¿Qué es más fácil, dejar de fumar o explicar la cuestión catalana al mundo? Supongo que a la mayoría de los catalanes nos ha pasado: llegas a un país extranjero, te preguntan de dónde eres y, cuando dices que vienes de Catalunya, destinas una cantidad inacabable de saliva a explicar qué significa ser catalán y por qué los catalanes somos tan tozudos en una cosa la mar de simple: poder decidir libremente sobre nuestro futuro. ¿Cuántos estudiantes de Erasmus han explicado una vez y otra a sus amigos europeos qué es Catalunya? ¿Cuántos viajeros, en algún camping perdido donde Cristo perdió la alpargata, han iniciado un monólogo de una hora explicando que son catalanes después de haber pedido un poco de sal a los vecinos de la caravana de al lado?

Catalunya Castilla

La edición del libro, a cargo de Pòrtic, cuenta con una introducción muy detallada del historiador y escritor Joan Esculies.

Posiblemente los catalanes seamos el pueblo más pesado de Europa dando la tabarra sobre quién somos y, sobre todo, quién queremos ser, por este motivo es todavía más fascinante descubrir que hace casi un siglo fue un austríaco sin ningún vínculo con Catalunya el que retrató a la perfección qué es el catalanismo y cuáles son sus pulsiones internas: Anton Sieberer, un filólogo vienés que el año 1936 publicó Catalunya contra Castella, editado por primera vez en catalán al cuidado de Joan Esculies por la editorial Pórtic y que, salvando las distancias, podría ser el particular Dejar de fumar es fácil si sabes como de Allen Carr pero en versión 'sui géneris' del catalanismo. ¿Quién era, sin embargo, Sieberer? Y sobre todo: ¿por qué escribió sobre nosotros?

Catalunya vista por un extranjero

Estamos en Barcelona el julio de 1934. Anton Sieberer, un filólogo que se gana la vida pronunciando conferencias y haciendo colaboraciones en la prensa austríaca, llega a la ciudad condal con su moto procedente de nadie sabe donde. Por sus artículos de escapadas en la sección "Vagar y viajar" del diario Arbeiter Zeitung sabemos que Sieberer era una especie de aventurero acostumbrado a pasear por Europa sobre dos ruedas y hacer unas crónicas focalizadas, sobre todo, en materias de filología y lingüística. La Catalunya de la época tiene a Companys de President y, justamente durante aquel julio, lo que Sieberer capta es una tensión creciente entre la Generalitat y Madrid por culpa de la ley de los contratos de cultivo.

De aquella visita le impacta la pervivencia vivísima de la lengua catalana, "hace medio siglo la lengua catalana todavía era Cenicienta, sólo apta para los usos más groseros. Actualmente ha recuperado la dignidad y el prestigio, pero todavía queda mucho por hacer para restaurarle todos sus derechos", escribirá años después en su libro, pero no será hasta el verano siguiente cuando Sieberer, ya claramente magnetizado por Catalunya y los catalanes, vuelve a Barcelona en una segunda visita con el objetivo de escribir un ensayo sobre el catalanismo. En su retorno en agosto de 1935, sin embargo, Companys ya no es Presidente, sino un preso en el penal de Cádiz, y la Generalitat ya no es el gobierno legítimo del país, ya que los Hechos de Octubre de 1934 han cortado de raíz el autogobierno del Principado.

Test|Tiesto 45. Cuando|Cuándo España a sometido Catalunya a juicio. Fotografía del gobierno Compañeros en la Prisión Modelo de Barcelona (1934). Fuente Ayuntamiento de Barcelona

Lluís Companys, junto con otros dirigentes catalanes, encarcelado después de los Hechos de Octubre de 1934. (Archivo del Ayuntamiento de Barcelona)

Nuestro particular Indiana Jones austríaco, pues, se encierra en la Biblioteca de Catalunya y el Ateneu Barcelonès, se empapa de libros sobre política española y política catalana, tanto en castellano, catalán, francés o alemán, y una vez ha leído a Prat de la Riba, Cambó, Guimerà, Almirall o Rovira i Virgili, empieza una serie de conversaciones con personajes activos de la política del momento como Carles Pi i Sunyer, Lluís Nicolau d'Olwer, Joan Estelrich, Antoni Maria Sbert y otros intelectuales catalanes de la talla de Pompeu Fabra, Carles Riba o incluso Antoni Trias i Pujol. Después de estas conversaciones, y de aguzar mucho el oído en la calle, Sieberer vuelve a Austria, donde pronuncia dos conferencias sobre el caso catalán, escribe un artículo sobre nuestra lengua y, a principios de marzo de 1936, termina su libro Katalonian gegen Kastillien.

Una radiografía precisa del catalanismo

Que el conflicto latente entre Barcelona y Madrid viene de lejos lo demuestra el hecho de que un libro escrito el año 1936 tiene una lectura actual que, de tan vigente, es sorprendente y fascinante a partes iguales. Con una mirada externa y libre de prejuicios, el joven filólogo vienés contrapone las verdades del catalanismo con las respuestas que las aspiraciones políticas, culturales y sociales reciben desde Castilla, haciendo por lo tanto un retrato preciso de lo que es el catalanismo, de dónde nace y por qué tiene razón de ser: la relación de Catalunya con Francia, la importancia de la economía catalana, la explotación fiscal en manos de los castellanos, el peso del anarquismo, la lucha por la lengua y, evidentemente, la figura de Barcelona. Todos estos aspectos son los que Sieberer desglosa, con deje antropológico, a la hora de descifrar quién somos y qué somos los catalanes.

españa frente catalunya

Primera edición de España frente en Cataluña. (Fuente: https://perlesnegresblog.wordpress.com)

El libro, en plena Guerra Civil, no encuentra editor en Catalunya, pero el año 1940 el dirigente del POUM Jordi Arquer descubre la versión francesa –que es una reversión del original de 1936- y el año 1944, finalmente y desde el exilio en México, publica la traducción en castellano: España frente a Cataluña. Sieberer, que al contrario de lo que Auquer cree pasa toda la II Guerra Mundial en Austria, muere finalmente el año 1950 dejando a su rastro un eterno legado lleno de misterio. ¿Por qué no existe ninguna foto suya? ¿Por qué quedó tan fascinado por Catalunya? ¿Por qué no volvió nunca más? Sea como sea, lo que está claro es que cuando Lluís Companys dijo que "todas las causas justas del mundo tienen sus defensores, pero Catalunya, en cambio, sólo nos tiene a nosotros" no sabía aún que Sieberer, al igual que sucedió el año 2017 con Julian Assange, era la excepción que, por desgracia, confirma la regla.