La Filmoteca de Catalunya ha querido homenajear al actor Sergi López con un ciclo, Carta blanca a Sergi López escogido íntegramente por el actor de Vilanova i la Geltrú. Serán 15 títulos, entre ocho películas de su filmografía y siete de las que más le han marcado como espectador. El ciclo se celebrará del 13 de marzo hasta el 15 de abril y antes de cada película se proyectará un pequeño clip en que López explicará porque ha escogido aquel título. Aprovechando este acontecimiento, Sergi López se ha ofrecido para hablar de su carrera, pero también de sus posiciones políticas y de la situación actual de Catalunya.

Sergi Lopez Sergi Alcàzar

¿Qué le parece este homenaje de la Filmoteca?

Me sorprende. En principio me pareció un poco grande. Pero después, yo que tengo complejo de poco cinéfilo, y que tenía un poco de miedo, he quedado supercontento... Estoy emocionado de que eso pase en mi casa: que en un cine en mayúsculas, como la Filmoteca, se pueda hacer este ritual romántico y pasado de moda de ver el cine en pantalla grande y sin cambiar de canal... Es un regalo que me hacen a mí...

Las películas nos hacen hacer preguntas, nos hacen crecer, nos hacen avanzar

¿Las películas que ha escogido, tienen algún elemento en común?

Cuando me propusieron este ciclo empecé a escribir en un papel pelis que me habían impresionado. Me salieron muchas, e intenté escoger un abanico de autorías y cinematografías diferentes... Hice un collage un poco diverso. Y después, cuando acabé de elaborar la lista, vi que había un punto en común, que todas ponían en cuestión el poder, aunque en su mayoría no eran películas de temática política... El cine no es sólo una distracción, sino una cosa mucho más complicada. Tiene que tener una utilidad: sirve para pensar historias de ficción que nos hacen hacer preguntas, nos hacen crecer, nos hacen avanzar... Todas las películas del mundo tienen este elemento que trasciende.

¿Cómo llegó a hacer de actor? Tengo entendido que no tenía ni el BUP...

Repetí tres veces tercero de BUP y me estaba replanteando qué haría de mi vida... Había empezado a hacer teatro amateur en el Centro Católico, pastorets y estas cosas... Y me parecía que dedicarme al teatro era una cosa muy lejana, muy imposible... Pero cuando me tocó escoger un camino, decidí probarlo... Me apunté a una escuela de teatro y acrobacia de Barcelona, para ver cómo me iba... En realidad, no pensaba que aquello iría a ningún sitio... La idea de ganarme la vida haciendo teatro no me la acababa de creer.

Con Toni Albà empezó todo

Sergi Lopez Sergi Alcàzar

¿Y cómo se lanzó al teatro profesional?

Como yo había hecho teatro amateur, ante un público vivo, hacer un curso de teatro era divertido, pero allí sólo actuabas ante los compañeros y yo tenía ganas de hacer una obra de teatro ante gente, en vivo. Entonces conocí a un tal Toni Albà, que era uno máquina que hacía teatro. Lo fuimos a encontrar a su casa, con un compañero, porque queríamos hacer un número de payasos. Y nos dijo que al día siguiente volviéramos y que lleváramos chándal. Fuimos, y una vez allí nos pidió que improvisáramos. No teníamos ni idea. Pero a partir de aquí empezó todo...

Pero usted pasó por una prestigiosa escuela francesa de teatro...

Sí, pasé por la escuela Lecoq, que es una escuela de creación, no de interpretación. Toni Albà había estudiado allí y nos estiró hacia allí. En la Lecoq te inculcan que la improvisación sirve para escribir. Ahora bien, la Lecoq era una escuela privada, muy cara, y yo no tenía ni cinco. Pero me salió un trabajo muy bien pagado, y cuando tuve bastantes pelas para pagar gran parte del Lecoq, me fui a París.

¿Su afición por los espectáculos de creación le viene de Lecoq?

Sí, es lo que nos enseñó Albà, y era lo que hacían allí, en París. En teatro casi todo lo que he hecho son espectáculos de creación. Ahora bien, en mi currículum tengo muy pocas obras de teatro, porque son espectáculos que hemos hecho durante mucho tiempo: uno ha durado diez años, el otro diecisiete... Son obras que hemos girado mucho, mucho...

El teatro es donde empecé, y no lo dejaré nunca...

El cine le dio la fama, pero periódicamente vuelve al teatro...

El cine me lo he encontrado por casualidad, por accidente, un accidente que todavía dura... Además, en cine he tenido la suerte de hacer pelis que fueron a festivales, que tuvieron una gran repercusión mediática. Pero el teatro es donde empecé, y no lo dejaré nunca... Me gusta un teatro "de manufactura", en el que tú te planteas de qué quieres hablar, cómo, con qué decorado... Eso me gusta mucho. En el cine dependes mucho más de los otros.

¿Y series?

Antes no las hubiera hecho. Con la televisión tengo una relación más de respeto... Haces una pequeña entrevista en una cadena pequeña y tiene una repercusión brutal... Las series de antes, que pasaban cada mediodía en casa de todo el mundo, me daban mucho respeto. No me gustaba, tanta popularidad. Ahora la televisión está cambiando; se están haciendo cosas muy interesantes, cosas que a nivel de escritura, de guion, son más arriesgadas, tienen más calidad... Las series se están comiendo parte del terreno del cine... No estoy cerrado en banda a hacer series. Dependerá de cómo, cuándo, con quién...

Del Toro es un monstruo, por eso hace películas de monstruos

Sergi Lopez Sergi Alcàzar

Guillermo del Toro, con quien había trabajado en El laberinto del fauno, ha sido la gran estrella de los Oscar de este año. ¿Cómo fue su colaboración con él?

Una pasada. Este tío es un genio... He tenido la suerte de trabajar con directores y directoras muy diferentes, con universos muy diversos, pero Del Toro es un monstruo, por eso hace películas de monstruos. Es un autor. Es un tío con mucho talento. Tiene un universo muy propio, es muy leído, muy, muy inteligente... Se lo merece todo.

¿Qué proyectos profesionales tiene para el futuro?

Muy pronto iré a grabar una película a Senegal con Neus Ballús, en un proyecto que hace tres años que intenta llevar adelante. Me hace mucha ilusión.

Hay la idea de que no pasa nada, pero el país se está hundiendo

¿Usted cómo valora la situación del cine catalán?

La salud del cine catalán ya era mala, pero ahora no sabemos ni si hay salud. Es un desastre total. Entre la tasa y TV3 ayudaban a que hubiera alguna cosa que pareciera cine catalán. Ahora está fatal... ¿Qué hacemos aquí? Es más que precario... Es trágico... Eso es parte de todo lo que está pasando en el país. Tenemos que estar atentos y despiertos... Hay la idea de que no pasa nada, pero el país se está hundiendo. Hay muchos agujeros...

¿Cree que el 155 puede afectar todavía más a la creación cinematográfica catalana?

Cada vez será más necesario romper moldes, oponerse a un pensamiento único. Cada vez será más evidente que nos tenemos que hacer preguntas y que todo está por hacer...

Tiene fama de ser un gran optimista. ¿Como ve la situación del país?

Tengo tendencia a ver el vaso medio lleno. Pero a pesar del desastre y la tragedia de ver como el país se está hundiendo con vías de agua de grandes dimensiones por todas partes, yo soy optimista. Está pasando alguna cosa en la sociedad catalana. Hay un motor de transformación. Están pasando cosas y no hay marcha atrás. Más allá de la independencia, hay la idea de que aquí hay una lucha, que no te puedes quedar sentado en el sofá... La gente ve que lo que hace el poder afecta a toda la sociedad y que alguna cosa se tiene que hacer.

Nos habían dicho que teníamos una democracia madura y estable, y ahora se ha visto que eso era una milonga

Sergi Lopez Sergi Alcàzar

¿De verdad cree que las cosas no están tan mal?

Lo que tiene de bueno lo que ha pasado es que ha despertado una conciencia crítica, no sólo de los independentistas, de toda la sociedad. Los acontecimientos nos han hecho levantarnos pronto para defender territorios de democracia que pensábamos que no estaban en peligro. Y eso es bueno... Es bueno que caiga la venda de los ojos de mucha gente de Catalunya y de España. Nos habían dicho que teníamos una democracia madura y estable, y ahora se ha visto que eso era una milonga y que nos la habíamos creído. Ahora es nuestro turno de demostrar que queremos ejercer el derecho a mandar.