En la confluencia entre los municipios de Os de Balaguer (la Noguera) y Estopanyà (en Huesca), en el río Noguera Ribagorzana, se encuentra la Central de Canelles (de Endesa). Allí el Centro de Interpretación de la Energía y la Geología facilita las visitas a esta instalación, y también a la Cueva Negra de Tragó. De esta forma, uno puede pasar de ver una gran obra de ingeniería del siglo XX, a adentrarse en los misterios de la geología de hace 20 millones de años. Las turbinas y los alternadores dejan paso en las estalagmitas, las estalactitas y los fósiles. Las visitas se hacen los sábados, domingos y festivos, por la mañana y por la tarde, y tienen una duración de unas 4 horas. El precio es de 20 euros por persona. Siempre hay que hacer reserva previa a través de correo electrónico.

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La central de Canelles está construida en el interior de la montaña, a pie de la presa, en la parte de Os de Balaguer. Se accede a ella mediante un túnel situado en el margen izquierdo del río. Los visitantes pueden penetrar en ella y visitar las tres turbinas, situadas en el nivel inferior de la nave principal, pero también pasar a ver la sala de mandos, que se encuentra en el extremo superior de esta nave. Una sala de mandos que ahora, a diferencia de hace 50 años, cuando se inauguró, está completamente desierta, porque todo el control de la central se hace de forma remota (ahora sólo hay personal para el mantenimiento). Además, en la visita se explica el sistema de embalses de la Noguera, el ciclo del agua y la transformación de la energía hidráulica en electricidad.

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Canelles: una central de la posguerra

El embalse de Canelles es uno de los mayores del Sistema Hidrográfico del Ebro, con 680.000 millones de litros de agua. Produce energía suficiente para 34.000 viviendas de 4 personas. Además de producir energía eléctrica, permite regular el caudal de agua para usos humanos y agrícolas. Fue construido entre 1953 y 1959, cuando el Estado español sufría una grave falta de energía eléctrica (en aquel momento era una instalación muy moderna, aunque ahora ya se puede considerar antigua). 2.800 personas, mayoritariamente inmigrantes procedentes del sur de España, trabajaron en la construcción de esta infraestructura; vivían en un pueblo que más tarde fue completamente destruido. La presa fue uno de los mayores éxitos de la ingeniería española de la época, ya que se construyó a toda velocidad para ofrecer energía lo más pronto posible. En la época era la presa más alta de todo el Estado, y una de las más altas de Europa. Pese a todo, el embalse tuvo problemas: hubo graves bloqueos por los escapes de agua por los márgenes de la presa y se tuvo que proceder a una compleja tarea de impermeabilización.

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La cueva salvada

Durante las obras de impermeabilización de la presa se encontraron tres grandes cuevas: la Cueva Gato, la Cueva Tortuga y la Cueva Negra que, enlazadas, formaban un laberinto de muchos kilómetros. Las dos primeras fueron completamente tapadas con hormigón para evitar los escapes, pero la tercera, la Cueva Negra de Tragó, se pudo salvar parcialmente. Ahora se puede visitar, sin necesidad de ningún equipo técnico, un tramo de 900 metros, que incluye la Sala Neolítica, la Sala de Estalactitas y Columnas, la Sala de los Fósiles, las Cascadas y el Pozo. Hace falta, eso sí, ponerse un casco con frontal para evitar accidentes.

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Más allá de la estalactita

La visita guiada ofrece una experiencia especial, la de conocer un espacio natural espectacular, pero además, está pensada para ofrecer informaciones completas sobre la cueva. El guía no explica sólo el proceso geológico de formación de la cavidad, sino que también se extiende sobre los muchos fósiles marinos presentes, sobre la fauna que hay en la cueva (se pueden ver sapos, murciélagos y numerosos insectos) e, incluso, sobre aspectos históricos, ya que las tres cuevas habían estado ocupadas durante el paleolítico, el neolítico y la Edad Media. Pasar una mañana o una tarde en Canelles y en la Cova Negra es una gran ocasión para aprender mucho, sobre cosas muy diversas, en un entorno excepcional.