La gracia de la portada de La Razón de este miércoles está en el subtítulo, donde explica que "Rajoy y las comunidades acuerdan impulsar el nuevo modelo de financiación con o sin cataluña...". Este "cataluña" en minúscula es una falta de ortografía tanto o más que las de la carta del president Puigdemont, con las que el diario del Grupo Planeta, con toda la razón, hacía este martes un festival, inquietos como están siempre por el cuidado que merece la lengua castellana, si un tiempo fuerte ya desmoronada, de la carrera de la edad cansada, etcétera.

Este "cataluña" en minúscula es también un lapsus revelador. Seguramente es un mensaje, una señal, un símbolo. Una Catalunya en minúscula. ¿Es que quieren una Catalunya minúscula? ¿Y si su España es "con o sin cataluña", cuál es la razón para que se opongan con tanta robustez al referéndum? Son preguntas.

Volvamos a la minúscula. La portada es la cara de un diario, es casi imposible que pase desapercibida una falta así. Una portada te puede colar una falsedad, una exageración, una distorsión, una postverdad o una realidad líquida. Eso tiene un pase. Ahora bien, una falta de ortografía de este calibre... es más complicado.

Es difícil creer que una pifia así, que los correctores informáticos indican y enmiendan automáticamente, no sea deliberada. Es decir, no es que el diario haya hecho un Sergio Ramos. Seguramente La Razón, con ese "cataluña" quiere decirnos algo. Pensemos.

En cualquier caso, se hace extraño que, en la portada del martes, de la carta del Molt Honorable destacaran las faltas de ortografía más que sus razones para no asistir a la conferencia de presidentes autonómicos. Aparentemente, el presidente de una Catalunya en minúscula también debe ser tratado en minúscula.

Maldades

El titular principal de La Razón este miércoles también tiene fuerza. Da tanta importancia al president de la Generalitat que más de uno se habrá caído de la silla. Ahora resulta que la conferencia de presidentes autonómicos, que no se ha reunido en cinco años, se ha convocado para defender el estado autonómico de las maldades de Puigdemont, a quien el tabloide derechista transforma en el insurrecto que pone en peligro las autonomías mucho más, por ejemplo, que el reparto del techo de déficit decidido por el ministro Montoro, los Special Friday del gobierno español al Tribunal Constitucional o la gestión de cercanías que perpretra Adif-Renfe cada día, etcétera.

La idea quizás es evitar que la ausencia de Carles Puigdemont (y del lehendakari vasco) se destaque como un fracaso del gobierno español. La Generalitat, gobernara quien la gobernara, era la que hasta ahora llevaba la iniciativa en el desarrollo autonómico. Es complicado pensar que las restantes autonomías, sin ella, harán alguna cosa diferente que bailar al son que toquen Rajoy, Santamaría y Montoro.

En la misma línea, La Razón publica una pieza donde quiere poner de relieve, que no, que la conferencia de presidentes tiene efectos, consecuencias y alcance. Se titula "Los 11 acuerdos de la Conferencia de Presidentes". Del primero se nos informa así:

"El punto estrella de la Conferencia. En un mes una comisión de expertos se pondrá manos a la obra [...]. Uno de los cambios incluidos en la recta final de la negociación conducirá a la creación de otra comisión centrada en el sistema de dependencia. [...] Y más a última hora se ha pactado incluir en el grupo de expertos dos líneas específicas de trabajo".

Es decir, que el "punto estrella" se ha resuelto con la creación de dos comisiones de expertos y dos líneas trabajo específicas. Ajá. Los siguientes diez acuerdos son parecidos: "una Estrategia Nacional que estará hecha este año"; "en la Comisión General de Comunidades Autónomas del Senado se celebre un debate monográfico, con presencia de los consejeros del ramo"; "se trazarán vías de coordinación"... y así todo. Ya se sabe, si quieres que alguna cosa no se haga, crea una comisión. Con los consejeros del ramo, claro.

Pero ojo: en La Razón no todo son minúsculas. Es un diario que no pierde comba creativa. No deja pasar ni una. Mira cómo titulan el partido que ganó Rafa Nadal el otro día. Un titular mayúsculo. Lástima que la foto y la realidad les desmientan: Vamos Rafa, en la pista, es zurdo:

La foto viene de un tuit de @rterrasa