figurar en cualquier antología de la infamia bélica...

Hazañas bélicas Ventura

Ilustración de Enrique Ventura.

¿Y a nivel español?

Para mí, el villano más villano, el equivalente absoluto de los nazis, es Queipo de Llano... Me documenté mucho para hacer cada episodio, de forma siempre iconoclasta. Y el personaje que era imposible de humanizar era Queipo de Llano. Era realmente un desgraciado. No tenía ni código de honor ni nada... Hacía unas alocuciones que pueden figurar en cualquier antología de la infamia bélica...

Hay una diferencia sustancial con las viejas Hazañas bélicas: aquí hay más sexo...

Un poco. Hay sexo, pero no es porno... También en los nuevos episodios hay una crueldad mucho más explícita. Aquí nos podemos permitir mostrar una guerra mucho menos romantizada que la que presentaba Boixcar.

Los autores de los años 50 eran más crudos y políticamente incorrectos que nosotros

hazañas bélicas Javier Fernández

Ilustración de Javier Fernández.

¿Las nuevas Hazañas son más crudas que las anteriores?

No creo. Los autores de los años 50, 60 y 70, como habían vivido la guerra, acaban resultando más crueles y políticamente incorrectos que nosotros, pese a sufrir la censura. Nosotros tenemos más libertad para explicitar visualmente cosas, para expresar bajas pasiones, pero somos de una generación que no hemos vivido nunca la guerra. Somos los niños mimados de la democracia. Para escribir estos episodios intenté ser tanto duro como Boixcar, como Sven Hassel, como Tom Chamales... Estos sí que formaban parte de una generación mucho dura....

En los nuevos episodios no hay esperanza. Muchas historias están marcadas por el cinismo...

Ese soy yo. Yo tengo la teoría de que los extremos opuestos no sólo se tocan, sino que se merecen el uno en el otro. Y cuando comprobé eso me fui de este país...

Pese a todo el horror de la guerra, sí que hubo gente con talante democrático y humanista

Y, a pesar de todo, el álbum se acaba con una historia que no es estrictamente bélica y que tiene como protagonista a Azaña. ¿Lo considera un referente moral?

Quizás sí. Por eso es la última historia. Yo soy una persona muy ácrata y muy libre... Durante la tarea de documentación que tuve que hacer para preparar cada episodio, me desencantaron muchos personajes que tenía como referentes históricos. Y vi que el único que aguantaba una mirada progresista y coherente era Manuel Azaña... No envidio su posición. Había de lidiar con mil fuerzas... Lo reservé para el último episodio para explicar que pese a todo el horror, sí que hubo gente con talante democrático y humanista. Yo tengo un bisabuelo al que lo mataron los nacionales porque lo denunció el vecino. Este es mi punto de partida. He intentado no hacer una historia de la guerra civil desde fuera, sino desde dentro de los uniformes.

¿Qué cree que pensaría Boixcar de este álbum?

Pienso que se desconcertaría mucho, porque son muchas las décadas que han pasado desde su tiempo. Y aplicar un enfoque épico hoy en día, en nuestra sociedad, es muy complicado. Él tenía que dar un aspecto triunfalista a la guerra: exigían que le diera un cierto atractivo. Pero tengo que romper una lanza en favor del Boixcar, porque en 2011 cuando empecé el proyecto y releí las historias originales de las Hazañas bélicas, encontré que realmente en algunos episodios sí que hay un sustrato pacifista. Y este es el punto de encuentro que creo que tendría Boixcar con las Hazañas bélicas actuales... En el fondo, las dos tienen un sustrato pacifista.

¿Con este libro, trataban de hacer llegar el espíritu de las Hazañas bélicas a nuevos públicos o cultivar la nostalgia de los que leyeron las antiguas?

A mí me gustaría que este volumen lo leyera público nuevo... Querría que gustara a los que siguen a autores que ahora están en la cresta de la ola, como Albert Monteys, como Kim... Y al mismo tiempo, también querría que lo leyeran los veteranos lectores que recuerdan los tebeos de aventuras de otros tiempos... Además, pienso que es un cómic que puede llegar más allá del lector de capital, de Madrid, de Barcelona, el gran lector de novela gráfica. Las Nuevas hazañas bélicas quieren recuperar el lector que lee para entretenerse. Gente de zonas rurales, de provincias. Me gustaría que les llegara... Porque la guerra civil es un tema que nos involucra en todos. Muchos tenemos familia marcada por esta tragedia...

El cómic era entretenido cuando no se consideraba cultura

hazañas bélicas Moscardó kim

Ilustración de Kim.

Insiste en reivindicar el cómic, también, como puro entretenimiento, pero cada vez hay más novela gráfica que rechaza esta visión.

Es una tendencia que ha habido siempre en la literatura española. Toda la literatura prestigiosa es muy intelectual, y, en cambio, la cultura popular se olvida de generación en generación, porque no se considera parte del corpus. El cómic era entretenido cuando no se consideraba cultura. Cuando se considera cultura, se vuelve pretencioso, porque queremos que la alcaldesa o el presidente del gobierno nos ponga una medallita... Y eso hace que pierda frescor... Eso también pasó con el cine español... La cultura española se valora cuando se piensa que sólo es para un sector de población "más elevado". La oportunidad de hacer un cómic entretenido es lo que atrajo a tantos colaboradores... Un gran dibujante, como Daniel Acuña, que ha hecho las portadas de todos los episodios, me decía que no tenía ocasión de hacer portadas épicas de nuestra cultura... Las hace sobre Marvel, pero no sobre producciones locales...

Ahora trabaja en Perú. ¿Qué hace?

Compagino proyectos para España con proyectos para el público de allí. No pude matar la vena de editor, y ahora hago tareas de este tipo en Perú. Hago encargos y proyectos allí, como guionista de cómic... Pero al mismo tiempo intento estimular un poco la edición, en América del Sur, donde hay un problema grave de falta de editores: hay muy buenos autores, pero estos se encuentran con la falta de un tejido editorial...

No me perdonarán nunca por mi libro Todas putas. Ya me lo dijo Paco Camarasa

Su libro Todas putas generó una amplia polémica en el Estado español. ¿Se le ha perdonado?

No me perdonarán nunca. Ya me lo dijo Paco Camarasa, editor d'Edicions de Ponent. Decía que tenía que firmar con otro nombre o no me perdonarían... La polémica fue muy dura, yo era joven y no supe reaccionar. Ahora llevo 25 cómics escritos, y hay un silencio brutal en el establishment del cómic sobre mí.... Miran hacia otro lado... Pero tengo que decir que no me siento marcado por esta cuestión. He hecho muchas otras cosas y esta sólo es una más. También tengo que decir que los dibujantes me aman mucho y que Norma Editorial me da apoyo al 100%. Además, desde que vivo en Perú me aman mucho más en Catalunya... He ganado presencia aquí. Parece que la gente, cuando no sólo amenazas con irte sino que te vas de verdad, parece que te empieza a respetar más. Ahora vengo a menudo por motivos familiares, pero soy muy feliz en América y puedo publicar aquí igualmente.