David Alvarado es politólogo y periodista, aunque desde que se instaló en Rabat, en 2003, ha realizado muchos otros trabajos. Había soñado hacer una tesis doctoral sobre el nacionalismo bereber, que al final no ha tenido ocasión de finalizar. No obstante, no ha abandonado el tema. Hace unos meses, publicó Rif. De Abdelkrim a los indignados de Alhucemas (Los Libros de La Catarata), un libro en que explica, de forma exhaustiva, las revueltas vividas en los últimos meses en territorio rifeño: el llamado hirak.

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Una protesta del hirak. Foto: Mohamed Mouha.

¿Qué es el hirak?

Hirak significa movimiento en árabe. El hirak es el movimiento popular de contestación que surgió en Alhucemas por la muerte de un chico pescadero, en circunstancias trágicas, por el abuso de una autoridad. El vendedor de pescado quedó enganchado en el triturador de un camión de basura y murió de forma trágica. Y eso circuló por las redes sociales y generó protestas que se fueron repitiendo semana a semana, y poco a poco fueron tomando consistencia. Hasta que llegó un momento en que las autoridades temieron que se les fuera de las manos, y la policía empezó a prohibir las manifestaciones, a reprimir los actos y a detener a los líderes de la contestación. Ahora se ha paralizado un poco y estamos en una situación de impasse para ver qué ocurre en Alhucemas, pendientes de los juicios y de las sentencias.

El Rif tiene un particularismo muy fuerte, y sus protestas se organizan en base a sus propias coordenadas

¿Se trata de un movimiento independentista bereber?

No. Se trata de un movimiento que tiene como escenario una región particular con una identidad específica y con una larga historia de enfrentamientos con el poder central. Una región herida, subdesarrollada, aislada del resto del país. Una región que ha obtenido sus ingresos del contrabando, de la emigración… Y esto le da un particularismo muy fuerte, y sus protestas se organizan en base a sus propias coordenadas. El estigma de independentismo rifeño lo ha dado Rabat, para evitar que el hirak tenga impacto más allá del Rif y evitar el riesgo de contagio a otras regiones marroquíes…

Pese a todom en las protestas se exhiben banderas bereberes, un uso extendido de la lengua bereber…

Es normal que cada uno hable en su lengua materna. En el Rif el bereber es la lengua que se habla en la calle. Y la identidad amazigh es la identidad de Marruecos. Hay un 40% de los marroquíes berberófonos, y hay algunos arabófonos que consideran que tienen una identidad amazigh, aunque hablen árabe. La bandera amazigh no debería escandalizar a nadie. En las manifestaciones se muestran banderas de la República del Rif y retratos de Abdelkrim, porque para los rifeños representan un símbolo de un momento de plenitud, el recuerdo de un pasado mitológico, más que el deseo de construir un futuro independientemente de Marruecos.

Sobre el terreno el independentismo, o no existe, o es muy minoritario

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Funeral de Mouhcine Fikri en Imzouren. Foto: Mohamed Mouha.

Pero sí que hay reivindicaciones autonomistas…

Los manifestantes reclaman la regionalización efectiva del país, que las regiones se reconozcan y que tengan recursos para funcionar. Hay algunos rifeños en el exterior que sí tienen voluntad de independencia, pero sobre el terreno el independentismo o no existe o es muy minoritario. La gente quiere desarrollo dentro de Marruecos. En realidad, ni siquiera es un movimiento que afecta a todo el Rif, afecta sobre todo a la provincia de Alhucemas.

Ha reaparecido el mito de Abdelkrim, que al parecer tiene infinitas relecturas: el republicano, el rebelde, el defensor del Islam, el bereber, el enemigo del sultán… ¿Cómo es que un mismo personaje es visto desde ópticas tan distintas?

Abdelkrim es un personaje complejo. Es hijo de un colaboracionista, que creía que los españoles iban a beneficiar la región. Su hermano estudia ingeniería en Madrid… El padre de golpe se separa de los españoles, y la familia acaba liderando la rebelión. Abdelkrim suprime el derecho consuetudinario beréber y es quién arabiza el Rif. En realidad su concepto de República tiene mucho con ver con la voluntad de ganarse la opinión pública internacional. La etiqueta republicana le iba bien para obtener apoyos…  Nombra ministros, pero todos son de su familia… Eso no es muy republicano… Desde el exilio tiene una relación conflictiva con el sultán y con los partidos marroquíes. Es una figura grandiosa, y los militantes del hirak toman lo que más les conviene de ella, y apartan lo que no les resulta tan interesante. Abdelkrim es todo un mundo.

¿Qué relación tiene el hirak con las primaveras árabes?

Para empezar, para mí el concepto de primaveras árabes es relativo, no lo veo tan claro… Muchos países no vivieron cambios serios. Ni siquiera en Túnez ha triunfado la primavera árabe; ahora sus dirigentes se están planteando si volver al autoritarismo. En Marruecos hay una tradición de contestación que viene de antes de las primaveras árabes. En los últimos años ha habido grandes protestas: en Sidi Ifni, en el Sáhara, en Rabat… Que no salgan en los medios no quiere decir que la sociedad no se movilice… El hirak no es parte de las primaveras árabes; es una experiencia única, inédita, auténticamente marroquí. Y ha trascendido las fronteras porque las comunidades rifeñas en el exterior se han implicado mucho en ella…

El Rif tiene una larga tradición de revueltas

Rif David Alvarado

Pero anteriormente, en el Rif, ya hubo revueltas: en 1958, en 1984…

El territorio tiene una larga tradición de revueltas contra el makhzen [el poder del Palacio, del gobierno central], contra los sultanes que querían cobrarles impuestos y, más tarde, de resistencia contra la dominación europea. Más tarde se vivió una gran represión a manos de Hassan II, cuando éste era príncipe, en 1958-59… Pero en 1984, con las revueltas del pan que afectan a todo Marruecos, en el Rif se viven episodios muy duros… A los rifeños no les gusta que les manejen, que los dominen.

¿Qué papel ha jugado la monarquía marroquí frente al hirak?

El hirak no ha querido nunca intermediarios. Considera que los partidos y las organizaciones no cumplen su rol para representarlos y por eso apelan directamente al monarca. Por otra parte la monarquía se ha mantenido al margen de las protestas y no ha reaccionado a las llamadas del hirak.

La propaganda de los medios afines al régimen contra el hirak ha sido muy fuerte

protesta hirak alhucemas mohamed mouha wikipedia

Protesta en Alhucemas. Foto: Mohamed Mouha.

La población del resto de Marruecos, ¿está de acuerdo con las demandas del hirak?

Ha habido manifestaciones de solidaridad con el hirak en Rabat y en otras zonas de Marruecos. Hay sectores de la población marroquí que se han solidarizado con el movimiento, pero en la mayoría de los casos este apoyo no se ha mantenido en el tiempo. Por otra parte, la propaganda de los medios afines al régimen ha sido muy fuerte. Se habla de la “mano negra” del hirak: se acusa al Frente Polisario, Irán, Argelia, Estado Islámico… Se le ha imputado al hirak todo tipo de males, se le ha cargado el estigma del independentismo… Y esto ha calado mucho en la cultura marroquí, porque los rifeños con frecuencia han tenido muy mala fama y la población del resto del país muestra desconfianza ante ellos: se les considera gente irredenta. Además, las reivindicaciones del hirak eran muy locales, y era difícil hacerlas extensivas al resto del país.

Tras meses en que las noticias de manifestaciones en el Rif eran continuas, hace algunas semanas que no se sabe nada de ellas. ¿Qué sucede? ¿Se han paralizado? ¿Ha triunfado la represión?

La gente ha dejado de salir en la calle, aunque hay mucho activismo en las redes sociales, y fuera de Marruecos. La situación en la calle está más tranquila, por la presencia continua de las fuerzas de seguridad del Estado. La vida sigue en el Rif, en un período de expectación. Se esperan las sentencias… El régimen intenta contemporaneizar. Hay quién cree que habrá una amnistía, pero otros lo descartan. Y hay otros frentes de contestación en Marruecos, como en la región minera de Jerada, donde hay disturbios, detenciones…

Mohamed VI es el monarca de Marruecos que más poder ha tenido en la historia

En su libro sentencia “el fin de las esperanzas democráticas en Marruecos”. ¿Por qué?

Al final del reinado de Hassan II hay un proceso de apertura. Con Mohamed VI se esperaba una liberalización. Pero la transición marroquí ha tenido muchos altibajos. Actualmente estamos en un momento en que los partidos políticos tienen muy poco margen de maniobra, y en que la figura del rey vuelve a ser omnipotente. Hemos retrocedido bastantes años. La transición está en standby y la monarquía se ha vuelto a erigir en eje central del sistema. Mohamed VI es el monarca de Marruecos que más poder ha tenido en la historia, incluso más que su padre.

¿El poder del rey tiende a aumentar en pleno siglo XXI?

Hace poco nos hemos enterado por la prensa de que Marruecos se iba a integrar en la CEDEAO, la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental. Y esta iniciativa se ha tomado sin ningún debate previo, sin participación de los partidos… Lo decidió Mohamed VI. En tiempos de Hassan II esto no hubiera pasado nunca, él por lo menos tenía una cultura de la concertación, que Mohamed VI no tiene.

En el Estado español hay muy poco interés por lo que pasa en Marruecos

¿Cómo puede ser que en España no haya más solidaridad con el hirak?

En el Estado español, en general, hay muy poco interés por lo que pasa en Marruecos. Es un vecino con el que se comparten fronteras, que tiene una comunidad inmigrante muy grande aquí, con el que hay muchos contactos… Pero el desinterés es demasiado elevado por todo aquello que nos une. Dentro de este contexto general de desinterés y desatención, el hirak ha pasado muy desapercibido, como tantas cosas de este país, tanto para lo bueno como para lo malo. Porque en Marruecos también ha habido importantes progresos, pese a todo: la monarquía a veces ha jugado un papel como vector de modernización, como cuando ha promovido recientemente los derechos de las mujeres, incluso en contra de la opinión de buena parte de la población…