Francesc Xavier Vila, doctor en Lingüística, es profesor del departamento de Filología Catalana de la Universitat de Barcelona y dirige el CUSC (Centro de Investigación en Sociolingüística) de esta universidad. Ha contestado a El Nacional algunas preguntas sobre la intención del Partido Popular (PP) de aprovechar la aplicación del artículo 155 para incrementar la presencia del español en la escuela catalana.

Xavier Vila - Sergi Alcazar

¿Qué valoración hace del intento del gobierno español de introducir el español como lengua vehicular en la enseñanza aprovechando la aplicación del artículo 155?
Supongo que tiene varias lecturas. En primer lugar, el PP hace mucho tiempo que intenta reducir la posición del catalán en Catalunya, y ahora aprovecha que está en una situación de fuerza para sacar adelante su proyecto. La segunda lectura es que a los populares les molesta especialmente la escuela, porque es el área en que se ha progresado más en la normalización, y también porque es la herramienta con la que se ha conseguido que la práctica totalidad de la población catalana conozca las dos lenguas. Y eso es poco tolerable para un partido que es claramente supremacista castellano, que cree que el castellano tiene que tener una posición por encima de las otras lenguas. Ellos usan el discurso de que el castellano es necesario porque es la única lengua que puede usarse para comunicarse entre todo el mundo. Pero si todo el mundo sabe catalán, se puede usar el catalán sin problemas en la vida pública. Ya no pueden decir aquello de que "en castellano nos entendemos todos".

Pero también hay razones más coyunturales...
Estamos en un momento de conflicto político serio, y lo que hace el PP es una operación para presionar la investidura. Pone presión a los partidarios de los unos y de los otros, diciendo que si no se apresuran a ocupar el gobierno, seguirá haciendo fechorías. Para ellos es un win-win. Si ponen nervios en los sectores independentistas, y estos pierden el control, la maniobra les sale a cuenta, y si pueden hacer alguna de sus jugadas contra el catalán, también les sale a cuenta. Y, en cualquier caso, esta jugada les sale a cuenta, porque les beneficia en su competencia con Ciutadans, que ha hecho la propuesta de que los funcionarios sólo tengan que saber castellano.

Los defensores de la España plural tendrán que explicar cómo resolverán esta situación

¿Por qué romper ahora una dinámica que no había generado grandes tensiones en 40 años?
Desde 1993 la derecha española intenta romper el modelo educativo catalán. Lo intentó con la tercera hora de castellano, lo intentó Wert al querer "españolizar a los niños catalanes"... Pero el modelo estaba bastante blindado jurídica y socialmente, y no pudieron. Ahora los del PP están jugando con Ciudadanos a ver cuál de los dos partidos es más radical. Eso da votos en España, y mientras dé votos en España estos dos partidos seguirán en esta dinámica. Los defensores de la España plural tendrán que explicar cómo resolverán esta situación.

La escuela catalana es un elemento de consenso de la mayor parte de la sociedad catalana, que está por encima de la línea divisoria independentista y no independentista, y eso es positivo

¿Cuál ha sido la aportación de la escuela a la normalización del catalán?
En términos de conocimiento, es uno de los sistemas educativos europeos que mejor bilingüiza a la población. Nos podemos comparar con Luxemburgo, y con pocos otros sistemas, con respecto al conocimiento de las dos lenguas. Pero con respecto al uso, el balance es mucho más discreto. La escuela no ha conseguido promover el catalán entre las nuevas generaciones, pero probablemente ha conseguido que no retrocediera más. Desde el punto de vista de las mentalidades, yo creo que es un elemento de consenso de la mayor parte de la sociedad catalana, que está por encima de la línea divisoria independentista y no independentista, y eso es positivo.

Pero este sistema educativo tiene retos...
Como retos, el primer reto es que hay una parte de la población, minoritaria pero existente, que preferiría otros sistemas, donde el castellano tuviera más importancia. Pero la contradicción que tienen estos ciudadanos que quieren más castellano es que también quieren que sus hijos sepan catalán. Ahora bien, en otro sistema sería muy difícil que sus hijos aprendieran el catalán. Hay otro reto y es que tenemos que resolver el tema de las lenguas extranjeras y del inglés. Buena parte de la sociedad catalana reclama más aprendizaje del inglés, y la escuela no está respondiendo de forma lo suficiente adecuada a esta demanda, y eso debilita el consenso social sobre el modelo educativo.

Hay mucho más uso de castellano en la enseñanza de lo que se reconoce públicamente

¿El catalán, está tan presente en los centros educativos como dicen algunos políticos?
Hay centros en que la presencia del catalán es simbólica, donde los niños no aprenden nada de catalán. Eso existe, aunque no es mayoritario. Y aquí se tiene que hacer alguna cosa. En estos centros educativos ni siquiera se aplica la normativa que pide Rajoy. Los políticos catalanistas han querido defender que la normalización ya se había efectuado en la escuela, y eso no es cierto; y los políticos españolistas siempre decían que la enseñanza está catalanizada del todo, pero siempre ha sido mentira. Tenemos muchas veces un problema de relación entre la realidad y las apreciaciones de los políticos: hay mucho más uso de castellano en la enseñanza de lo que se reconoce públicamente. Allí donde hay presencia mayoritaria de descendientes de las inmigraciones de los años 60 o de las nuevas migraciones del siglo XXI, la presencia del catalán es baja. En algunos institutos concretos aplicar el 25% del catalán sería un avance considerable. Hace pocos días, con Vanessa Bretxa y Llorenç Comajoan-Colomé, hemos sacado en el mercado un libro que se titula Les veus del professorat. L’ensenyament i la gestió de les llengües a secundària (ed. Horsori) con entrevistas a profesores de secundaria sobre la situación de la lengua, y estos desmitifican mucho esta visión idílica del catalán en la escuela. Hablando con ellos se aprende mucho, pero a ellos a menudo no se les escucha.

Así pues, los profesores no siempre hablan en castellano con los alumnos.
Hace poco nos publicaron un estudio sobre los usos de lengua en el aula en secundaria. En algunas localidades, más del 40% de los alumnos decían que hablaban igual en castellano y en catalán con sus profesores, y que el nivel de respuestas de los profesores en una y otra lengua era similar.

La obsesión de algunos políticos y jueces por hablar de porcentajes de docencia muestra que esta gente vive en el siglo XIX

¿Cómo se calcula el porcentaje de docencia en una lengua u otra?
La obsesión de algunos políticos y jueces por hablar de porcentajes de docencia muestra que esta gente vive en el siglo XIX. En un aula donde el profesor explica que se hará una actividad, y esta actividad es preparar un viaje y se trabaja por proyectos, estos niños hablarán entre ellos en catalán y en castellano, consultarán materiales en lenguas diversas... Y eso no es una clase en catalán. ¿Qué significa entonces hacer el 25% de las horas en castellano? Con toda la reforma educativa que estamos viviendo, se hace más evidente que esta idea del 25% es absurda, porque no se puede calcular... En un aula donde el centro ya no es el maestro sino los alumnos, ya no tiene sentido el porcentaje. Todo el mundo sabe que cuando la gente habla en grupito, no habla en la lengua del profesor, sino quizás en otra lengua.

España se acabó en 1714, desde entonces lo que hay es Castilla y colonias adyacentes

¿Crees que hay una voluntad de construir una España plural?
España se acabó en 1714, desde entonces lo que hay es Castilla y colonias adyacentes. O como dijo Fraga: "Castilla es España y el resto, tierra conquistada". España podría ser como Suiza, que valora todas sus lenguas. Los suizos aprecian todas sus lenguas, pero España no es un proyecto plural, sino la extensión del reino de Castilla. Si dicen que si hay más catalán desaparecerá España, están diciendo que el proyecto de España se basa en una lengua única. Son ultranacionalistas castellanos.