El Ibex se ha quedado descolgado de las subidas generales de las bolsas aunque ha conservado el nivel de los 8.700 puntos tras un sprint final que le ha servido para reducir pérdidas.

El Tesoro colocó por la mañana 3.000 millones de euros en letras a tres y nueve meses a tipos históricamente bajos. En el primer caso, a -0,421%, y en el segundo, a -0,269%. La prima de riesgo ha bajado a 101 puntos básicos.

En contraste con el resto de bolsas, el Ibex se abstuvo de compartir el sentimiento general reinante por la tarde en los parquets de que "las subidas de tipos inesperadas son muy raras", como dijo Goldman Sachs. En encuestas celebradas en EEUU, más del 80% respondía que no creía que la Fed endureciera mañana la política monetaria. Los atentados terroristas han herido la confianza ciudadana. No esperan de Janet Yellen decisiones fuertes.

Además, Wall Street subía con ganas después de que la construcción de viviendas cayera en agosto un 5,8%, lo cual es un motivo más para mantener el statu quo del dinero.

Al mismo tiempo, el petróleo va a la baja ya que, según informaciones de expertos, nadie de la OPEP quiere limitar su producción, aun cuando Rusia apoye la idea de un acuerdo por un año para estabilizar los precios. El petróleo tipo Texas cayó a 42,73 dólares y el Brent a 45,35. Otro dato en la misma dirección y que se sumó al inmobiliario.

En el Ibex, Santander, BBVA, Repsol e Iberdrola tuvieron una jornada irregular, mientras el Banco Popular anunciaba un ajuste de 2.900 empleos y 300 oficinas. Por su parte, Telefónica informó que sacará a bolsa el 40% de su filial Telxius el 3 de octubre.

Al cierre, predominaba la sensación de haber vivido un día dentro de algo muy parecido a un sandwich.