Todos tenemos cierta predilección por algunas escenas de determinadas películas que nos han marcado de por vida por diferentes motivos. Sin embargo, existe una escena inicial que tuvo un impacto mundial en el cine por su puesta en escena única y actuaciones que nos atraparon a todos cuando la vimos por primera vez, hablamos del inicio de Malditos Bastardos (2009), de Quentin Tarantino

Esta obra maestra fue la séptima película en la trayectoria del mítico director norteamericano, que creó un legado imborrable después de que Malditos Bastardos se estrenara alrededor del mundo. La película se centra en una historia ficticia en la que un grupo militar, comandados por el legendario Brad Pitt dando vida al teniente Aldo Raine, tiene la misión de cazar a nazis con el objetivo final de asesinar a Hitler. El éxito fue tal que el largometraje recaudó hasta 321 millones de dólares en todo el mundo. Además, recibió 8 nominaciones a los Premios Óscar. 

Un inicio para la posteridad

Sin embargo, aunque la película sea considerada una de las mejores de la filmografía de Tarantino, tenemos que destacar su inicio, que pasó a la historia del cine por sus 20 minutos de puro suspense continuado. El comienzo de Malditos bastardos es de esos que se quedan grabados. Todo arranca con un paisaje tranquilo en el campo francés, donde un padre trabaja fuera de casa mientras sus hijas lo ayudan con tareas cotidianas. Parece un día cualquiera, hasta que, a lo lejos, aparece un coche del ejército nazi. Desde ese momento, la calma se convierte en tensión. Sin música dramática ni sobresaltos, Tarantino consigue que sintamos que algo malo va a pasar, aunque aún no sepamos qué ni cuándo.

Hans Landa
Hans Landa

Cuando el coronel Hans Landa, interpretado de manera espléndida por Christoph Waltz,  llega a la casa y se sienta a hablar con el granjero, el ambiente se vuelve aún más incómodo. Landa es amable, incluso encantador, pero hay algo en su forma de hablar que inquieta. Poco a poco, la charla se transforma en un interrogatorio que el propio coronel intenta disimular con educación. Y sin mostrarlo todo de golpe, el director nos hace descubrir que la familia está escondiendo a un grupo de judíos bajo el suelo. El miedo es palpable. La tensión se alarga hasta el último segundo, y cuando por fin estalla la violencia, el golpe emocional es brutal. Solo una chica, Shosanna, logra escapar, corriendo por el campo mientras Landa la observa. 

Christoph Waltz y una actuación única

Este inicio supuso un antes y un después para muchos espectadores que se quedaron maravillados con esta escena tan impactante. La mezcla de emociones que consiguió Tarantino durante 20 minutos es inexplicable, fruto de ello, mucha gente considera el inicio de Malditos Bastardos como uno de los mejores en la historia del cine. Por otro lado, gran parte del mérito de que esta escena fuera lo que acabó siendo reside en la actuación legendaria de Christoph Waltz, que acabó ganando el Óscar a mejor actor de reparto por su papel dando vida al coronel Hans Landa