El Museu Marítim de Barcelona presenta la exposición Cantos de sirena. Fascinación y abismo, que se podrá ver en las Drassanes de Barcelona hasta septiembre de 2020. Se trata de una reflexión sobre las sensaciones ambiguas que ha generado el mar en las sociedades humanas. Atracción y fascinación, por una parte, y terror por otra. Comisariada por el antropólogo Eliseu Carbonell, esta muestra se centra en la cultura popular catalana, pero podría ser extensible a muchas otras culturas de todo el mundo, porque tal como explica el comisario, muchos mitos marítimos son universales: encontramos historias similares en lugares muy alejados.

'Cants de sirena' Museu Marítim

Exposición Cantos de sirena. Foto: Pere de Prada.

Experiencia inmersiva

Esta exposición se presenta como una inmersión en el mundo del miedo y de la admiración. Incluye objetos, pero estos no tienen una posición hegemónica. Le disputan el protagonismo otros recursos. En realidad, el Museu Marítim se planteó esta exposición casi como una inmersión en el mundo del mar y buscó la colaboración de escenógrafos especializados en teatro. Así, el visitante pasará sucesivamente por una sala que imita el fondo del mar, por un barco adornado como por las fiestas del Carmen, por una capilla marinera, y por una casa de pescadores. Y en una y otra sala se le explicará, con objetos, pero también con grabaciones y con imágenes en movimiento, el miedo que ha sentido el hombre frente al mar. La exposición acaba en una sala donde se oyen dos leyendas, muy difundidas por todo el mundo: una explica la atracción del hombre por el mar, y el otro la repulsión que puede sentir hacia este.

Monstruos Cantos de sirena Museo Marítim

Exposición Cantos de sirena. Foto: Pere de Prada.

La atracción y la repulsión

El mar es fuente de alimento y de recursos para el hombre, pero al mismo tiempo es un medio peligroso que no controla. En el mar hay tormentas, hay animales peligrosos, está el peligro de ahogarse... Para combatir el miedo al mar, las sociedades han establecido una serie de rígidos rituales, que han adoptado los navegantes y pescadores (aunque muchos hombres de mar niegan tener miedo al mar, porque si lo hicieran se pondría en cuestión su virilidad). En una sala se recogen diferentes testimonios de ello. En los barcos de pesca no se deja entrar con los zapatos de paseo: se dice que si algún marinero los lleva no se pescará nada. También dicen que si se deja una escoba boca abajo en un barco, este podría volcar y naufragar. En los barcos franceses, hasta ahora, no se cocina conejo. Y en las cocinas de los barcos nunca se puede abandonar un trozo de cebolla: si se abre una cebolla se tiene que consumir entera. Ahora bien, Eliseu Carbonell asegura que aquello que provoca mayor infortunio es llevar a un cura a bordo; muchos marineros se negaban a ello por miedo a la mala suerte que podía atraer.

Monstruos marinos Cantos de Sirena Museo Marítimo

Monstruos marinos. Reproducción de la estampa procedente del Atlas Cosmographiae Universalis de Sebastian Munster con grabados de Hans Rudolf Manuel-Deutsch. Edición de 1559. MMB.

Combatir el azar

La exposición muestra objetos usados por los hombres de mar para combatir la posible mala suerte que se escondía en las aguas del mar. Hay numerosos amuletos marineros, muchos acompañados de sonajeros y silbato. Hay una emblemática escultura de San Elmo, el antiguo patrón de los marineros. Muestra numerosos ex-votos ofrecidos a diferentes iglesias como agradecimiento por la intervención de santos o vírgenes en favor de barcos en peligro: algunos son cuadros y otros maquetas de los barcos salvados. Y se explica, con imágenes y textos, cómo las procesiones de la Virgen del Carmen, o el uso de sortilegios y hechicerías, también servían como medios para intentar una intervención sobrenatural en favor de los navegantes.

Pintura Cantos de sirena Museo Marítim

Dibujo de una sirena de dos colas del Atlas Catalán, que Cresques Abraham y Jafudà Cresques realizaron en 1375. MMB.

El patrimonio inmaterial, en el museo

El gran desafío de esta exposición era hacer vivir a los visitantes un amplio patrimonio inmaterial que no es visible. Los monstruos, obviamente, no se pueden ver, pero tampoco se puede ver ni el miedo ni la fascinación. Son elementos que son omnipresentes en la literatura, la música, el cine, y, sobre todo, en el alma de los que se tienen que relacionar de forma cotidiana con el mar... Pero, en cambio, a veces tienen una difícil plasmación material. La exposición, pues, tiene problemas para transmitir las emociones profundas que transmite el mar. Pero consigue aportar informaciones ricas y diversas sobre la relación intensa que tienen los humanos con el mar. Las informaciones de la exposición se complementan con un catálogo, editado por el propio Museo Marítim de Barcelona, en el que se combinan las aportaciones de Eliseu Carbonell y de Josefina Roma.

 

Foto de portada: Exposición Cantos de sirena. Foto: Pere de Prada.