Podía haber sido peor, pero el Ibex bajó hasta niveles de 8.870 puntos, donde encuentra un soporte fuerte. Ha descendido así desde las alturas alcanzadas a partir de junio al regresar la volatilidad a los mercados, que es como el mal tiempo. Además, ya se sabe: la inseguridad hace más daño a un país que no tiene Gobierno, como advierte "The Economist". 

El Dow Jones abrió como se esperaba, cayendo. En concreto, un 0,38%. Pero la Bolsa de Nueva York tiene cuidadores de lujo, a saber los grandes portavoces de la Reserva Federal, como es el caso del presidente de la Fed de Atlanta, Dennis Lockhart, quien tranquilizó al mercado diciendo que no hay urgencia en subir los tipos.

A partir de ahí los agentes del mercado indicaron que no estamos ante un cambio de tendencia sino de ajustes de precios. Para empezar, el del petróleo, con el de tipo Texas perdiendo un 1,53% y arrastrando a su vez a las materias primas.

En el Ibex, Acerinox se dejó por tal motivo casi un 4%, al igual que el Popular, que dentro de la corrección del sector bancario español, fue el que se llevó la peor parte. 

En Wall Street, los superalmacenes Wall Mart junto con Apple, han levantado a media sesión el mercado mientras el dólar (no hay perspectiva de subida de tipos)  cae ante el euro, hasta 1,1223.

El Tesoro quiere colocar mañana 5.000 millones de euros en deuda a corto plazo. Mariano Rajoy ha dicho que la economía española subirá un 3% en 2016 incluso aun cuando no haya Presupuestos. Será un test para el Ibex.