A finales de junio y principios de julio, Altaïr, la principal librería especializada en viajes de Catalunya, hierve de gente. Muchos pasan por ahí a buscar mapas o guías para un destino que ya tenían decidido. Otros van, sin tener su destino claro, a buscar una inspiración: se pasean por los dos pisos de la librería, hojean libros, mira las fotografías, hablan con los dependientes, tal vez conversan con otro cliente y, finalmente, deciden. Tienen donde escoger: en Altaïr hay más de 60.000 títúlos, entre libros, mapas y otros materiales.

Viajeros fuera de órbita

Altaïr ejerce una especial fascinación para aquellos que rehúyen las rutas establecidas por los tour operadores y desean buscar destinos insospechados. Esta librería tiene la vocación de mantener un gran fondo de libros, que contemple también libros extranjeros y obras ya descatalogadas. Es difícil concebir un rincón de mundo que no tenga un estante o una página reservado en Altaïr. Los apartados reservados a Asia y a África son bien grandes, y acogen a menudo a aquellos viajeros que eluden la etiqueta de "turista".

Un tablón muy especial

Uno de los puntos más apreciados de esta librería es el tablón de anuncios que preside la entrada. Allí los clientes que quieren dejan sus notas. Muchos, buscan compañeros de viaje, para los destinos más insospechados: Marruecos en BTT, la Patagonia, Islandia, el Transiberiano, una gira en Interrail por Europa, Irán, Vanuatu, Sumatra... Pero en el tablero se puede encontrar mucho más que compañeros de viaje: desde una propuesta de alojamiento en Dakar, a un guía para el Sahara marroquí, pasando por un proyecto solidario "a través del surf" en Mauritania. Y muchos viajeros dejan su mensaje, con su contacto, para pedir consejos en viajes insólitos: generalmente, hay alguien que responde, aunque pidan la ruta para ir al fin del mundo.

Todos los viajes

Pero aunque Altaïr fascina a los amantes de los viajes extremos, en la librería no se hace aspavientos a ningún tipo de viaje. El repertorio de guías de Catalunya es impresionante, y tal y como hay planos del Himalaya, también hay de Collserola. Hay guías para ir de safari a Kenya, pero también para ir a ver los pájaros en los pantanos de l'Empordà. Y para los que no puedan lanzarse a la aventura real, Altaïr les reserva muchas posibilidades de lanzarse a la aventura literaria. Tienen una gran colección de novelas, de cómics, de ensayos sobre diferentes territorios... Al lado de las guías de cada zona, encontramos una amplia oferta literaria,  que incluye tanto a autores de la región, como a autores de fuera que nos hablan de ella. Este es uno de los distintivos de este establecimiento. Pero también se contemplan otras formas de experiencia: incluso hay un amplio apartado dedicado a las religiones del mundo, para aquellos que prefieran los viajes espirituales...

El viaje como planteamiento vital

Pep Bernadas, cofundador del Altaïr y alma de la librería, afirma que para él "el viaje no es aquello que ves o aquello que fotografías; son las preguntas que te has hecho al encontrar cosas que no esperabas". Y da más importancia a las preguntas que a las respuestas: "Las respuestas vendrán, algún día. La cuestión es las preguntas que te planteas. Cree que es importante documentarse antes de ir a algún lugar: "informarte es una base que te sirve para hacerte preguntas". No obstante, cree que no es bueno tomar las guías como documento irrefutable: "Haz falta tener confianza contigo mismo. No te tienes que fiar de la mirada de otro. Tienes que tener capacidad de pensar por ti mismo". Y concluye: "La cuestión es mirar con ganas de ver".

Del Raval al centro

La Librería Altaïr está en la Gran Vía, bien cerca de Rambla Catalunya, a una esquina de la plaza Catalunya. Pero no siempre ha estado aquí. El establecimiento se creó a finales de 1979, en la calle Riera Alta, en el corazón del Raval. Bernadas recuerda con nostalgia que en el piso superior había un espacio de encuentro que enseguida se convirtió en un punto de reunión de viajeros. En 1986 la librería se trasladó a la calle Balmes: ganó mucho espacio, consiguió cautivar a un público mucho más amplio, pero perdió el espacio de encuentro que tenían. En 2001, Altaïr se trasladó al actual local; mucho más amplio. Para Bernadas una de las ventajas de este espacio es que ha recuperado el espacio de encuentro que se había perdido en Balmes.

Más que una librería

Altaïr pretende ser más que una librería donde se consigan libros sobre viajes. Por eso en el piso inferior se organizan encuentros en el llamado Fòrum, que combina presentaciones de libros, encuentros con personajes famosos, tertulias con viajeros, debates... Generalmente programa actividades cada martes y jueves, y algunos sábados. Paralelamente, desde 1991, Altaïr lanzó una revista especializada en viajes. En 2013 se tuvo que suspender la publicación, y ahora se ha vuelto a editar, en papel y digital, con el título Altaïr Magazine. Se trata de una revista que trata territorios de forma monográfica, y que intenta promover al máximo a los autores de aquella zona (los últimos números están consagrados a Cerdeña y a Dakar). Y dentro de la librería también opera la agencia Orixà, especializada en viajes singulares. Se organizan viajes de grupos pequeños con la colaboración de intelectuales locales, que ayudan a entender a la sociedad visitada a los viajeros (hay con destino Islandia, Rumania...)

El alma

La librería incorpora también un pequeño café, donde los viajeros a menudo se sientan a discutir e improvisan tertulias de gran interés. Porque la voluntad, aquí, es fomentar el debate. "El viaje es una herramienta para entender procesos sociales y políticos", asegura Bernadas. "Podemos disfrutar del viaje, pero el impacto de aquello que vemos tiene que estimular la reflexión. El fondo és más importante que las formas". "Lo más importante del viaje es que estimula la capacidad de comprender", sentencia el librero.