La derrota de la selección inglesa ante Islandia, donde, como se ha dicho, hay más volcanes que jugadores, ha hecho más digerible el Brexit e incluso la eliminación de la Roja ante Italia. Hoy, en suma, el Ibex no sólo ha reaccionado bien ante la promesa de estímulos de los bancos centrales para pasar el mal trago, sino que además no ha utilizado las alzas artificiales de las acciones para vender y hacer caja aprovechando los mayores precios. Así crea una base para operar mañana.

Mario Draghi estuvo bien por la mañana sugiriendo al resto de bancos centrales que vayan en lo que puedan juntos, coordinándose, más que ir cada uno a la suyo partiendo de que su responsabilidad se restringe a la economía de su área o país.

Esta propuesta llegó en buen momento porque en EE.UU. el PIB del primer trimestre se resituó en el 1,1% frente al 0,8% previsto inicialmente. Buena señal de entrada, que además se sumó a una mejoría de la confianza del consumidor americano hasta 98 puntos frente a 93 esperados. El frente de Wall Street mostró entonces señales positivas, con el Dow Jones subiendo un 1,18%.

Aquí, las ventas del comercio al por menor crecieron un 2,3%, mostrando la fortaleza del sector servicios, lo que es importante dado el papel que juega en la recuperación económica, máxime de cara a abordar un déficit del Estado del 2,08% del PIB. Uff, qué duro está todo a la vez.

Por eso, Merkel exigió a Gran Bretaña que presente su solicitud de salida antes de hablar de negociar. Eso de que salga de rositas Londres tras el daño que ha hecho no es de recibo. Y si están arrepentidos, allá ellos.

En estas tesituras, en las que un día las bolsas suben y otra bajan sin remisión, ¿qué hacer? Pues bien, la impresión de los expertos es que con tantas maniobras y tanto toma y daca, la visibilidad es corta. Lo normal es que las bolsas sigan bajando, pero la estrategia de los bancos centrales es apoyar a los mercados bursátiles para hacer que el efecto riqueza impacte positivamente en las economías. Por ello, una cierta prudencia sería recomendable hasta que el Reino Unido no revele sus cartas y Europa responda en concreto. Mientras dominará la volatilidad, e incluso después, pero menos. Entonces será más fácil decidir qué hacer con las inversiones.

Todo está ahora mismo en el aire, desde el PSOE de cara a formar gobierno hasta el Parlamento Europeo, que ha pedido una revisión de los tratados para reformular (a largo plazo) Europa. Estamos a la espera de tantas cosas que nos da pena que de cara a olvidar o criticar -es lo mismo- hayan eliminado a la "troupe" de Del Bosque.