Sólo tiene 22 años pero el productor argentino Bizarrap ha conquistado el mundo desde el dormitorio de su casa.

El momento y el lugar ideal

El momento y el lugar ideal. Aunque el lugar 'ideal' sea una habitación de un joven postpúber de unos pocos metros cuadrados, seguramente con algún calcetín acartonado en el cajón, la cama a medio hacer y las esquinas con balas de polvo enormes como perros Leonberger.. Y el momento ya dure semanas, meses... ¿Un par de años?

Ahora las canciones con millones de reproducciones se cocinan en la bedroom (en los dormitorios). Y no se sabe a ciencia cierta cuánto de tiempo pueden ser rentables. Por eso, se han de exprimir. Y eso, Bizarrap lo ha hecho como ningún otro productor de su generación.

Bizarrap Viquipedia
Bizarrap, el niño maravilla de la música urbana latina. Foto: Wikipedia

Los principales artistas del género latino y urbano se pegan de hostias por pasar un rato en casa de Gonzalo Julián Conde, más conocido en Youtube (diez millones de seguidores) como Bizarrap. Un productor con más streams que Eminem. El artista argentino más escuchado en todo el mundo el 2020 (once millones de reproducciones al mes en Spotify).

Con sólo 22 años

El artista, siempre bajo una gorra y tras unas gafas de sol que no esconden la ternura de sus facciones, de sus carrilleras de leche, se ha hecho un nombre en la escena internacional porque... Porque todo lo que toca acumula millones de reproducciones.

Necesita muy poca cosa: una bedroom, balas de polvo enormes como perros Leonberger, micro en el centro, una base de r'n'b o rap, con toques hiperpop (es fanático de Daft Punk) y un montaje picadito y moloncio de luces flúor. Y claro está, un invitado estrella. Al principio eran colegas del mismo artista, conocidos de la escena freestyle argentina. Una escena que ahora arrasa por todo el mundo con artistas como Cazzu o Khea.

De hecho, el joven empezó subiendo una serie llamada 'Combos locos' en que recopilaba batallas de freestyle de Red Bull; varios suscriptores empezaron a pedirle remixes. Dejó el trabajo de productor en Warner, montó el hombre studio y empezó a subir a Youtube el 2018. Después empezó a hacer temas propios: las BZRP Music Session.

Despuntó con Nicki Nicole, ya a la decimotercera sesión de las BZRP Music Session (¿respuesta latina y urbana a los Tiny Desk Concerts?) y se abrió al mundo con Nathy Peluso (antes incluso habían pasado artistas catalanes como Kinder Malo), con quien ha ganado tres discos de oro y tiene el record del canal con 241 millones de views.

Ya han producido una canción nueva. "No es tener un beat y ya, quedas muy contenta con él", comentaba la argentina instalada en Barcelona. "Siempre piensa en trabajar".

La última sesión, la 41, con Nicky Jam, que conoció a Bizarrap precisamente por la canción con Nathy Peluso, ha sumado más de 60 millones de streams en días. Misma fórmula: el rapero en medio de la escena y el productor, de fondo, moviendo los brazos.

Al final se ha acabado produciendo un efecto de trasvase: Bizarrap tiene más peso que sus colaboradores. Y evidentemente, muchas veces más que la misma canción.

Otro rapero argentino surfeando bien alto ahora mismo la ola del molar, Duki, ha llegado a confesar sobre una posible sesión con Bizarrap: "Creo que la gente lo idealiza: genera tanta presión que no me gusta".

Ahora Bizarrap también produce para fuera de sus sesiones. Es contenedor y artista.

El productor como estrella

Bizarrap ha conseguido una cosa indudable: revalorizar el papel del productor. Es un movimiento al alza, y él ha contribuido de forma decisiva: Ovy On The Drums ("Tusa"), Fred Again (autor de canciones para Ed Sheeran) o Alizzz (mano derecha de C. Tangana) están saliendo del armario. De las sombras. El productor también es artista y en las redes sociales tiene canales donde reivindicarse y dejar de ser sólo quien hace el trabajo gris. Pero Bizarrap ha hecho una cosa todavía más increíble e inexplicable: provocar el efecto tengo que estar.

Su habitación es la gallina de los huevos de oro. Su Tik Tok, una fábrica de generar expectativas. En general, sus redes sociales son puro hype.

Hype en inglés es un factor recurrente en el mundo Internet que define cuándo la cosa se hincha y se hincha sin saber muy bien el porqué. Aquello que en periodismo se conoce como la espiral del silencio, la base de la viralización: la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann, en su libro La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social ya a finales de los setenta analizaba cómo la opinión pública se adapta con más facilidad a lo que es predominante.

Más reproducciones, más hype, más guay. Más reconocimiento y dinero.

Más entrevistas en La Resistencia. Aparición con el streamer Ibai Llanos. Más bola de nieve.

No está relacionada la calidad, la novedad, la vanguardia y el éxito. El éxito pasa. Y bastante. Hay quien se atreve a decir que es tan complejo de prever que es más juicioso atribuirlo al azar. Lo cree Cory Doctorow, periodista cultural: "La realidad es que la mayoría de la gente que intenta vivir de las artes, fracasa. Todo el mundo que ha acabado haciendo alguna cosa importante a las artes, en general, ha sido por excepción", comentaba a ElDiario.es. "Piensa en tirar una moneda en el aire: a veces cae de cara y a veces, de cruz, pero de vez en cuando cae de lado. Una posibilidad entre un millón. Si intentas hacer media, te das cuenta de que todo es la suerte".

Y de un día al otro, desde una habitación se pasa a ser un fenómeno mundial. ¿Por cuánto tiempo? Hasta que la suerte cambie de habitación y se vaya rodando como una bala de polvo enorme como un Leonberger.