Fernando II de Catalunya y de Aragón e Isabel I de Castilla y de León promulgaron el Decreto de la Alhambra (1492) que obligaba a los judíos de los dominios peninsulares hispánicos a convertirse al cristianismo o a abandonar sus casas, su ciudad y su país. La historiografía nacionalista española ha presentado a los Reyes Católicos, que es como son más conocidos Fernando e Isabel, como los campeones del catolicismo y de la "pureza de sangre". Pero Fernando, sorprendentemente, tenía una tatarabuela judía. Y todos los reyes de la monarquía hispánica (los Habsburgo) y los de la actual España de fábrica castellana (los Borbones), son de ascendencia judía.