El Ibex vuelve a rondar a la baja el nivel de los 8.500 puntos porque las grandes empresas que lo conforman tienen dificultades para lograr rentabilidades que respondan a las expectativas de los inversores. Hoy, Telefónica ha sido el paradigma de esta situación.

El paro en España ha descendido en 216.700 personas, lo que ha llevado la tasa de desempleo al 20%, su nivel más bajo desde 2010. Pero no ha sido suficiente para evitar un nuevo descenso de la bolsa, máxime cuando el beneficio neto de Repsol también se resentía de las provisiones destinadas a cubrir la reestructuración de la plantilla.

Los bancos, a su vez, han tenido otra sesión a la contra presionados además por los test de estrés que se van a presentar mañana al cierre del mercado con una banca italiana que suscita temor, y en especial el Monte dei Paschi, por el riesgo que tiene de contaminar al resto.

En Europa, los mercados están flojos aun cuando la confianza económica en la zona se ha mantenido en zona templada, sobre los 104,6 puntos, que revelan una relativa estabilidad, mientras la confianza del consumidor sigue alicaída. En Alemania, el IPC ha subido un 0,4%, un nivel aceptable.

El petróleo está por debajo de los 42 dólares y el oro ha subido un 0,95%, hasta 1.341,45 dólares la onza, lo que da muestra del nivel de confianza reinante. El dólar está bajando y cotiza a 1,1090 con el euro.

En Wall Street, donde el Dow Jones ha abierto ligeramente a la baja, los inversores empiezan a no fiarse de la Fed y su compromiso de alcanzar una inflación del 2% (lo que permitiría reducir el peso de la deuda al valer menos el dinero a devolver) y no termina de gustarles el escenario que les ha dejado Janet Yellen y el resto del consejo tras su reunión el miércoles. El déficit comercial americano sigue disparado y ha vuelto a superar los 63.000 millones de dólares, aunque siga habiendo industrias que tiran bien. Ford ha ganado un 33,5% más en el primer semestre, evidenciando la fortaleza del sector del motor en EEUU (los beneficios de Volkswagen en Europa han descendido un 36,8% por sus fraudes con el diésel) y al cierre presenta resultados Amazon.

Da la impresión de que nos vamos a ir a un lateral y que ni siquiera las grandes firmas del mañana tecnológico nos van a evitar ese mal trago, aunque sea provisional.