Definitivamente había vida después de Alcarràs y Creatura se ha consolidado como la película del año, pero estos Premios Gaudí serán recordados por su transversalidad en la victoria, síntoma de la importancia que tiene la colectividad que cada vez practica menos el mundo moderno. Y es que aunque la película de Elena Martín estaba llamada a ser la nueva Pa negre y no ha cumplido con la estadística, sí que se ha convertido en una de esas joyas cinematográficas que durará años. Ha conseguido 6 de las 15 estatuillas a las que optaba, entre ellas mejor película, mejor dirección o montaje, con una historia que no solo pone el deseo femenino en el centro, sino que sugiere por qué a menudo hay demasiado silencio a su alrededor. Lo ha reivindicado sin tabúes su directora, la mejor del año: "Es muy importante proteger la infancia, pero protegerla no es negar el deseo. Es acompañarla, validarla".

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Tampoco hay nada que guste más en el mundo de la cultura que homenajear a aquellos referentes que ya no están. Con siete premios, Saben aquell y el indiscutible recuerdo a Eugenio —y a Conchita, siempre al frente— se ha erigido como la gran ganadora artística, interpretativa y numérica de una noche en que se ha premiado la nostalgia, la sátira social y el empoderamiento de las mujeres cineastas, tanto en forma de premios como de seguimiento, con unas maestras de ceremonias contundentes y con el compromiso público por bandera.

Si Eugenio tenía a Conchita, David Verdaguer ha contado con Carolina Yuste para bordar el dúo interpretativo de la temporada. Los dos han ganado estatuilla por sus papeles en el reto mayúsculo que ha supuesto radiografiar la vida de Eugenio y su primera mujer, quien dio un paso al lado para que el cómico catalán pudiera desarrollar su vida profesional. A ella le ha dedicado el galardón Yuste, antes de exigir a los compañeros de profesión que también alcen la voz para que los rodajes sean sitios seguros. La aproximación de David Trueba a la figura de Eugeni Jofra i Bafalluy también se ha llevado la mejor dirección artística, la mejor dirección de producción, el mejor sonido, el mejor vestuario y el mejor maquillaje y peluquería. Isabel Coixet y su Un amor solo se han llevado el mejor guion adaptado por la versión del libro de Sara Mesa, mientras que el guion original ha sido para Upon entry (La llegada) y su cine crítico contra el racismo institucional. Por contra, El maestro que prometió el mar se ha tenido que conformar solo con el premio del público. 

En las puestas en escena, Creatura también ha conseguido la mejor interpretación revelación por Clàudia Malagelada, el actor secundario para Alex Brendemühl, que lo ha recogido por segundo año consecutivo agradeciendo el poder perpetuarse en este trabajo, y la mejor actriz secundaria para Clara Segura, que se ha convertido en la actriz más galardonada en los Gaudí con su tercera estatuilla. "Gracias por ver esta energía, esta pasión, sensibilidad y liderazgo de una manera diferente, y por hacer que Creatura sea una historia que ha acabado atravesando a mucha gente", ha remarcado, dirigiéndose a la directora del filme. Y es que el filme lleva meses llenando de buenas palabras la boca de la crítica con una historia sobre el despertar del deseo sexual femenino y las dificultades de explotarlo en una estructura hostil y patriarcal. 

david verdaguer millor actor protagonista gaudí 2024 / Foto: Efe
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La directora Estibaliz Urresola Solaguren ha aprovechado el micrófono firmando uno de los discursos más reivindicativos de la noche contra la violencia de género y a favor de la diversidad, la sororidad y la paz. "Quiero volver a pedir el alto al fuego inmediato en Gaza y exigir a nuestros gobiernos que detengan la venta de armas con Israel y cualquier otro país. Que viva el pueblo palestino libre". Urresola ha ganado la dirección novel por su ópera prima 20.000 especias de abejas, coproducción vasca y catalana que ya triunfó en la Berlinale llevándose el Oso de Plata más joven de la historia de los famosos galardones internacionales, y que también se ha erigido como ganadora en la categoría de mejor película en lengua no catalana.

Y la carne de gallina no ha dado tregua cuando Carme Elias ha acompañado a Claudia Pinto a recoger el premio en el documental que la ha seguido para mostrar su lucha contra el Alzhéimer. "Cuando me diagnosticaron esta enfermedad que llevo encima, a la que yo nombro como mi amigo Al, fui a casa de Claudia y me dijo: ¿quieres que dejemos un rastro de todo eso?", ha empezado la actriz. "Estoy contenta de poder explicar cómo es de difícil esta enfermedad, y esperar que ayude a muchas familias que están pasando por lo mismo". Visiblemente emocionada, la directora ha comentado el reto que suponía no saber el tiempo que tenían para hacer la película y como, cinco años después, pueden estar aquí. "Estoy muy feliz que Carme esté aquí y que sea consciente de lo que está pasando; Carme, gracias para enseñarnos a celebrar la vida venga como venga".

Además, y como era de esperar, J.A. Bayona no se ha ido con las manos vacías. La sociedad de la nieve, su producción más ambiciosa llevando la tragedia de los Andes a la gran pantalla por segunda vez, solo se ha llevado la mejor película europea, el único galardón al que estaba nominado por no tratarse de una producción catalana. "Vayas al bar o en el metro, la gente está hablando de la película, y es la mejor noticia que podemos tener", ha reafirmado el director catalán, que podría ganar su primer Oscar el próximo 10 de marzo. También Pablo Berger ha conseguido galardón, y con Robot dreams está cumpliendo un sueño en el mundo de la animación que también lo llevará a Hollywood el próximo mes.

actriz clara segura recoger premio disfrute mejor actriz secundaría 2024 / Foto: Europa Press
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Una gala a favor del catalán y en contra de los abusos contra las mujeres

Las estatuillas de este año se han repartido en la que probablemente ha sido la gala más crítica y reflexiva de la historia de los Gaudí, con unas debutantes Oye Polo —Ana Polo y Maria Rovira— sin pelos en la lengua, llenando los vacíos con gags temáticos y aprovechando la ocasión para afilar el hacha y no dejar títere con cabeza: doblaje en catalán en Netflix y en los cines, subvenciones, abusos sexuales, discriminación al colectivo LGTBIQ y violencia machista, exilio e incluso una autocrítica punzante. "En 2022 solo un 3% del público escogió películas en catalán en los cines, pero casualmente, el año de Alcarràs se superó; ¿no será que solo vamos cuando desde fuera nos dicen que lo hacemos bien? La autoestima no es lo que nos caracteriza como pueblo", han confesado.

Tampoco se ha quedado corta abriendo melones Judith Colell, presidenta de la Academia del Cine Catalán, que ha denunciado la precariedad laboral, los abusos sexuales en el sí de la industria en plena polémica por el caso Carlos Vermut y la necesidad de no desperdiciar los pasos adelante que ha hecho el cine de nuestra casa por decisiones políticas. "Es muy importante que esto tenga continuidad, hace unos años también conseguimos grandes hitos y se perdieron; el cine tiene que ser una cuestión de estado, y no tiene que depender de la voluntad de las personas que gobiernen". Colell también ha hecho un grito al liderazgo de las mujeres, pero también al edadismo que ensucia la experiencia de las cineastas, haciendo levantar del asiento a todas las profesionales nacidas antes de los 70 imitando el gesto que hizo la actriz Frances McDormand en los Oscars del 2018. "Os necesitamos", ha remarcado sin titubear. A su vez, Rosa Vergés, primera cineasta en recibir el Gaudí d'Honor en dieciséis ediciones, ha ratificado que las mujeres de su generación no lo tuvieron fácil.

 actriz carme elias premis gaudi 2024 / Foto: europa Press
Foto: europa Press

Pero quien ha avergonzado a todos los presentes destapando las verdades más ácidas ha sido Yolanda Sey y su ejemplar discurso sobre la poca representación de las personas racializadas en el cine, con una sátira descarnada, chocante y totalmente impactante sobre el privilegio blanco que ha complementado con cifras. "Me gustaría compartir con vosotros un dato: según un estudio, hay un 7,88% de personajes no blancos en las candidaturas de los Gaudí; decimos que el cine imita la vida, y yo no sé dónde vivís, porque en la vida hay más de un 7,88% de diversidad". Sey, actriz, cantante e integrante del grupo musical de The Sey Sisters, ha denunciado no poder hacer de catalana en ninguna producción "porque no parezco catalana aunque soy catalana" y se ha quedado a gusto delante de un auditorio incómodo que no sabía dónde meterse. "¿Sabéis qué va muy bien para que la gente no se queje? Tener igualdad de condiciones", ha concluido.

A pesar de no ser una ceremonia excesivamente festiva, sí se ha caracterizado por tener un ritmo bastante rápido y numerosos parlamentos aptos para pensar y consultar con la almohada. Más de tres horas en que realidad y cine se han entremezclado sin fisuras, demostrando que la vida es mucho más que una película grabada. Críticas feroces, música intergeneracional y alguna risa tímida han protagonizado una noche en que, por fin y ya para siempre, se ha reconocido y consolidado la presencia de las mujeres en el mundo del cine, explicando historias, protagonizándolas y dirigiéndolas, ya nunca más con la voz apagada.