Astérix y Obélix ya preparan su nueva aventura en formato cómico, la 40, que llegará a las librerías el 26 de octubre de este año y se titulará El lirio blanco. Fabrice Caro, guionista del volumen, y Didier Conrad, continuadores de las célebres aventuras de los personajes creados por Goscinny y Uderzo, centran el nuevo volumen a explorar el efecto que tiene un elemento ajeno sobre pueblo y cómo acaba perturbando el equilibrio y la relación entre los vecinos. En la cubierta provisional, aparecen los dos galos acompañados por Abraracúrcix con un aspecto asqueado. La tirada inicial del nuevo volumen será de cinco millones de ejemplares en todo el mundo. Desde 1959, cuando se publicó el primero, se han vendido 393.000.000 álbumes.

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Portada provisional de la versión catalana de El lirio blanco

Una nueva corriente de pensamiento

Fabrice Caro reconoce que le apetecía mucho hacer un álbum centrado en el pueblo y sus alrededores. El lirio blanco -símbolo de benevolencia y plenitud- es el nombre de una nueva corriente de pensamiento positivo procedente de Roma que empieza a extenderse por las principales ciudades del Imperio, desde la capital hasta Lutècia. Cèsar decide que este método puede tener un efecto beneficioso en los campamentos romanos que rodean el famoso pueblecito galo, pero los preceptos de esta escuela llegan también a los habitantes del pueblecito que se cruzan en su camino.

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El lirio blanco, la nueva aventura de Astérix y Obélix, llegará a las librerías el 26 de octubre

El líder del único pueblecito galo capaz de resistir una vez y otra las legiones romanas, Abraracúrcix, pasa por un momento de dificultades: en la competencia desleal y un escudo que no para de caer, se le suman los duros comentarios de la Bonamina, su mujer, que le recuerda una vez y otra los éxitos del Homeopàtix, su cuñado. Su personaje evoluciona a lo largo de los álbumes y se convierte poco a poco en una figura política por derecho propio. Continúa preocupado por que el cielo le caiga encima, en este caso, quizás por el famoso Lirio blanco. El título busca sugerir la línea marcada por Goscinny y Uderzo, que encarnaban el tema de cada álbum en un objeto físico o una persona, como en el caso de Astérix y el caldero, El adivino, La gran zanja, El escudo arverno o La hoz de oro, entre otros.