Esta tarde, cuando he llegado a casa, he tropezado con una obra de Arnau de Vilanova que recibí ya hace unos años sobre el Amor heroico. En el siglo XIII Montpellier era la capital de la medicina y Vilanova es el primer escritor del mundo latino que escribe sobre este tema, aunque hay textos árabes y griegos anteriores.

El libro empieza diciendo que el amor heroico, u obsesivo, no es fruto de la locura, como aparentemente parecería, sino que es el síntoma de un desequilibrio general del cuerpo. Vilanova trata la relación entre el físico y la psicología con una gran delicadeza. Más o menos su tesis es que el desequilibrio corporal no debilita y puede volver el cerebro demasiado susceptible al recuerdo de una sensación física placentera.  

El "sobrecalentamiento" generaria un circulo vicioso porque estimularía la idealización de la experiencia amorosa y produciría unas ganas locas de volverla a repetir que iría consumiendo la energía corporal. Mientras se anticipe el placer, explica Vilanova, habrá alucinación y, mientras haya alucinación, el cerebro del enamorado será incapaz de valorar de manera justa y razonable a su amante. Eso hará que lo mantenga en un primer plano tan fogoso que el pobre no podrá pensar en nada más.

Las personas con una inteligencia y una sensibilidad sutil, dice Vilanova, son especialmente susceptibles de ser víctimas del amor heroico porque tienen más imaginación y más necesidad de distraerse del mundo que la gente común. Los remedios que recomienda son sencillos. El primero es viajar lo más lejos possible, para tratar de dar temas nuevos a la memoria. Otro es pasear por campos olorosos llenos de flores, para volver a poner el cuerpo en contacto con las fuentes naturales de la belleza.

También propone las soluciones típicas: emborracharse con los amigos, escuchar música, follar tanto como se pueda y, en general, exponer el cuerpo a emociones fuertes. El remedio que me ha sorprendido más y que encuentro más expeditivo es el de concentrarse en recordar los defectos físicos del amante. Vilanova recomienda recordar los defectos corporales de la pareja hasta el punto de describirlos de palabra, poco a poco y de manera detallada, en voz alta. El remedio no es muy honorable, pero en la guerra y en el amor ya se sabe que todo vale porque la qüestión es sobrevivir.

En todo caso, no sabia que tenia en casa un libro del siglo XIII capaz de tratar un tema como este de manera tan sencilla y poco hortera. "Si no se hace frente con urgencia a esta furia, acaba generado melancolía, a menudo deriva rápidamente en manía y, cosa que es más grave, la mayoría de las veces los afectados languidecen hasta caer en peligro de muerte". Quizás porque las pastillas y la tecnología nos dan más recursos para estimular el entusiasmo natural que hace falta para vivir, hoy en día abusamos sin demasiadas prevenciones de los discursos sentimentales de bisutería