La Editorial Barcino fue fundada en 1924 por Josep Maria Casacuberta, con el objetivo principal de promover la literatura clásica catalana. La idea, parece ser, fue del mismo Pompeu Fabra, que consideraba que la normalización de la lengua y la literatura catalana pasaría, justamente, por la valorización de su mejor literatura. Ahora, cuando hace más de 90 años que la Editorial Barcino empezó con su misión, quiere dar un nuevo impulso a sus colecciones, pretende "refrescar los clásicos" y demostrar que autores como Ramon Llull, Bernat Metge o Anselm Turmeda son, "completamente modernos" y "muy digeribles".

Popularizar

La colección que fundamenta toda la trayectoria de Barcino es Els Nostres Clàssics, que sigue una línea muy académica: cada libro es trabajado esmeradamente durante 3 o 4 años. Las transcripciones son estrictamente revisadas, y cada obra dispone de un rico y contrastado aparato de notas, así como una riquísima introducción. Para realizar las ediciones críticas se busca a los máximos expertos en cada autor, que trabajan en contacto estrecho con los filólogos del equipo editorial. Mientras que en la colección Els Nostres Clàssics se respeta la ortografía original del texto, con las dificultades de lectura que eso comporta, la colección Tast de Clàssics presenta las obras adaptadas al catalán actual, no por estudiosos, sino por autores actuales, como Marta Pessarrodona o Lluís-Anton Baulenes, para darles mayor vigor. Tast de Clàssics aporta introducciones muy breves. La editorial Barcino quiere que esta línea sea la puerta de entrada de muchos lectores en el mundo de los clásicos catalanes. Además, mantiene otras líneas de edición como la Biblioteca Verdagueriana, que ofrece los mejores textos del poeta y estudios sobre él.

espejo

Internacionalizar

Uno de los objetivos actuales del Editorial Barcino es, también, divulgar internacionalmente los clásicos catalanes. Para eso ha llegado a acuerdos con editoriales extranjeras para llevar a otras lenguas autores como Ramon Llull o Ausiàs March. Mantiene una colección en alemán con Lit Verlag, una de las grandes editoriales académicas alemanas, donde se ha publicado 8 títulos (de Bernat Metge, de Sant Vicenç Ferrer, de Jordi de Sant Jordi...). Las publicaciones en inglés se hacen con la colaboración del editorial Tamesis, y en esta colección se han editado 10 textos de Francesc Eiximenis, Jacint Verdaguer, Ramon Muntaner... En castellano, Barcino ha trabajado con DVD Ediciones y ha conseguido publicar seis textos, entre los cuales Curial e Güelfa y el Sent Soví. Además, ya se han hecho algunas traducciones al italiano y al griego, y ahora se está preparando una traducción al húngaro.

Una editorial que no tira nada

Una de las peculiaridades de Barcino es que mantiene vivo todo su catálogo de clásicos. Las ediciones más antiguas se siguen consiguiendo. En algún caso se han hecho nuevas ediciones de los clásicos, más actualizadas, pero todavía se pueden conseguir las ediciones antiguas, ya que hay estudiosos que están interesados en ellas. De esta forma en su catálogo todavía se pueden localizar los 180 volúmenes de la colección emblemática Els Nostres Clàssics.

anselm turmeda

Herederos del novecentismo

Cuando se creó Barcino, con espíritu noucentista, la editorial quería llenar un espacio cultural que en otros países cubrían las ediciones institucionales. La publicación de clásicos catalanes fue siempre su prioridad, pero establecieron otras líneas para difundir la cultura por el país. Por ejemplo, fueron los primeros al crear una colección de libretos de divulgación científica, la Colección Popular Barcino, en que se querían difundir, de forma breve pero rigurosa, algunos temas de actualidad. Antes de la guerra editaron desde la Ortografia catalana de Pompeu Fabra hasta el Resum de literatura grega de Carles Riba, pero también un manual de camping o un manual sobre los pioneros de la aviación. Y también se dedicaron a la edición de traducciones de literatura extranjera, como unos magníficos Shakespeares en traducción de Cèsar August Jordana.

La dura posguerra

Casacuberta se vio obligado a dejar la editorial en reposo cuando los franquistas tomaron Barcelona. Los vencedores obligaron a destruir muchos volúmenes del fondo. Siete camiones enteros salieron del almacén del editorial con ejemplares condenados a la hoguera (entre ellos, obviamente, las traducciones del Cándido, del perverso Voltaire). Cerrado en su casa, a pesar de todo, Casacuberta siguió preparando nuevos volúmenes, que publicaría años más tarde. En aquellos años difíciles publicó la única obra en castellano de su catálogo: un facsímil de los volúmenes dedicados a Catalunya y a Mallorca del Recuerdos y bellezas de España de Pau Piferrer. Pudo reanudar las publicaciones en catalán con un volumen de obras teológicas de Arnau de Vilanova. Pero fueron años muy difíciles.

Nuevos tiempos en el mercado editorial

El 1972 Casacuberta pasaba por muchas dificultades pero en aquellos momentos Barcino llegó a un acuerdo de mecenazgo con la Fundación Carulla-Font (la actual Fundación Carulla), que se encargaría del patrocinio de esta editorial hasta hoy. Gracias al empuje de Lluís Carulla, el propietario de Gallina Blanca, la editorial consiguió a muchos suscriptores y pudo reavivarse. Casacuberta siguió al frente del editorial hasta su muerte. Editorial Barcino continúa fiel a sus orígenes, pero en los últimos años ha apostado para dar la máxima difusión a los clásicos, con iniciativas como la colección Tast de Clàssics o campañas para ganar público, como la plataforma Amics dels Clàssics. Los editores de Barcino aseguran que a pesar de la crisis han mantenido el nivel de ventas. Pero la otra gran colección catalana de clásicos, la Bernat Metge, recientemente ha dejado de estar bajo el control de la familia Guardans-Cambó, que la había patrocinado durante casi todo un siglo, y ha pasado a ser editada por el grupo SOM, con el apoyo de la Fundación Bancaria "la Caixa". La Bernat Metge sí que acepta que había perdido muchos lectores fidelizados.

Enganchar público con Turmeda

Este año la editorial Barcino tiene previsto hacer un nuevo lanzamiento de La disputa de l'ase de Anselm Turmeda, aprovechando que se celebra el sexto centenario de su publicación. Los editores aseguran que es una buena carta de presentación de la literatura catalana entre los que no la conocen, porque es "el texto más divertido de la literatura catalana medieval". Para los menos eruditos, está disponible en la colección Tast de Clàssics: La disputa de l'ase, para todos los públicos.

 

Imagen de portada: Ramon Llull. Documento de la Biblioteca de Catalunya.