El Born Centre Cultural y Memoria acoge estos días la exposición Un altre fi. La resta, colección que revisa los años de la dictadura franquista a partir de la obra de diecinueve artistas contemporáneos. La muestra se divide en cuatro bloques temáticos: Rebeldes del corazón habla de la represión que sufrieron las mujeres y las personas disidentes de género. El menosprecio de los cuerpos hace referencia a las víctimas del franquismo. El fuera interior reflexiona en torno al exilio exterior y del interior (la autocensura). Finalmente, Transmisión y continuidad nos invita a una revisión del pasado. Una sala contigua nos recomienda una selección de libros para enriquecer nuestras perspectivas sobre el tema. Es un cierre demasiado ideal. Soy la primera persona que busca el refugio en los libros y, allí donde voy, cargo con uno por si encuentro algún momento para leerlo. Ahora bien, recuerdo cuando estudiaba la carrera y seguramente la bibliografía recomendada de las asignaturas la consultaban detenidamente un 10% de los alumnos y la leían un 3% del total. Como dicen los castellanos: no tengo pruebas, pero tampoco dudas.
Un tic para las tres misiones
Sin embargo, hagámoslo bien y empecemos por el principio. En la entrada del centro hay un libreto que propone un itinerario recomendado. Seguramente es llo que hace todo el mundo, ya que es lo que tiene más sentido porque se trata de seguir los pasillos que rodean el yacimiento. Además, este recorrido está marcado por la obra de Concha Jerez (Las Palmas de Gran Canaria, 1941). Presenta tres obras, las cuales se pueden concebir en conjunto y, desde mi punto de vista, creo que son las que mejor resuelven la esencia de la exposición. Las tres hablan de la represión franquista sufrida entre 1939 y 1979 y sus consecuencias: la autocensura y la destrucción de las ciudades, lo cual va acuerdo con los yacimientos del centro. Teniendo en cuenta que el objetivo de la muestra es dar a conocer la rebeldía silenciada durante el franquismo, mostrar el arte como herramienta de resistencia y denuncia y revisar la memoria colectiva, podemos creer que Concha Jerez ha marcado con un tic las tres misiones.
Una vez nos adentramos en las salas de exposición, el discurso se pierde un poco
Una vez nos adentramos en las salas de exposición, el discurso se pierde un poco. El primer bloque temático ocupa una sola sala, por lo tanto, las obras todavía tienen cierto espacio para respirar, mientras que los tres restantes están apretados en la última sala de la visita. La mayoría de las obras expuestas buscan despertar la reflexión en el espectador. Por este hecho, se agradece que el espectador haga la visita con tiempo y con predisposición de abrir su mente. De la misma manera que se agradecería más espacio entre obra y obra, con el fin de no caer en la saturación.
Hablar del franquismo para hablar del hoy
Cuando menos, sales del centro con nuevas preguntas rondando por la cabeza. Si nos detenemos a pensar en los cuatro temas que trata la exposición, nos damos cuenta de que son de una vertiginosa actualidad. Todavía hoy las mujeres y las personas disidentes de género están luchando por una igualdad. Todavía hoy hay un alto exilio del saber y de la ciencia por la precariedad que nos atrapa. Todavía hoy hay mucha censura y protestas para tener libertad de expresión. La muestra habla de la época del franquismo (1939 - 1975), pero en según qué aspectos podría hablar del hoy, quizás en una escala menor, pero es igual de preocupante.
Si nos detenemos a pensar en los cuatro temas que trata la exposición, nos damos cuenta de que son de una vertiginosa actualidad
Así pues, es una exposición que demuestra la importancia de revisar la memoria y enseñar que es una tarea para todo el mundo. Como bien dice Marcelo Expósito (Puertollano, 1966), artista presente en esta muestra, la memoria es un bien común como lo es el agua; no es de nadie en particular y pertenece al conjunto de una sociedad. Y hace falta tener en cuenta que la memoria, tal como nos transmite Concha Jerez con su obra, no solo ocupa el espacio físico del objeto, sino que lo empapa a pesar de que siempre se encuentra en constante crecimiento.
La exposición se puede visitar gratuitamente en el Born Centre de Cultura i Memòria hasta el 16 de abril. Ha sido comisariada por Nora Ancarola y Amanda Cuesta.