Grace Paley (1922-2007) es una autora norteamericana que murió hace 10 años. En castellano, antes de que muriera, se tradujeron algunas de sus obras. En catalán, hasta ahora nadie le había publicado nada. Acaban de salir Tots els contes, en traducción de Emili Olcina (Ediciones de 1984). Una serie de relatos, mayoritariamente ubicados en la América de la posguerra, que explica historias cotidianas de personajes femeninos, especialmente con referencia con los problemas con su entorno vecinal, familiar, sentimental o laboral.

Mujeres que plantan cara al mundo

Las protagonistas de los cuentos de Paley son mujeres engañadas por sus amantes, agredidas por sus maridos, controladas por sus padres, presionadas por sus jefes, mareadas por sus hijos, con graves problemas económicos, sin tiempo para hacer nada, con casas sucias y desordenadas, con hombres que se han desentendido de la crianza de sus hijos... Paley no tiene nada que ver con la literatura femenina que nos habla de 3 generaciones de mujeres unidas por una solidaridad sin fisuras y por una infinita comprensión. Nada que ver, tampoco, con la literatura femenina que nos presenta mujeres sabias, intuitivas, equilibradas... Las mujeres de los cuentos de Paley tienen conflictos, con los hombres, pero también entre ellas, conflictos graves o leves, sangrantes o estúpidos... Y no resuelven sus problemas con racionalidad, sino que se emborrachan, se ponen celosas, o se agreden... No son madres perfectas, sino que regañan a sus hijos, los mandan a hacer gárgaras, se olvidan de ellos o ignoran qué les pasa. No son magníficas profesionales liberales con una gran vocación por su trabajo: hay yonquis, prostitutas... Un amplio abanico de lo que eran las mujeres urbanas de clase baja en la segunda mitad del siglo XX.

Grandes mujeres y no tan grandes

Una parte del feminismo busca referentes en grandes mujeres del pasado: artistas, profesionales, líderes sociales... La mayoría de las mujeres que retrata Paley pertenecen al colectivo mayoritario de mujeres de su época: aquellas que no tenían una vida triunfante ni una gran realización profesional: "No tenemos nada más que días asquerosos y hombres asquerosos", explica una de sus protagonistas. Las historias de Paley suelen ser tristes, tristes y carentes de cualquier grandeza. Las protagonistas se tropiezan con días que "siguen siendo crueles y magros". Muchos de los dramas que retrata Paley son dramas del día a día: enfermedades, fracasos, penurias, angustias, muertes por accidente... Sus problemas son muy poco épicos... Una realidad común a mucha gente normal.

Contra el victimismo

Pero las mujeres de Paley no son, en ningún caso, mujeres que se encierren en casa a llorar. Las mujeres de Paley plantan cara al mundo con decisión. No es extraño que engañen, hagan trampas, cometan adulterio... Aquello que no hacen nunca es quedarse paradas. Las mujeres de Paley son un mar de fuerza, pero no de moralidad. De hecho, la autora presume de un cierto inmoralismo: sus protagonistas no están en condiciones de hacer muchos aspavientos y aprovechan todo lo que pueden aprovechar de la vida.

Humor

Aunque las historias que explica Paley suelen ser trágicas, la autora tiene un gran sentido del humor: se burla de los hombres, de la situación política, de la vida familiar, del papel de las mujeres, de la miseria, de la maternidad, del sionismo, de la comunidad judía... Un humor desgarrador y sangrante, que se basa en el peculiar lenguaje de Paley. La mayoría de los cuentos de Paley están escritos en segunda persona, con un lenguaje directo, punzante, descarnado... Paley transcribe unos diálogos frescos y muy elaborados, que permiten reconstruir personajes, escenarios y tramas. Sin embargo, sobre todo, esta autora es genial reconstruyendo ambientes. Sus cuentos son auténticas crónicas de los suburbios norteamericanos y de sus miserias.

Descubrimiento

Es una gran noticia que se traduzca Grace Paley al catalán (aunque quizás una selección de cuentos habría sido una opción más acertada, porque la acumulación de tantos relatos puede acabar saturando). Ahora que la literatura escrita por mujeres vive un gran momento, es de gran interés publicar una voz diferente a las que estamos habituados. Una voz de una gran dureza, pero también cargada de ternura. Una mujer que habla de historias de mujeres comunes, que escapa de las grandes ideologías y de las grandes banderas, pero que sin duda pone al descubierto los problemas de toda una generación de mujeres, como mujeres, pero también como pobres, como marginales... Un libro cargado de socarronería, que evita estrictamente toda sensiblería. Un libro tan contundente, que en ciertos momentos el lector tiene que detener su lectura para tomar aire. Un libro que puede llegar a resultar incómodo, por su atrevimiento. Literatura en estado puro.