La Universidad de Barcelona cierra su celebración del Año Llull con "Ramon Llull, pensador y escritor" un congreso sobre el filósofo organizado por el Aula Lul·liana, una entidad interdisciplinar que agrupa a reputados especialistas en Llull de cuatro instituciones académicas: la Facultad de Filología de la Universidad de Barcelona (UB), la Facultad de Letras de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la Facultad de Filosofía de la Universidad Ramon Llull (URL) y la Facultad de Teología de Catalunya. En el congreso se han inscrito más de 120 personas, entre ellas había simples interesados en la figura de este pensador, pero también grandes especialistas en su obra, procedentes de Catalunya, Balears, País Valencià, Italia, Gran Bretaña, Francia, Rusia y Estados Unidos.

Los mejores, con los mejores medios

El congreso se ha estructurado en cuatro ámbitos: "Ramon Llull y las lenguas", "Ramon Llull y los saberes de su tiempo", "Ramon Llull y la literatura" y "Ramon Llull, la teología y la mariología". Entre los participantes había algunos destacados lulistas, como Viola Tenge-Wolf, de la Universidad de Friburgo y que tiene el centro de estudios lulianos más antiguo de Europa, quien ha presentado una ponencia sobre la concepción de la teología como ciencia en Llull. Elena Pistolesi, de la Universidad de Módena, ha expuesto sus estudios sobre las estrategias de Llull para la difusión de su obra. Todos estos especialistas, desde principios de este siglo, cuentan con una herramienta de trabajo excepcional que ha sido desarrollada por la Universidad de Barcelona, la Base de Datos Ramon Llull. Con este instrumento tienen acceso a un gran volumen de datos que antes eran de muy difícil consulta.

Un personaje ejemplar

Albert Soler, profesor de literatura catalana medieval en la UB y director ejecutivo del Aula Lul·liana, cree que la vigencia y el poder de atracción de Ramon Llull se deben a tres factores: "Una vida increíble, que parece una película; una obra inmensa, que trata todos los temas, y un pensamiento originalísimo y creativo". Eso forma: "Un cóctel que tiene un éxito asegurado". Soler destaca la gran capacidad de producción del filósofo: su obra completa tendrá más de 30.000 páginas impresas. Soler asegura que "él solo es todo un mundo entero. Se puede entender todo el mundo, la humanidad, la realidad, sin salir de Lull".

Ni multicultural ni extremista

Algunos teóricos han afirmado que Ramon Llull era una muestra de diálogo entre culturas; otros, como el arabista Miquel Barceló, lo han presentado como un islamófobo. Albert Soler se muestra equidistante: "Las dos cosas son ciertas. Según cómo miremos al personaje lo veremos de una forma u otra. Sin duda, Llull era una persona dogmática, que solo pensaba en la conversión de los musulmanes. Pero era uno dogmático inteligente, y eso le hace abrirse a la cultura islámica, para encontrar vías de penetración. Además, en su vida se ve una evolución: cada día tiene más claro que sin el uso de la fuerza no se podrá convertir a los musulmanes. No era un soñador que creyera que se podía convencer y convertir de forma pacífica.

Genio creativo

Albert Soler se muestra muy interesado en la capacidad continua de Llull de crear, de innovar. Justamente, apunta que lo más excepcional es que Llull era un individuo creativo y curioso, y eso suele ser un rasgo poco común en las personas dogmáticas. En el cierre del Año Llull, Soler muestra su satisfacción por la tarea realizada por las instituciones catalanas y baleares, ya que afirma que "era muy difícil hacer una celebración al mismo tiempo académica y popular, y eso se ha conseguido". Ahora, se siente malo porque otro escritor de la época, Bernat Metge, no haya sido reivindicado como Llull. Afirma que Metge es un autor muy interesante, situado en las antípodas de Llull: "Era un descreído". Y afirma que uno de los principales valores de Metge es su actualidad: "Hablaba mucho de política y eso lo hace muy vigente".