Entre tanta confusión, hoy ha sido una sesión de reflexión dinámica sobre las últimas evoluciones bursátiles con los bancos centrales de por medio. El Ibex ha subido moviéndose en el entorno de los 8.700 puntos mientras el Eurostoxx lo hacía sobre los 3.000, igualmente al alza.

La cuestión que se planteaba hoy en los parquets era si el rally que hubo tras el triunfo electoral de Trump, en Wall Street sobre todo, había sido precipitado o no. La respuesta fue ambivalente, pero a media tarde era favorable a las bolsas europeas, de corte más cartesiano, ya que el Dow Jones bajaba.

Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, dijo que la subida de tipos "podría ser relativamente pronto" pero no dio señales de que fuera en diciembre. "Cuando haya claridad sobre el futuro de las políticas económicas, la Fed lo tomará en cuenta", dijo. Y agregó: "la Fed ajustará sus actuaciones dependiendo de las políticas adoptadas". Primero, que mueva ficha Trump. Hasta que eso ocurra, la inflación en EEUU ha subido un 0,4% en octubre, un 1,6% interanual, el mayor nivel desde octubre de 2014, lo que empujaría a las subidas. 

En la zona euro, el IPC en octubre ha sido del 0,5%, pero el interanual es del 1,1%, menor que en EEUU. El BCE ha dicho hoy que ajustará su decisión sobre compra de bonos soberanos en diciembre. El mercado piensa que seguirá comprando activos hasta marzo de 2017 mientras la inflación siga tan lejos del objetivo del 2%. Ante tanta definición, el oro se escondió y bajó un 0,19%, al tiempo que el euro se mantuvo en 1,07 dólares.

En el Ibex, la banca tuvo un día flojo, de poco perfil, mientras Gamesa, Iberdrola y Enagas avanzaba posiciones, lo contrario que le sucedió a OHL. La apertura de la legislatura con Felipe VI aportó estabilidad a la sesión.

En Wall Street cayó bien el salto dado en la construcción de viviendas nuevas, que subió un 25,5% en octubre, si bien los resultados de Wall Mart, cuyos beneficios cayeron un 8,2% pese al aumento de las ventas, matizó la percepción sobre la evolución del consumo. 

En definitiva, el mercado sigue dando paseos nerviosos por los parquets preguntándose como Hamlet, a dónde vamos y de dónde venimos. Están a la espera.