Por segundo año, el Departamentode Cultura de la Generalitat pone en marcha la campaña "Fas 6 anys. Tria un llibre", destinada a promover la lectura entre el público infantil. Este año está destinada a los 80.491 niños que cumplen 6 años este año. Estos niños recibirán un vale por un máximo de 13 euros, que podrán intercambiar por un libro en alguna de las librerías que participan en el programa. Si el importe del libro que escogen es superior a 13 euros, podrán llevárselo si abonan la diferencia. Los niños catalanes residentes en el exterior también podrán beneficiarse del programa, gracias a que este año también se permitirán compras online a través del portal www.liberlista.cat. E incluso, con la colaboración del ONCE, se quiere hacer llegar la posibilidad de escoger libros adaptados a los niños con discapacidad visual.

La campaña de 2016

El año pasado, en la primera edición de esta campaña, recogieron su libro 31.914 niños, un 38,8% de los que recibieron lo vale (en realidad, no había presupuesto para todos, porque ya se presuponía que no todo el mundo recogería el libro). El gasto total de la campaña fue de 416.000 €. El Gremio de Libreros, el de Editores y el Departament de Cultura se muestran muy satisfechos por esta iniciativa, sobre todo porque se supone que ayuda a acercar a las librerías a gente que habitualmente no va nunca. Según los libreros, un 33% de los que pasaron por las librerías eran personas que nunca habían entrado a ellas  o que sólo lo habían hecho para comprar libros de texto. Además, el 57% de los que fueron a intercambiar un vale hicieron una compra suplementaria, que posiblemente no habrían hecho sin esta campaña. El 62,2% de los libros adquiridos eran en catalán.

Las críticas

Algunos libreros han hecho críticas a esta campaña, que consideran una iniciativa propagandística del conseller Santi Vila. En primer lugar, apuntan que los 6 años no es la franja de edad más necesitada de estímulos a la lectura, porque los niños de esta edad suelen estar familiarizados con los libros, a diferencia de los adolescentes, que tienen tendencia a perder el hábito de lectura. Por otra parte, es probable que las familias que no han utilizado el vale, el 61,2%, representen el sector más reacio a la lectura de la sociedad, y por lo tanto la campaña no alcance sus objetivos. La Llibreria Calders, del barrio de Sant Antoni, es una de las que no ha querido añadirse a la campaña, considerando que esta campaña es "un gasto a fondo perdido de dinero público", porque no es seguro que los libros regalados se lean. Desde este establecimiento se asegura que lo que hace falta, realmente, es una campaña eficaz de promoción de la lectura. Tampoco la librería No Llegiu, del Poblenou, ha querido sumarse a esta iniciativa. Su librero, Xavier Vidal, considera la campaña "el enésimo despropósito de las políticas culturales", asegura que entra dentro de las políticas de "Pan y circo" y duda mucho de que sirva para crear hábitos lectores. Por otra parte, algunos autores han criticado que la campaña catalana, a diferencia de promociones similares en otros países, está abierta a escritores de todas partes, y han indicado que tendría que estar reservada a autores locales, o incluso sólo ser válida para un listado de determinados libros con valor pedagógico. Sin embargo, sobre todo, se critica que esta campaña esté aislada y se apunta que sin un plan integral de apoyo a la lectura puede servir de muy poco.