A partir de este martes, la televisión municipal de Barcelona, BTV, pasa a llamarse "betevé", dentro de un programa de renovación estética global. En realidad, este cambio responde, también, a una redefinición ideológica de este medio, que ha llegado a ser calificada de "nuevo paradigma" para betevé. Este canal ha sufrido una bajada continua de público desde el 2009: ha perdido a un 45,3% de sus espectadores. En este momento el 48,5% de los barceloneses de entre 16 y 44 años, casi la mitad, no conoce la televisión de Barcelona o no la ve nunca.

Hacia el multimedia

Betevé quiere adelantarse a los cambios que llegan al mundo de la televisión y que están produciendo una bajada continua de público de este medio. Por eso quiere avanzar hacia un modelo transmedia, en el que el usuario pueda escoger contenidos a la carta y que pueda participar de forma activa en los programas. En el marco de esta estrategia, betevé quiere maximizar el uso de Twitter, para hacer que las opiniones de los espectadores aparezcan en pantalla durante los programas, sobreimpresionadas. El mismo uso de la minúscula en las siglas se ha hecho en un intento de dar una imagen de proximidad, de horizontalidad. Dentro del programa de renovación, el compositor Nil Ciuró ha preparado cien temas musicales diferentes a partir de un fondo musical común.

La ciudad, de forma diferente

Betevé pretende revisar el punto de vista de la ciudad que ofrecía. En primer lugar quiere reivindicar el interés y la belleza de lo cotidiano, frente a los grandes elementos icónicos de la ciudad. En este sentido, se pretende que los 73 barrios de los 10 distritos de la ciudad estén mucho más presentes en la televisión. Por eso, quiere recuperar la conexión con los barrios. Por otra parte, quiere rehuir el "localismo" y pretende ofrecer contenidos de interés más amplio, al considerar que en la realidad digital actual la vocación local está superada, ante la globalización del público.

Un problema no excepcional

En realidad, el problema de pérdida de audiencia de betevé es común a la mayoría de televisiones. Desde hace años las televisiones, en todas partes, están perdiendo audiencia, especialmente entre los más jóvenes. En Catalunya el problema más grave es que la televisión en catalán está viendo cómo se reduce su público, año tras año. TV3 también intentó un programa de renovación, en septiembre, para tratar de recuperar audiencia.