En Gelida (el pueblo, no el restaurante de Barcelona) no hace frío. En invierno un poco, pero nada extremadamente exagerado. Ahora se están asando de calor como todo el mundo. Un historiador local me explicó que el nombre venía de una antigua tribu árabe que, siglos atrás —muchos siglos atrás—, habitó estas tierras del Alt Penedès (más concretamente la tribu amazic de los Banu Gellidassen). Por eso el nombre es agudo, no esdrújulo: cuando alguien dice “Gélida”, alguien se lanza desde el balcón del ayuntamiento; cuando alguien dice “Jélida”, se organizan suicidios colectivos en la Plaça de la Vila.
En Gelida tienen un funicular centenario que, junto con el castillo, es su principal reclamo turístico (aunque no funciona) y una pastelería, La Confiança, que no solo es la más antigua de Catalunya, sino que además hace unos de los mejores cruasanes de chocolate del país (aunque su especialidad son los gelidencs, unos pastelitos de crema quemada que son droga dura). Antes tenían un peaje y el nombre de Gelida sonaba en los Telenotícies de los fines de semana por las retenciones en la AP-7. Ahora ya no hay peaje, pero las retenciones siguen. En el futuro, en Gelida habrá un agroparque de una conocida empresa de verduras con nombre de fruto seco. En el pueblo nadie lo quiere, el agroparque, pero como popularizó James Carville, estratega de la campaña de Bill Clinton: ¡es el capitalismo, estúpido!
En Gelida, la gente mayor, bien temprano por la mañana, sube caminando hasta la Font Freda. Cuando bajan, se detienen en La Gralla, en la plaza de la Iglesia, y desayunan con una copa de cava. Estamos en el Penedès, aquí el café con leche es para cobardes. Si te sientas en la terraza de La Gralla, es muy probable que veas pasar al escritor Jordi Llavina. Es fascinante ver ese don de superhéroe que tiene para ir leyendo por la calle mientras camina. Nunca tropieza con nada ni nadie. En la mesa de al lado posiblemente se siente otro de los hijos ilustres de la villa, el actor Biel Duran. En otra, el hijo ilustre adoptado, también actor, Francesc Garrido. Por allí quizá —bueno, no quizá, seguro— también se pararán a tomar una caña los de L'Hora del Pati, un festival de música independiente que este mes de mayo trajo al pueblo bandas como Mujeres o Lluki Valverde. Un paisaje humano que sin duda se completa con gente de los Diables, del Esbart y el cura vapeando, un tipo simpático que a veces se arranca a tocar la guitarra española sentado en un banco de la plaza... Todos elllos y alguno de los miembros de Les Golfes, una asociación cultural que, desde hace un tiempo, organiza un calendario de conciertos por donde ya han pasado nombres tan destacados de nuestra escena musical como Dan Peralbo, Carlota Flâneur, Espaldamaceta, Marta Knight, Albert Lax, Kimchi, Billordo o Jordi Lanuza. Este sábado amplían su historial de bolos con todo un mito de los márgenes como Joan Colomo. Será en el Centre d’Iniciatives Culturals (CIC) de Gelida a partir de las 18:30 h con taquilla inversa. Nada mal para un municipio de 8.000 habitantes. Sí, en Gelida pasan cosas y no os las podéis perder.
Salud y música
“Les Golfes de Gelida nace con la voluntad de potenciar la cultura en general y la música en directo en particular en nuestro pueblo”, explica Dani Vera, uno de los pilares del colectivo. “Es una villa con bastante actividad y compromiso por parte de las entidades, pero donde creíamos que hacía falta reforzar la presencia de música en vivo y ofrecer todo el abanico de buenas propuestas que tenemos muy cerca”. La asociación nació a partir del programa de Ràdio Gelida Les Golfes. Era octubre de 2021. “La idea de crear la entidad surgió durante una fiesta de verano de la radio, en julio de 2022, donde los miembros del programa organizamos actividades musicales y nos planteamos la posibilidad de promover más eventos para potenciar la música en directo en Gelida. Tras darle vueltas durante unos cuantos meses, finalmente dimos el paso: el 23 de febrero de 2023 fue el día en que nació la asociación. Nos inspiramos, entre otros, en la filosofía de los Escenaris Particulars, otro proyecto del pueblo que trajo a Gelida artistas como Ferran Palau o Judit Neddermann”. Si al principio eran tres miembros, hoy ya forman parte del colectivo más de una decena de gelidenses.
El leitmotiv de Les Golfes es “Salud y música”. Dicen que quizá suene a tópico, pero aman muchísimo la música y creen que es el eje central de cualquiera de sus iniciativas. “Además, el hecho de pasarnos horas y horas escuchando música —que luego suena en nuestro programa de radio/pódcast— ha hecho que conozcamos a muchos artistas fuera del clásico circuito catalán. Puede que el aforo ni los recursos de nuestros conciertos no sean como los de la capital, pero tenemos algo que es muy difícil de conseguir en muchos escenarios barceloneses: el público de Gelida respeta al artista, y durante todo el concierto este es el único foco de atención”.
Dani confiesa que, evidentemente, tienen una lista de artistas que les gustaría traer a Gelida que, de materializarse, probablemente llenaría todos los fines de semana de dos años de sus vidas. “Pero somos realistas e intentamos centrarnos en aquellos artistas que creemos que gustarán más a nuestro público y que tengan una propuesta que se adapte a nuestros recursos técnicos”. Con una agenda repleta de grandes eventos musicales en los que la música no siempre es la principal protagonista, se agradece poder disfrutar de propuestas como las de Les Golfes, con sus conciertos de proximidad organizados desde el amor y la pasión por las canciones, como el que este sábado protagonizará Joan Colomo. Luego podéis pasaros por La Gralla; seguro que un grupo de abuelas llegadas de la montaña os estará esperando con una copa de cava en la mano y el cura... vapeando.