Sant Jeroni de la Murtra, Badalona, 3 de abril de 1493. Hace 530 años. Cristóbal Colón, recién llegado del primer viaje transoceánico, se entrevistaba con los reyes Fernando e Isabel, para pasar balance del resultado de aquella empresa. En aquellas entrevistas, que se prolongarían por espacio de unas semanas, participaron varios personajes de los estamentos de poder catalanes y valencianos, que, de manera indirecta, ya habían estado presentes en la preparación del primer viaje. Uno de estos personajes sería el diplomático Bernat Boïl, en aquel momento vicario general de la orden de los Mínimos en los territorios peninsulares de la monarquía hispánica. Bernat Boïl se embarcaría en el segundo viaje (1493) designado por el pontífice valenciano Alejandro VI —el papa Borja— como la máxima figura pastoral de la tripulación y de la futura colonia. Sería el primer obispo de América.

De dónde venía Bernat Boïl
El origen de Bernat Boïl ha generado un importante debate en relación a la identidad del personaje. Boïl nació el año 1445 en Zaidín, un pequeño pueblo situado al margen izquierdo del río Cinca, muy cerca de la villa de Fraga. El origen de este pequeño pueblo fechaba de la época de dominación musulmana (siglos VIII a XI). Pero durante la centuria de 1100, el valle bajo del Cinca fue ocupado por los catalanes. El año 1120, Avin-Hilet, valí de Lleida, había transferido el dominio de Zaidín a Ramón Berenguer III, conde independiente de Barcelona. Pero aquel dominio no se haría efectivo hasta la campaña militar de su sucesor Ramón Berenguer IV el año 1149 (conquista de Lleida, Fraga y Mequinenza). A mediados del siglo XII, Zaidín pasó a formar parte del marquesado de Lleida y quedó encuadrado dentro del territorio de la diócesis de Lleida.
Bernat Boïl, como mínimo tan catalán como aragonés
La línea divisoria entre el Principado de Catalunya y el reino de Aragón fue desplazada a este y oeste en varias ocasiones. Pero cuando nació Bernat Boïl (1445) el pueblo de Zaidín y el valle del Cinca formaban parte del reino de Aragón. No obstante, no podemos olvidar otros detalles tan importantes y tan decisivos como este. La reconquista de Lleida (1149) había impulsado la restauración de la vieja diócesis ilerdense de la época romanovisigótica (siglo V). Y la repoblación de aquel territorio se dirigió desde Lleida, y con gente procedente de los condados pirenaicos de lengua y cultura catalana. La sociedad donde nació y creció Boïl era hija de aquella empresa repobladora. Y su ciudad de referencia siempre sería Lleida, que fue donde Boïl vivió un buen número de años de su vida, mientras cursaba estudios superiores.

Fernando el Católico y Alejandro VI / Fuente: Museo de Arte de Viena y Galería de los Oficios de Florencia
¿Qué conexión tenía Boïl con el poder?
La carrera de Boïl empieza en Aragón, pero rápidamente se emplaza en Catalunya, sede de la cancillería real. El año 1473 Boïl está en Daroca (Aragón) como secretario de Pedro Zapata, amigo personal del futuro rey católico. No obstante, las capacidades intelectuales de Boïl debieron impresionar a Fernando, porque al alcanzar el trono lo reclamaría en la cancillería de Barcelona (1480). En la capital catalana Boïl se inclinaría definitivamente por la carrera eclesiástica. El año siguiente (1481) sería nombrado rector de la parroquia de Santa Maria del Pi y, al mismo tiempo, tesorero del obispado de Barcelona. Y un año más tarde (1482), sería nombrado vicario superior de los ermitaños de Montserrat. En este punto es importante destacar que fue promovido por el abad Della Rovere, de la poderosa familia del mismo nombre aliada de los pontífices valencianos Borja y de su partido, los catalani romanos.
¿Qué hacía Boïl en Sant Jeroni de la Murtra?
Antes del retorno de Colón y de la preparación del segundo viaje (1493), Boïl ya había trabajado por la diplomacia de Fernando el Católico. Entre 1486 y 1487, y en 1492 de nuevo, había viajado a París con el objetivo de allanar el camino para la devolución de los condados del Rosselló y de la Cerdanya, que Juan II —padre del Católico— había empeñado (1462) para obtener la financiación que le permitiría ganar la Guerra Civil catalana (1462-1472). Aquella empresa de devolución, estrictamente "catalana", culminaría con éxito en Barcelona (19 de enero de 1493). Pero antes, Fernando el Católico sufriría un grave atentado en las escaleras del Palacio Real (7 de diciembre de 1492). Y mientras averiguaban quién había detrás de aquel regicidio, Fernando y su equipo negociador serían evacuados a la Murtra, y allí firmarían el acuerdo final y estarían hasta que llegó Colón (abril, 1493).

¿En calidad de qué se embarca Boïl?
El eje rey Fernando-papa Borja es bien conocido. Y, precisamente, este eje sería el que explica la participación de Boïl en la empresa americana. El segundo viaje colombino, a diferencia del primero, fue un impresionante despliegue de recursos con un único propósito: la colonización de las nuevas tierras. Y esta empresa requería el trasplante de toda la estructura de poder de la metrópoli a la colonia. La cancillería barcelonesa de Fernando no dejó ningún hilo suelto y solicitó al pontificado el nombramiento de un vicario apostólico —el equivalente a un obispo— que sería el pastor espiritual de la tripulación (más de mil quinientos hombres y mujeres, embarcados en un convoy de un mínimo de diecisiete naves) y, más adelante, de la comunidad cristiana de la colonia. De esta manera, el catalán Bernat Boïl se convertiría en el primer obispo católico de la historia de América.